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DINAR LINEAS AEREAS


SE DESINFLA LA IMAGEN PUBLICA DEL MINISTRO DE ECONOMIA
Del gran Domingo sólo queda Minguito

 

La crisis arrasó con las esperanzas depositadas en Cavallo por buena parte de la población. Las encuestas de tres importantes consultores muestran que el respaldo del 50 por ciento de la población se redujo a menos de la mitad en el mejor de los casos. En el peor, apenas araña el 7 por ciento. Estas cifras marcan el pálido tono de las próximas elecciones, donde va a aumentar el apoyo a los terceros partidos.

Por Raúl Kollmann

A principios de abril, más del 50 por ciento de la población tenía una opinión buena o muy buena de Domingo Cavallo. Eran los tiempos en que irrumpía como el salvador con un discurso de crecimiento, producción y creación de empleo. Hoy, apenas cuatro meses después, su imagen se hundió catastróficamente. Tres encuestadores de primer nivel presentaron sus mediciones a Página/12: el que más le da habla de un 22 por ciento de “bien o muy bien”; otro consultor registra 13 por ciento y una encuesta que está sobre el escritorio de Fernando de la Rúa y que se terminó de procesar el jueves le otorga apenas un 7 por ciento de opiniones favorables. O sea que su imagen habría caído por debajo de la de Fernando de la Rúa o Carlos Menem.
Así como bajó, opinan los analistas, Cavallo puede volver a subir si mejora considerablemente el panorama económico, pero, por ahora, semejantes índices de impopularidad cubren con sus sombras el proceso electoral de octubre. Por un lado, hay un 40 por ciento de ciudadanos que dudan si van a ir a votar o no, una proporción altísima en relación con la media histórica. Por el otro, en los dos distritos que más reflejan los criterios nacionales, Capital Federal y provincia de Buenos Aires, la derrota de la Alianza puede ser catastrófica. Un escenario que podría ser aún más complicado si una especie de “operativo clamor” termina convenciendo a Elisa Carrió para que sea candidata a senadora por el distrito porteño en el marco de su fuerza, Argentinos para una República de Iguales (ARI).
En el resto del país, la tendencia es a que gane en cada provincia el partido del gobernador, con algunas excepciones. Lo único seguro para octubre –según coinciden los encuestadores– es que el justicialismo sacará más votos que la Alianza y que crecerán los terceros partidos, aunque también es cierto que la Alianza conseguirá algunas bancas más de las ahora tiene en el Senado (ver nota aparte).
Las conclusiones surgen de varias encuestas realizadas por la consultora Graciela Römer en Capital Federal y Gran Buenos Aires, la de Hugo Haime y Asociados también en los mismos distritos y las encuestas nacionales hechas para la Casa Rosada a los que Página/12 tuvo acceso exclusivo. Todos esos sondeos se hicieron mediante entrevistas en el domicilio del encuestado y se respetaron las proporciones por edad, sexo y nivel económico-social. Los trabajos fueron realizados en las últimas semanas e incluso algunos se terminaron de procesar entre el jueves y ayer.
“La gente odia que le pregunten de las elecciones –sintetiza Analía Del Franco–. Yo diría que hay aproximadamente un 50 por ciento de la población que no sólo no presenta preferencia para apoyar un candidato, sino que dice no querer votar, votar en blanco o impugnar el voto.” Graciela Römer lo grafica con una frase contundente: “va a aumentar el voto a Rodrigo”, es decir la gente que va a meter cualquier cosa en el sobre para manifestar su disgusto. “La bronca no es con el sistema democrático sino con los políticos –agrega Del Franco–. El 70 por ciento de los encuestados estaría en contra de que las elecciones no se hagan o de que se posterguen.”
El clima hostil al proceso electoral se basa en que la gente tiene puesta la cabeza en la dramática situación económica, el desempleo, el temor a perder el trabajo y la baja de salarios. La decepción se registra nítidamente en la opinión sobre Cavallo, el hombre que más imagen perdió en los últimos meses. A principios de abril, Manuel Mora y Araujo le dijo a este diario que el 52 por ciento de los argentinos tenía opinión positiva sobre el ministro de Economía, para Analía Del Franco elporcentaje de aceptación llegaba al 59, Artemio López habló del 50 por ciento y Hugo Haime coincidió con ese último dato.
“Hace unos meses, los políticos decían ‘hay que aliarse con Cavallo’ y todos analizaban la posibilidad de hacer un frente con Acción por la República –recuerda Hugo Haime–. Hoy, la situación cambió totalmente y da la impresión que nadie habla más de acercarse al ministro y no sé hasta qué punto le conviene hoy a Duhalde, por ejemplo, una alianza con el partido de Cavallo.” “El ministro de Economía agotó en dos meses el gran capital con el que contaba en abril –explica Graciela Römer–. Las expectativas que generó a partir de su discurso procrecimiento se vieron defraudadas porque nada se verificó en la realidad. Encima se produce en momentos en que los electorados tienen muy baja capacidad de tolerancia respecto de las promesas de políticos y candidatos.”
En realidad, los índices catastróficos de imagen abarcan también al presidente Fernando de la Rúa. Las encuestas más generosas le otorgan un 20 por ciento de imagen positiva –basado en que se lo considera honesto-, pero también hay sondeos que muestran un 7 por ciento de aprobación y un 65 por ciento de rechazo. Las discrepancias entre los consultores muchas veces tienen que ver con el método utilizado. Algunos sólo permiten que el encuestado diga si está a favor o en contra del Presidente o de tal ministro y otros preguntan si la opinión es buena, regular o mala. De todas maneras, globalmente, De la Rúa sigue en los índices más bajos y Cavallo se derrumbó como ninguno.
Todos estos datos se transforman también en fuertes indicadores sobre la elección que se va a realizar dentro de exactamente 60 días. La Alianza va camino a una fuerte pérdida de votos aunque no se espera que eso se traduzca en una magnífica elección del PJ, que también está golpeado por la crisis. Lo que seguro va a crecer es el no-voto, el voto en blanco o impugnado y también los terceros partidos como las fuerzas de Elisa Carrió, Luis Farinello, Luis Patti, Izquierda Unida y los partidos provinciales.


El fantasma de Carrió tiñe la próxima elección

Por R. K.

Elisa Carrió es amplia favorita a ganar las elecciones en la Capital Federal si se presenta como candidata a senadora. Más allá de que la legisladora anunció ayer en Página/12 que no se presentará, sus allegados y los dirigentes de los demás partidos creen que no hay que descartar la posibilidad de que un “operativo clamor”, o sea que le pidan que sea candidata, la ponga finalmente al frente de la lista del ARI. El mapa electoral cambia totalmente si Carrió no es candidata y Alfredo Bravo ocupa su lugar: para algunas encuestas el veterano líder socialista quedaría lejos de su compañera de ruta, pero en los sondeos que maneja el Gobierno, Bravo también derrotaría a los postulantes del PJ o la Alianza. Las incógnitas son menores en la provincia de Buenos Aires: según coinciden todas las encuestas, Duhalde le gana por paliza a Alfonsín y no faltan quienes pronostican que el ex presidente podría quedar tercero detrás de Luis Farinello o Luis Patti.
Capital Federal y la provincia de Buenos Aires son los dos distritos donde los temas nacionales tienen cierta preeminencia sobre las cuestiones locales o provinciales. Debe recordarse que un 60 por ciento del electorado bonaerense está en el conurbano y, sobre todo en el primer cordón, es muy parecido a la ciudadanía porteña.
En los dos distritos aparece claramente que las terceras fuerzas van a jugar un rol importante en esta elección. Las encuestas pronostican una gran votación para Carrió o Bravo, Patricia Walsh, Luis Farinello y Luis Patti. Ese caudal tiene que ver con la disconformidad que hay con la Alianza y el justicialismo, pero además nadie percibe que sea determinante para su futuro votar un senador, a lo que se suma el desprestigio que tiene la Cámara alta. En ese sentido, el ciudadano se siente más libre de votar por sus preferencias, sin el peso de tener que decidir quién, por ejemplo, va a ser el próximo presidente. Esto es lo que explica que lo que pierde la Alianza no lo gane el justicialismo. Los consultores piensan que Eduardo Duhalde va a ganar holgadamente, pero no creen que haga una elección fuera de lo común. Sin duda, la novedad serán los caudales de voto a Farinello y Luis Patti.
En la Capital Federal los diagnósticos son difíciles de hacer, porque en verdad hubo muchos cambios en la última semana y, como es lógico, esos cambios todavía no están medidos. Estas son las principales variables de la situación:
- Carrió gana con amplitud, pero el viernes anunció que no será candidata. Si lo es, sacará mucha distancia sobre el segundo.
- Si Carrió no es candidata, tal como anunció, habrá una pelea más intensa, pero la propia Carrió va a jugar un papel de primera línea. El candidato que ella apoye –Alfredo Bravo– va a trepar mucho. Para Graciela Römer el legislador socialista todavía está muy lejos, pero en las encuestas que maneja el Poder Ejecutivo tiene muchas chances de ganar.
- En la Alianza no es lo mismo Rodolfo Terragno que Facundo Suárez Lastra, que anoche resolvían su interna. El primero está muy instalado en la opinión pública mientras que las cosas no serán nada fáciles para el segundo, con poca imagen en la población y perfil alineado con De la Rúa y Nosiglia.
- En los últimos días se supo que Gustavo Beliz ya no será candidato del PJ. Esto significa que habrá que ver si pierde votos al ir por fuera del justicialismo o, dicho en otras palabras, cuántos votos le quitará el candidato del PJ, sea Scioli o cualquier otro.
- Si Carrió no es candidata y apoya a Bravo, podría darse que el dirigente socialista gane, pero seguido de cerca por Béliz y Terragno, si éste es el postulante de la Alianza. Una disputa entre Bravo, Béliz ySuárez Lastra –siempre según las encuestas que hoy se manejan– presumiblemente sería favorable a Bravo, Béliz aparecería segundo y la Alianza podría quedar en tercer lugar.
- Por lo que se ve hasta ahora en los sondeos, el PJ ocupará el cuarto lugar, pero hay que advertir que Izquierda Unida ha crecido mucho. Römer habla de casi un 10 por ciento de la intención de voto y en los relevamientos que tiene el Gobierno Patricia Walsh también logra más del 7 por ciento de los votos.
Es muy probable que las elecciones de octubre produzcan una fuerte polémica sobre los resultados (ver aparte), pero lo cierto es que para el oficialismo será muy difícil revertir el sabor que quedará si pierde -como todo indica– en los dos distritos más populosos del país.

LOS PRONOSTICOS Y LOS DEBATES PROVINCIA POR PROVINCIA
Resultados, dos meses antes

Por R.K.

La discusión podría ser así.
- Analista del justicialismo: “Ganamos nosotros porque sacamos una ventaja espectacular sumando el total de votos de todo el país. Los derrotamos ampliamente en provincia de Buenos Aires, ganamos en Córdoba, Santa Fe y en otros diez distritos. Con eso, sacamos seguro más votos que ustedes. Está claro quién gana”.
- Analista de la Alianza: “Esta es una elección para decidir la composición del Senado. Hasta ahora, la Alianza sólo tenía 18 senadores. En octubre, como mínimo, la Alianza va a tener unos 25 y el PJ perderá bancas. Para la gobernabilidad del país, será un triunfo del oficialismo”.
- Analista de un tercer partido: “La realidad es que ninguno de los dos partidos mayores hace una buena elección y los únicos que crecen son los terceros partidos, el de Carrió, el de Farinello, el de Patti y los provinciales. Además, la Alianza pierde en su distrito-madre, la Capital Federal. El resultado está claro: hay una derrota del bipartidismo. Además, la cantidad de voto en blanco o impugnado, sumado a los que no votarán, supera todos los porcentajes conocidos”.
Esta es la polémica que hoy podría hacerse sobre los resultados de la próxima elección y que seguramente perdurará hasta la noche del 14 de octubre. Pero también son esas visiones las que explican las tácticas y estrategias que los partidos están tratando de definir mirando a las urnas.
Algunos datos ya están sobre la mesa de los jefes de campaña.
- En general, en las provincias las elecciones se van a definir alrededor de los temas locales, o sea que se convertirán en una especie de plebiscito sobre la gestión de cada gobernador. Esto es así, además, casi por un criterio de sobrevivencia: los ciudadanos de cada provincia creen que su gobernador, aunque sea de la Alianza, pelea contra el Poder Ejecutivo para conseguir que le den la mayor cantidad de fondos posibles y para que le quiten lo menos que se pueda. Esto hace que, en las primeras encuestas, los partidos de los gobernadores sean favoritos.
- Hay algunos resultados, casi clásicos, que los analistas imparciales están convencidos que se volverán a dar. El PJ ganará en La Pampa, Santa Cruz y San Luis. La Alianza se impondría en Chaco, Chubut, Río Negro y Catamarca.
- De las provincias que están bajo control de la Alianza, hay dudas sobre si puede volver a ganar en Mendoza –el Partido Demócrata está muy fuerte y además compite el PJ–, aunque la imagen del gobernador es buena. También está difícil para la Alianza en Entre Ríos: Jorge Busti, candidato del PJ es un hueso más que duro de roer. En Corrientes, hasta ahora intervenido, el oficialismo tendrá muchas dificultades. Las últimas elecciones siempre fueron para el Partido Nuevo, de Raúl Romero Feris. En San Juan tampoco las cosas serán sencillas, aunque el gobernador Avelín está bien evaluado por los sanjuaninos y su hija Nancy, candidata, tiene buena imagen.
- De las provincias que gobierna el Partido Justicialista la lógica es que gane con claridad en Santa Fe y Córdoba. Los candidatos de la Alianza, Horacio Usandizaga y Rubén Martí son ambos fuertes, pero el peso de Carlos Reutemann y José Manuel de la Sota sería decisivo. En La Rioja hay una intensa pelea entre Eduardo Menem y Jorge Yoma con pronóstico incierto. En Tucumán puede pasar casi cualquier cosa entre las fuerzas que compiten, la Alianza, el PJ y el bussismo. En Santiago del Estero, Jujuy y Salta la lógica es que gane el justicialismo, pero hay mucha controversia entre los encuestadores. También son una incógnita Formosa y Misiones.
- En Neuquén el favorito es el Partido Popular Neuquino.
- En Tierra del Fuego también hay controversia entre los consultores. En la Alianza dicen que ganan y lo mismo sostienen los asesores del PJ y el Movimiento Popular Fueguino.
Con estos datos a la vista, el cálculo que hacen los hombres del oficialismo es fácil: si la Alianza gana en cinco de los ocho distritos que administra tendrá 10 senadores y si sale segundo en 15 completará las 25 bancas en la Cámara alta. Eso es lo que exhibirán como argumento.
Desde el justicialismo no sólo contestarán que van a sacar más votos, sino que ello se reflejará en la otra cámara, la de Diputados, en la que la Alianza va a perder escaños. Los peronistas aseguran que el oficialismo hoy tiene 103 diputados –después de las pérdidas que sufrió a manos del ARI– y que esa cantidad será aún menor después de octubre. En la Alianza contestan que tal vez eso sea cierto, pero que el PJ no acumulará más bancas sino que muchas se van a distribuir entre terceros partidos –el ARI, Farinello, Patti, los provinciales– lo que diluye algo la oposición.
A 60 días de la elección, para la mayoría de los ciudadanos los comicios son una especie de planeta lejano en el que no piensan ni quieren pensar. Allá, a lo lejos, asoma un resultado malo o muy malo para la Alianza. Pero mucho mayores son los dramas que el oficialismo confronta en la actualidad: default, corrida, desocupación, recesión, malestar general, pesimismo, paros, piqueteros y hasta carpa blanca. Lo que ocurra en el planeta Argentina en el difícil presente seguramente será decisivo para que se modifique en algo la anunciada tormenta en el horizonte de las urnas.

 

 

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