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 El premier israelí Ariel Sharon y su canciller Shimon Peres habían arreglado sus disputas: el segundo iba a negociar con los palestinos por orden del primero. La cuestión es que faltaba la opinión de los palestinos. Y es ésta: no dialogar con Israel mientras no desaloje inmediatamente la Casa de Oriente, sede oficiosa de la Autoridad Palestina en Jerusalén Oriental, según el jefe de los negociadores palestinos, Saeb Erekat. El modelo de negociar bajo fuego tiene poco de negociar y mucho de fuego: tanques israelíes bombardearon un puesto policial y dos sedes de la Fuerza 17, la tropa de elite del líder palestino Yasser Arafat, en Jenín (bajo control palestino). Justamente uno de los integrantes de Fuerza 17, Hamada Barsh, fue muerto por disparos israelíes en Ramalá. Israel volvió además a los asesinatos selectivos: mató a un integrante del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), acusado de matar a un israelí. Y detuvo a dos militantes de Jihad Islámica que iban a poner una bomba en una carretera en la franja de Gaza.
El saldo de una jornada violenta se cierra con enfrentamientos varios entre palestinos e israelíes en Cisjordania y Gaza. El más importante fue en las cercanías de la Casa de Oriente, donde 15 palestinos resultaron heridos en choques con la policía israelí. Israel cerró el paso fronterizo de Rafah, única salida para los palestinos de la franja de Gaza hacia Egipto. En este contexto, Peres ensayó unas palabras conciliatorias. �El cierre de la Casa de Oriente no es permanente sino provisional. Se trata de enviar un mensaje cortés a los palestinos, incitándolos a que pongan fin a las matanzas�, declaró.
El que busca arrancar algo más que declaraciones corteses es el enviado norteamericano a la región, David Satterfield, quien se reunió con Arafat y Peres por separado. El presidente norteamericano George Bush puso la presión sobre el líder palestino. �Creo que Arafat puede hacer mucho más para convencer a la gente en la calle de que termine con los actos de terrorismo y los episodios de violencia. Mientras continúen los actos de terrorismo, será imposible iniciar la puesta en marcha de las recomendaciones del informe Mitchell�, dijo. Precisamente, el informe Mitchell de la ONU se basó en un alto el fuego que nunca funcionó, pero que se propuso como alternativa a una respuesta militar israelí a un atentado en Tel Aviv que dejó 22 muertos, en junio. La situación en la región, con más atentados suicidas y más asesinatos selectivos, no cambió. El ministro de Defensa israelí, Benjamin Ben Eliezer, dijo ayer que Israel debe esperar a otro líder palestino para negociar la paz.
En este clima, que no es precisamente el de la apertura de negociaciones, las principales fuerzas palestinas convocaron ayer a una huelga general en todos los territorios de la Autoridad Palestina en protesta por la toma de la Casa de Oriente. Y la organización fundamentalista Hamas, responsable de la mayoría de los atentados suicidas, incluidos el de Jerusalén y el de Haifa, prometió muchos más atentados dentro de territorio israelí.
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