No comments about the
peso, please, le rogó Domingo Cavallo al mediodía,
en un encuentro reservadísimo que mantuvieron en el Ministerio
de Economía. Paul Krugman, economista estrella de la academia norteamericana
e histórico crítico de la Convertibilidad con tipo de cambio
fijo, cumplió. Ayer por la tarde, durante su conferencia en la
convención anual de la Cámara Argentina de la Construcción,
Krugman evitó opinar sobre la crisis argentina: La gente
espera o tiene miedo de que yo haga referencia a la Convertibilidad, pero
no quiero empeorar la situación, así que no voy a hablar
del peso, se excusó. Después, casi se tienta. Dijo
que podía haber un final feliz para estas crisis, pero
citó como ejemplo el caso de México, que hoy crece, pero
hace seis años produjo una maxidevaluación de su moneda.
Y sobre el final dejó un mensaje de esperanza: Creo
que, si vuelvo en dos años y miramos hacia el pasado, vamos a decir
¿por qué había tanto pánico?, tranquilizó,
aunque sin dar ningún indicio de qué pasaría en el
medio.
Apenas terminó su exposición de 50 minutos, por la cual
facturó 35 mil dólares, Krugman evitó el contacto
con la prensa y se apresuró en subir a su habituación, en
el mismo hotel Sheraton. Página/12 lo contactó entonces
telefónicamente, pero el economista de la Universidad de Princeton
volvió a excusarse: No puedo hablar sobre Argentina, no quiero
hablar porque la situación es muy delicada . Tal vez podamos hablar
más cómodamente la próxima vez que vuelva al país,
se disculpó.
¿Cavallo le pidió que no hablara del peso? insistió
este diario.
No comments.
Tras aclarar que no iba a referirse a la salud de la Convertibilidad,
Krugman enfocó su exposición a la situación internacional.
En este sentido, dijo que el crecimiento de la productividad había
sido sorprendente en la última década, lo que permitió
una fuerte expansión económica y también un
clima muy favorable en el mercado de trabajo. En tanto, afirmó
que es cuestión de tiempo para que Europa pegue también
el salto de la productividad, porque cuenta con un alto nivel educativo,
sofisticación tecnológica e inversiones en infraestructura.
En este contexto, según Krugman, la desaceleración de la
economía norteamericana en los últimos seis meses se explica
por hubo inversiones en exceso y ahora se están ajustando.
Sea como fuere, está convencido que la baja de las tasas de interés
que está aplicando la Reserva Federal hará que el dólar
se devalúe en un futuro cercano, reimpulsando el crecimiento norteamericano.
Si tengo razón, estas son buenas noticias, porque harán
la vida más fácil para esta parte del mundo, para países
como Argentina, señaló. De otro modo: la sobrevaluación
del peso, atado al dólar, podría atenuarse gracias a la
devaluación de éste frente al euro, además de haber
una demanda adicional para las exportaciones gracias a la reactivación
de la economía norteamericana.
Sin embargo, no parece que Krugman esté pensando en que la situación
del peso en paridad fija con el dólar vaya a perdurar indefinidamente.
Cuando los países emergentes tienen una crisis no sólo
hay una devaluación, como ocurre en los países desarrollados
sino también otras cosas, afirmó. Pero la mayoría
de los países emergen de estas crisis y lo hacen de una manera
bastante buena, entusiasmo a la platea. Pero el ánimo cambió
cuando puso como ejemplo a México que, como se sabe, experimentó
una maxidevaluación del peso. Seis años después
de la crisis, México tiene un crecimiento más estable, lo
que demuestra que estas historias pueden tener un final feliz, aseguró.
Igualmente, se reservó un mensaje de esperanza para el final: creo
que las cosas van a mejorar, que las intensas presiones se relajaran y
que en dos años, con seguridad, las cosas serán diferentes,
auguró.
LOPEZ
MURPHY Y BRODA DEFIENDEN EL DEFICIT CERO
Me resisto a volver a la tribu
Para dejar la tribu inventamos
la propiedad privada, y si queremos romper la propiedad privada en una
economía capitalista y descentralizada vamos a volver a la tribu,
y yo me resisto a ser tribu de nuevo, dijo, metafórico y
enigmático, el ex ministro de Economía Ricardo López
Murphy, quien ayer, junto al consultor de la city Miguel Angel Broda,
se encargó de insistir en la necesidad de ajustar todavía
más el gasto público.
Durante una conferencia organizada por la Asociación Amigos de
la Universidad de Tel Aviv, López Murphy volvió al ruedo.
Ustedes van a entender mi silencio, desde que dejé la función
pública no he hablado, se disculpó, y se comprometió
a poner el hombro para que hagamos el esfuerzo y podamos superar
una coyuntura extraordinariamente adversa.
Por eso, se negó a opinar sobre las políticas específicas
de Domingo Cavallo. Pero redobló la apuesta por el ajuste fiscal.
En la década del 90 tuvimos una enorme inconsistencia entre
la política fiscal y el régimen monetario que adoptamos,
explicó. Y aseguró que entre 1991 y el 2000 el gasto
público creció, en dólares, no menos del 90 por ciento,
mientras que la economía en el mismo período creció
42 por ciento y el índice de precios de nuestras exportaciones
apenas 3 por ciento.
Para López Murphy este no es un punto doctrinal, ni ideológico,
tenemos un problema aritmético y es bueno que entendamos cuán
difícil es negar la realidad, porque los hechos son testarudos,
afirmó quien fuera eyectado del gobierno por anunciar, a principios
de marzo, un ajuste que la dirigencia política consideró
absurdo.
Broda, en tanto, señaló que ni los residentes en la
Argentina ni del resto del mundo están dispuestos a financiar más
el gasto. Y describió que llevamos 12 trimestres consecutivos
de recesión, período en el cual el PBI per cápita
cayó más de 10 por ciento, no tenemos crédito internacional
ni local, y en el último mes la caída de los depósitos
fue de 8000 millones de pesos.
El consultor número uno de la city fue menos cortés con
Cavallo. Hay un gobierno débil y se han cometido errores
importantes de política económica, disparó.
Para recuperar la confianza, adentro y afuera del país, todo
depende de que esta vez cumplamos con el compromiso de reducción
del gasto, advirtió. Y anticipó una nueva poda del
gasto público: Vamos a caminar un estrecho desfiladero, pero
el déficit cero es probablemente la última chance antes
del abismo, alertó.
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