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UN CONTROVERTIDO CASO DE ALQUILER DE VIENTRE
Bebés de todos y de ninguno

Una británica demandó a una pareja que  conoció por Internet: alquilaron su vientre pero como son mellizos no los quieren.


Las leyes sobre alquiler de vientre son diferentes en cada país.
Ahora se discute quién tiene derechos sobre los bebés en gestación.

Se trata de un culebrón de los antiguos, condimentado con los modernos avances de la fertilización asistida. Una mujer británica que alquiló su vientre para gestar el hijo de una pareja norteamericana les inició juicio porque, al saber que se trataba de mellizos, el matrimonio se echó atrás. El caso, que está generando un escándalo a dos puntas �en Estados Unidos y en Gran Bretaña� se inserta además en un laberinto legal: ahora Helen Beasley, quien lleva a los bebés en su vientre, quiere entregarlos en adopción, pero se encuentra con que, contrariamente a las leyes inglesas, en California �donde firmó el contrato� todos los derechos sobre los niños pertenecen a la pareja que ya no los quiere.
Beasley, de 26 años, conoció a Charles Wheeler y Martha Berman, una pareja de abogados norteamericanos, a través de un sitio de Internet que conecta a madres subrogantes con matrimonios que desean contratarlas. Firmó con ellos un contrato por 20.000 dólares, de los cuales le adelantaron mil. Helen viajó a California, donde se realizó una fertilización in vitro, para lo cual se utilizaron óvulos de una donante elegida por la pareja y el esperma de Wheeler. El contrato estipuló que si Helen quedaba embarazada de más de un feto, podría realizarse una �reducción selectiva�, un procedimiento legal en Estados Unidos que permite abortar sólo uno de los fetos. 
La mujer, sin embargo, asegura que puso como condición que esa práctica se efectuara antes de la semana 12 de la gestación. Y aunque comunicó a la pareja que se trataba de mellizos en la semana 8, sólo le avisaron que tenían cita en una clínica de San Francisco para hacer el aborto una vez entrada en la decimotercera semana. Ella entonces rechazó la práctica por considerar que era demasiado tarde y ponía en riesgo su salud.
�No quieren a los dos niños y aunque establecimos en el contrato que si era un embarazo múltiple haríamos la reducción, realizaron los preparativos demasiado tarde �dijo Helen�. Yo sentí que no podía hacerlo. Hay riesgo también para el otro bebé. Si uno aborta uno, las posibilidades de perder el otro son altas�.
Entonces el 1º de agosto Beasley presentó una querella contra la pareja en la Corte Superior de San Diego para obtener compensación por los gastos médicos y el sufrimiento emocional. La mujer, madre de una nena de 9 años, sostiene que puede quedarse con los bebés porque no tiene recursos para mantenerlos. 
Según explicó la abogada de Helen, Theresa Erickson, luego de que ella les anunciara a los Wheeler su decisión de no abortar, el contacto con la pareja quedó cortado. �Cuando les informó que no iba a prestarse a la reducción, dijeron: �Sólo queríamos un bebe y no deseamos separarlos, se modo que piense usted que hará con los dos bebés��, relató.
A Beasley le recomendaron que tuviera los bebés en Estados Unidos para luego pelear en los tribunales locales la posibilidad de entregarlos en adopción. Sin embargo, supo que las leyes no están de su lado: mientras que según las normas británicas una madre subrogante mantiene sus derechos sobre los bebes hasta después del parto, en California de entrada los derechos parentales son otorgados a los futuros padres. A Helen le quedaba la posibilidad de pedir ante la ley norteamericana la anulación del contrato.
Pero ayer el caso dio un nuevo vuelco, cuando la abogada de los Wheeler dio a conocer que la pareja había encontrado a otro matrimonio que estaría dispuesto a adoptar a los bebés. �Esta familia ha pasado los exámenes médico, emocional y psicológico necesarios para ser aprobados por la agencia reguladora en su estado�, dijo Dianne Michelsen. La abogada acusó además a Helen y a su representante legal por exponer el caso ante los medios. �La creación de una familia es un asunto muy privado, y creemos que eso se aplica tanto cuando se hace de forma tradicional, por la adopción o con la utilización de reproducción asistida�, afirmó. 
El debate sobre cómo deben realizarse estos acuerdos también se trasladó a Estados Unidos. �Este es un ejemplo típico de la manera en la que no sedebe realizar un contrato con una madre de alquiler �dijo Shirley Zager, titular de un grupo de defensa de padres adoptivos y madre de un niño gestado a través del alquiler de vientre�. Uno de los motivos por los cuales el caso es tan sensacional es debido a que es muy atípico. De los 20.000 bebés nacidos en el mundo por este sistema, sólo conozco ocho casos tan controvertidos�.

 

 

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