Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


REABREN EL CASO QUE INSPIRO AL PERSONAJE DEL FILM
El Dr. Lecter aún está libre

La policía italiana reabrió el caso del Monstruo de Florencia, un asesino serial que mató a ocho parejas entre 1968 y 1985. El principal acusado murió y ahora sospechan de gente de la alta sociedad.

Por Rory Carroll *
Desde Roma

La policía italiana acaba de reabrir la investigación del caso del Monstruo de Florencia, autor de los asesinatos en serie que inspiraron la creación de Hannibal Lecter. En la región de Toscana todos pensaban que la historia estaba acabada; las últimas víctimas habían sido asesinadas hace 16 años, mientras que el “monstruo” que supuestamente las mató, murió en 1998. Pero esta semana, los detectives en Florencia dijeron que había nuevas sospechas por el asesinato y mutilación de ocho parejas entre 1968 y 1985. La policía ahora cree que un grupo de entre 10 y 12 sofisticados y ricos italianos orquestaron los asesinatos rituales a lo largo de tres décadas y no fueron descubiertos, permitiendo que sus carreras y sus reputaciones florecieran hasta hoy. Los detectives, que fueron advertidos con una serie de cartas anónimas, están interrogando a un testigo clave y han mandado a los magistrados un archivo que se cree nombra a alguno de los sospechosos, incluyendo a un médico y un artista.
Los requerimientos de la secta era precisos: ejecuciones nocturnas de parejas de enamorados seguidas por la mutilación; se ayudaban con un revólver 22 Beretta y un bisturí. Pietro Pacciani, un campesino analfabeto, fue condenado en 1994 por siete de los ocho asesinatos dobles. La condena fue revocada y él estaba esperando un nuevo juicio cuando murió. A pesar de sus reiteradas negativas, pocos dudaban de que el macizo toscano, que en su juventud había asesinado a un viajante a cuchilladas, era en realidad el Monstruo de Florencia. Un mes antes de su muerte, dos amigos, Mario Vanni y Giancarlo Lotti, fueron condenados y llevados a prisión por ayudarlo a asesinar a las parejas: uno de ellos fue sentenciado a prisión perpetua y el otro a 26 años. Parecía ser un caso cerrado.
Pero algunos investigadores estaban inquietos. Había factores inexplicables y pistas que no se siguieron. ¿Como, por ejemplo, había ahorrado Pacciani más de 70.000 dólares y comprado dos casas? ¿Qué hizo con los cuerpos? ¿Quién era el misterioso doctor Lotti a quien se había hecho referencia en la Corte como el hombre que ordenó los trabajos? El novelista Thomas Harris, sentado en la sala durante las audiencias originales, parecía compartir las sospechas de que una figura de la sociedad había sido el “genio” autor de los asesinatos y así creó a su asesino de ficción, Hannibal Lecter, un psiquiatra.
El jefe de la fuerza de detectives de Florencia, Michele Giuttari, creía que Pacciani no era suficientemente inteligente para haber planeado los crímenes. Comenzaron en agosto de 1968 cuando Antonio Lo Bianco de 29 años y Barbara Locci de 32 fueron asesinados a balazos en su automóvil. El patrón quedó establecido: siempre era en una noche sin luna durante un fin de semana, en un sendero aislado. Los alemanes Horst Meyer y Uwe Rusch Sens fueron asesinados en los bosques cerca de Galluzo en septiembre de 1983. Uno tenía pelo largo y se podía pensar que era una mujer. La última pareja, francesa, fue muerta en septiembre de 1985 mientras acampaba en un viñedo cerca del pueblo de Scopeti.
Los detectives han encontrado evidencia de lo que creen era un grupo oculto que dirigía a los tres campesinos, Pacciani, Vanni y Lotti (que eran conocidos conjuntamente como mirones por sus paseos nocturnos) para cometer los asesinatos. Pacciani y Vanni también fueron acusados de haber participado en misas negras donde se usaban partes de cuerpos femeninos en la casa de un supuesto brujo en San Caciano, un popular lugar turístico por su iglesia pisana románica. Las enfermeras de una clínica que había contratado a Pacciani como jardinero declararon que él les había dicho que un médico presidía ceremonias satánicas. Un artista suizo, ahora interrogado por la policía, era supuestamente parte del grupo. Después que dejó el área en 1997, la policía encontró dibujos de mujeres mutiladas y recortes de periódicos sobre el juicio de Pacciani en la casa de campo delartista. El magistrado a cargo de la investigación, Paolo Canessa, creía que el ataque al corazón de Pacciani en febrero de 1998 fue provocado por drogas para silenciarlo, para que no revelara los verdaderos nombres de los monstruos.
Los detectives hicieron pocos progresos hasta hace unos pocos meses, cuando una serie de cartas anónimas, con detalles sobre los asesinatos que nunca se habían hecho públicos, revelaron que una mujer en Génova tenía información útil. Aunque se la describía en las cartas pero no se la nombraba, fue rastreada la semana pasada hasta un departamento que compartía con su hermana. Los medios italianos sugirieron que ella era una de las prostitutas que Pacciani visitaba durante sus viajes a la zona roja de Génova en la década de 1980. Los detectives están averiguando por qué fue interceptada la última carta y abierta por alguien en la estación de policía.
Massimo Introvigne, un historiador de la religión que ayudó a la policía durante la investigación original y asesoró al FBI, afirmó que la región de Toscana, que en parte inspiró al poeta Dante para escribir su clásico sobre el infierno, tenía una larga tradición de brujería. “Hay elementos que hacen que la hipótesis de la policía sea posible. La experiencia nos dice que estos grupos existen,” dijo el profesor Introvigne. Subrayó que las sectas ocultas no eran necesariamente satánicas y que la naturaleza ritual de los asesinatos sugería que los culpables serían fetichistas. Los magistrados ahora deben decidir si piden el procesamiento de aquellos nombrados en el archivo policial.

* De The Guardian de Gran Bretaña, especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

 

 

PRINCIPAL