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UN HOMBRE BOMBA SE HIZO ESTALLAR E HIRIO A 15 PERSONAS EN HAIFA
Un café que terminó con gusto a sangre

Después del atentado del jueves contra una pizzería en Jerusalén, en que murieron 18 personas y 90 fueron heridas, ayer fue el turno de Haifa, en el corazón de Israel, donde un hombre bomba se hizo estallar en un café. Bajo presión laborista, el gobierno de Ariel Sharon abre el diálogo con los palestinos.

Por Brian Whitaker
Desde Jerusalén

Un terrorista palestino suicida llevó ayer la intifada al corazón de Israel, haciéndose volar en un café cerca de Haifa e hiriendo a 15 personas, una de ellas gravemente. Pese a advertencias anteriores sobre posibles ataques, la zona había escapado hasta ahora de la peor violencia en los últimos 10 meses de conflicto intensificado entre palestinos e israelíes. Viniendo sólo tres días después de la explosión en una pizzería en Jerusalén occidental que mató a 18 personas, la misión suicida de ayer entregó una evidencia adicional de que los grupos militantes son indiferentes a las represalias duras de Israel. Jihad Islámica –y luego Hamas– reivindicaron la autoría del ataque en el café Wall Street en Kiryat Motzkin, un suburbio al norte de Haifa.
El dueño de un almacén contó a Radio Israel: “Casi todas mis ventanas volaron por los aires y entonces corrimos hacia el lugar. Entramos y vi –perdón pero lo voy a decir– una cabeza cortada sobre la mesa. Aparentemente era la del atacante”. Otro testigo dijo que la explosión ocurrió en frente del restaurant, que está en la planta baja de un edificio de ocho pisos. “Estábamos sentados tomando café y escuchamos una explosión tremenda”, dijo a la radio militar israelí el testigo, que se identificó como Alon. Agregó que la explosión había roto cristales en un radio de 300 metros. Miriam Shentov, que vive en un departamento en un cuarto piso con vista al café, relató en una entrevista radial: “Estaba mirando la televisión y entonces escuché una bomba. Salí al balcón para ver qué había pasado. Cerca del lugar hay un parque donde los chicos estaban jugando. Fue mucha suerte que no hubo chicos heridos”.
Uno de los heridos fue descrito en condición crítica y otro, entre crítica y moderada. Todos los demás fueron heridos leves. Anoche no resultaba claro por qué sobrevivió tanta gente, pero algunos testigos sugirieron que el atacante no había llegado a entrar al café. Un portavoz policial declaró que “se hizo estallar dentro o cerca del restaurant”. La policía informó que estaba tratando de contactar al conductor de un taxi blanco que puede haber visto al terrorista cerca del café.
Jihad Islámica, una organización cercana a Hezbollah y a Siria, emitió un comunicado en Beirut identificando al atacante como uno de sus miembros, Muhammad Mahmoud Nasr, de 28 años, proveniente de las afueras de la ciudad cisjordana de Jenin. “Con esta heroica operación, nosotros en Jihad Islámica estamos respondiendo a los crímenes de la entidad sionista y las masacres que comete contra el pueblo palestino”, dijo. El primer ministro israelí Ariel Sharon ha hecho responsable de los atentados al líder palestino Yasser Arafat, acusándolo de dar luz verde a los extremistas. Ayer, antes del atentado, el movimiento palestino de línea dura Hamas anunció que la Autoridad Palestina había arrestado a cuatro de sus miembros, uno de los cuales ha sido acusado por Israel de ordenar el ataque de Jerusalén, cuya autoría fue asumida por el grupo. Un oficial de Hamas identificó a dos de los arrestados como Abdallah al Barghuti y Bilal al Barghuti y dijo que otros dos arrestados estaban en prisiones palestinas cerca de las localidades cisjordanas de Kalkilia y Hebrón. La movida tiene el claro propósito de apaciguar a los israelíes, pero Israel dijo que los arrestos no iban suficientemente lejos. David Satterfield, un diplomático norteamericano, tiene programado reunirse con líderes israelíes y palestinos para intentar detener la intensificación de la violencia.
La Autoridad Palestina ha convocado para hoy a una huelga general para protestar por la ocupación de las instituciones palestinas en Jerusalén. Ayer, soldados israelíes armados con rifles automáticos tomaron por asalto un edificio en el suburbio de Abu Dis que pertenece a PalTel, la compañía telefónica palestina, ordenó a 18 trabajadores abandonar el lugar de inmediato, y cerró el lugar a cal y canto. El viernes pasado tropas israelíes tomaron la Casa de Oriente, la representación política palestinaen Jerusalén, y otras oficinas, como represalia por el ataque suicida que mató a 18 personas en la pizzería un día antes. El Ejército israelí sostuvo que el edificio tomado ayer formaba parte del complejo de oficinas del gobernador palestino, que el viernes fue declarado como zona militar cerrada. Por lo tanto, su cierre no era una movida adicional sino una consolidación. Un portavoz de PalTel dijo que los teléfonos no resultarían afectados de inmediato, pero que no podrían habilitarse nuevas líneas y se perjudicarían algunas labores de mantenimiento.
Aunque la confiscación de la Casa de Oriente es vista por los palestinos como un ataque contra el símbolo más potente de su presencia en la ciudad, la policía israelí cree que puede haberse topado con una mina de oro en términos de inteligencia. Decenas de documentos sacados del edificio fueron entregados a los servicios de seguridad del Shin Bet y al departamento de inteligencia policial. Algunos se relacionan a la diplomacia y pueden revelar las intenciones palestinas en distintas etapas del proceso de negociaciones. También hay fotografías de policías israelíes, tomadas aparentemente en medio de disturbios, y cartas entre funcionarios palestinos y árabes en el exterior. “Entre otras cosas –dijo el diario Yedioth Ahronot– los detectives descubrieron mapas detallados de Jerusalén oriental, de instalaciones militares cercanas y rutas de acceso a los asentamientos, documentos pertinentes a la expansión ilegal de construcciones palestinas en la ciudad y la gente que la está financiando.”

(De The Guardian de Gran Bretaña, especial para Página/12.).

Claves
-Tres días después del atentado contra la pizzería de Jerusalén, en que murieron 18 personas, otro hombre bomba se inmoló ayer, esta vez ante un café en Haifa. Hubo 15 heridos, algunos graves.
- Bajo presión laborista, el premier israelí Ariel Sharon aceptó también ayer que su canciller Shimon Peres negocie con la Autoridad Palestina. Pero no podrá encontrarse con Yasser Arafat y las reuniones serán en presencia de un general israelí, para garantizar su carácter “apolítico”.
- De todos modos, la Autoridad Palestina dijo que las negociaciones no tendrían sentido mientras Israel retenga las sedes tomadas en represalia por el atentado del jueves.

SHARON PERMITE A PERES HABLAR CON LOS PALESTINOS
Bueno, negociemos bajo fuego

Con la coalición de gobierno israelí bajo condiciones de máxima tensión, el primer ministro Ariel Sharon finalmente autorizó a su ministro de Relaciones Exteriores Shimon Peres a reanudar el diálogo con la Autoridad Palestina. En respuesta, los funcionarios palestinos advirtieron que las conversaciones con Peres sólo tendrían lugar si Israel evacua las nueve oficinas palestinas que ocupó en Jerusalén oriental después del atentado de este jueves. Sharon y Peres se reunieron ayer para limar las asperezas que habían surgido tras el pedido del canciller y dirigente laborista de que entablara el diálogo con la Autoridad Palestina: “Esta política no da para más”, fueron las palabras de Peres.
Todo en medio de un altercado entre los ministros laboristas y de derecha que forman parte del gobierno de unidad nacional de Sharon, quien hasta ahora se ha negado a negociar con los palestinos “bajo fuego”, en referencia al reciente atentado en pleno centro de Jerusalén que causó la muerte de 17 israelíes –más la del kamikaze–. En la madrugada del viernes, las fuerzas israelíes ocuparon la Casa de Oriente en represalia por el ataque y se advirtió que Israel pondrá una nueva comisaría en la parte este de Jerusalén. El presidente del Parlamento palestino, Ahmed Quea (Abú Alá), dijo que la ocupación de la Casa de Oriente y de las sedes de otras instituciones palestinas en la aldea de Abu Dis, reflejan la intención de Israel de “apoderarse de la mezquita de Al-Aksa”. Por su parte, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, llamó a Israel a que desocupe tales instituciones porque fomenta la violencia.
Para los palestinos, será condición de diálogo que los israelíes se vayan de la Casa de Oriente; para los israelíes, el límite lo puso su primer ministro: el canciller Peres sólo podrá reunirse con altos funcionarios palestinos pero no con Arafat, y además en presencia de un general israelí para asegurar que no se trate de una negociación política. Retomar el diálogo se vuelve inminente para conseguir el tan difícil cese al fuego, de aunque sea una semana, reclamado por el informe Mitchell, supervisado por Estados Unidos. De ahí en más, las demás seguirían las fases del informe, acordado por las partes en conflicto no hace tanto, el 13 de junio pasado, y ni siquiera están en “veremos”, sino en bajo cero.

 

 

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