OPINION
Entre el golf y el default
Por Martín Granovsky
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Un norteamericano promedio tiene 13 días anuales de vacaciones pagas, mucho menos que los 42 días de un trabajador italiano o los 28 de un británico, comparó el diario inglés The Guardian. Pero George W. Bush se está tomando 31 días. Son tantas vacaciones para los Estados Unidos que ayer el presidente tuvo que hacer bromas sobre sí mismo:
�Voy a jugar la revancha. La última perdí �dijo a los periodistas en el Bosque Valley Golf Club de Texas�. Si gano siempre, la gente va a decir que no trabajo.
�Pensé que el presidente siempre gana �ironizó un periodista.
�De tanto en tanto se aprende algo nuevo �contestó Bush.
En ese clima tan relajado George W. respondió a las 9 de la mañana sobre el último atentado suicida en Medio Oriente. Después del partido el presidente volvió a atender a los periodistas en el rancho de Crawford. Recomendó visitar un cañón, un bello sendero, uno de estos días iremos juntos, ya verán, y fue entonces cuando un reportero, quizás pensando que le fastidiaría sus vacaciones, le preguntó si estaba a favor de préstamos adicionales para la Argentina. Conviene citar cada tramo de su respuesta y su correspondiente traducción, que
Página/12 armó tras incluir consultas a diplomáticos con acceso fluido a la Casa Blanca.
Respuesta de Bush a la pregunta: ninguna. Traducción: el presidente aún no está dispuesto a comprometer su apoyo a la Argentina. Ni siquiera mencionó las tres palabras mágicas �Fondo Monetario Internacional�.
Bush dijo dos veces que Washington sigue la situación argentina �todos los días�. Lo hace el secretario del Tesoro, Paul O�Neill. Traducción: el presidente se tomará vacaciones, pero no deja de trabajar. Está en comunicación permanente con su ministro de Economía. Segunda traducción: hacer hincapié en el día a día supone rescatar el principio del esperar y ver.
Bush contó que envió a la Argentina al número dos de O�Neill, John Taylor. Traducción: presidente de vacaciones no solo trabaja; se ocupa del mundo.
�Instamos a que la Argentina implemente las reformas que recientemente aprobó el Congreso�, dijo Bush. La palabra �implemente� fue dicha dos veces. Traducción: cumplan con el déficit cero.
Informó Bush que habló con el rey Juan Carlos de España sobre la Argentina. �Está muy preocupado. España tiene en juego en la Argentina más cosas incluso que los Estados Unidos.� Primera traducción: si los Estados Unidos ayudan en el FMI, Europa también debe hacerlo. Segunda traducción: ¿no eran ustedes, europeos, los que nos ganaban todas las privatizaciones? Tercera: el relato pinta muy bien el estilo norteamericano de pulsar la opinión de los amigos que tienen contacto directo con un país en crisis o que inquieta a la Casa Blanca. Funcionarios argentinos suelen escuchar preguntas sobre Paraguay y Perú, y también sobre Venezuela y Hugo Chávez.
�Cuando los argentinos lo hagan (cuando implementen la ley de déficit cero) no solo se ganarán la confianza de nuestro país sino de muchos otros que están preocupados�, dijo en un momento. �Nuestra esperanza es que los argentinos se ganen la confianza de la comunidad de inversores implementando la legislación que aprobaron�, repitió. Traducción, reforzada por el énfasis: el problema no es solo norteamericano y la iniciativa corresponde a los argentinos.
�Pero mantenemos la mente abierta para todas las opciones.� Traducción: un desembolso del Fondo podría ser posible, pero también cualquier otra receta. Los fanáticos de la dolarización, como Carlos Menem, podrían sentirse felices con esta frase, aunque no hay ninguna indicación precisa de que la Casa Blanca la esté buscando.
En rigor, la única indicación que surge de las declaraciones de Bush es la dureza. En los próximos días se sabrá si esa actitud responde a una estrategia de negociar desde la presión. O si Bush solo busca no aparecer como demasiado concesivo, tras haber prometido que se terminaría la política flexible de Bill Clinton de salvar a desordenados irremediables.Si desea que nadie le reproche una frase suya de ayer, para temas domésticos, sobre la necesidad de �no pasarse del presupuesto�. O si, en fin, el Departamento del Tesoro comparte un pronóstico del grupo financiero BNP Paribas hecho público ayer por The Financial Times: �La Argentina caerá. El escenario de default podría producirse en una o dos semanas. La probabilidad de default subió del 60 por ciento de hace tres semanas al 90 o 95 por ciento de hoy�.
Bush prefirió ser impreciso sobre el futuro. Pero a no desesperar. También dejó un halo de misterio sobre el tema más importante de ayer: no dijo si ganó su partido revancha de golf. |
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