Cuando se contrata un seguro se paga una prima por esa póliza, que se activa ante un siniestro. La compañía de seguro desembolsa el dinero ante la presentación de las pruebas del accidente. Este es el típico procedimiento de un contrato de seguro. Pero para los bancos lo que es común para todos no lo es para ellos. El Banco Central de la República Argentina ha estado pagando una prima contra corridas de entre 15 y 20 millones anuales, según el monto pactado en cada renovación trimestral de esa póliza. Ahora, ante la evidente fuga de depósitos, reclama el desembolso de ese seguro, que en la actualidad asciende a 4500 millones y que en momentos de tranquilidad financiera había llegado a 7500. Pero los bancos involucrados en esa operación se resisten a poner los dólares en la mesa, en una evidente rebeldía a cumplir con el compromiso asumido y también cobrado. Una especie de default aceptado por la city, puesto que los que no cumplen son los bancos.
El contrato de ese seguro obliga a las entidades del sistema a entregar al BC títulos de deuda, específicamente Brady FRB, para superar un eventual estado de iliquidez del sistema. El Central entrega esos bonos a los bancos-aseguradores, concluyendo así esa operación de pases. Por esa transacción, la autoridad monetaria ha estado pagando un 0,35 por ciento anual por el monto comprometido. Los títulos deben ser recomprados por los bancos a los 2 años como máximo, y el costo para el Estado es de Libor más dos puntos.
Sin embargo, un grupo de bancos, fundamentalmente europeos, que no operan en el mercado local, consideran que esa línea de crédito, que se espera que junto al rescate del FMI aleje el fantasma de la cesación de pagos y de la devaluación, se ha caído debido a que han cambiado las condiciones iniciales del contrato. Sostienen que los Brady FRB perdieron liquidez en el mercado luego del megacanje y ahora el Banco Central propone concretar la operación con bonos Global 2008, entre otros. Pero esos mismos bancos que no quieren ahora aceptar la utilización de bonos globales 2008 y argumentan ante el Central que ellos firmaron en su momento con el aval de los FRB han estado cobrando la comisión por esa operación.
Semejante resistencia no se produce porque liberarán los 4500 millones de dólares, que el BC está en condiciones legales de reclamar, sino simplemente para que desembolsen 1500 millones de ese total. Los bancos internacionales, contrapartes del BCRA en ese �seguro contra corridas� no pueden esgrimir como causa para no cumplir con sus obligaciones contractuales el deterioro de las condiciones políticas, sociales y económicas del país. Precisamente, porque un seguro es para catástrofes, no para momentos de bonanzas.
Catorce son las entidades que participan de ese �seguro� que algunas no quieren cumplir: el HSBC, Société Generale, Chase Manhatan Bank, Deutsche Bank, Dresdner Bank, UBS Warburg, Lehman Brothers, Tokio Mitsubishi International, ING Bank, BNP Paribas, Credite Agricole Indosuez, Citibank, y el Banco Latinoamericano de Exportaciones. La activación derivaría en otra línea firmada por el Central, el Banco Mundial y el BID, por 500 millones cada una.
Polemica de Economia con �The Washington Post�
Los abogados de Argentina
Argentina contrató a Lee Buchheit, uno de los mejores abogados de Wall Street en el área de las cesaciones de pago, para el caso de que deba declarar una moratoria y tenga que enfrentarse con tenedores de bonos en la Justicia. Esa estrategia fue revelada por Sebastian Mallaby, en una editorial publicada ayer en el The Washington Post. Anoche, voceros de Economía desmintieron esa noticia. Y aclararon: Buchheit trabaja en el buffet Leary Glottieb, que atiende a Argentina desde hace más de 10 años, pero los abogados que se ocupan de ese caso son Roger Thomas y Carmen Corrales.
En la Secretaría de Finanzas se inquietaron cuando leyeron esa información en el Washington Post. Y salieron a desmentirla. Ese prestigioso diario estadounidense también mencionó que el rescate del FMI vendría a evitar el default, aunque dejó abierta la posibilidad de que el secretario del Tesoro, Paul O�Neill, finalmente, se oponga a ese tipo de paquetes de salvataje para ser consecuente con su idea de que no hay que auxiliar a los tenedores de bonos.
Mallaby, sostuvo que �en lugar de reducir la deuda argentina, un rescate del FMI sólo cambiará su estructura�. �Argentina pagará las deudas privadas con préstamos oficiales a largo plazo con la teoría de que lograr un tiempo adicional puede permitir que la economía comience a crecer nuevamente y hacer posible el eventual repago de la deuda�, señaló.
El editorialista sostiene que los rescates permiten que los bancos �que prestaron sin cuidado recuperen todo su dinero, lo que crea un incentivo moral para prestar nuevamente sin cuidado�. Esa es la posición que mantienen los republicanos respecto a las crisis financieras de los emergentes. Si el acuerdo para la concesión de fondos frescos a Argentina finalmente se concreta, �O�Neill habrá enriquecido a los recientes inversores, agravando el riesgo moral (moral hazard) que deplora�, apuntó Mallaby. El secretario del Tesoro se opone en principio a los paquetes de rescate de países con problemas financieros, pero quizás ceda a la presión, ya que en Washington crece el consenso de que hay que asistir a la Argentina para evitar un contagio global que acabaría también con otros mercados emergentes.
|