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LAS PROVINCIAS NO ACEPTAN EL USO DEL BONO NACIONAL
Al país no le copa la Lecop

Sólo Buenos Aires adhirió al uso de las letras de emisión nacional en reemplazo de sus propios bonos. Gobernadores justicialistas y aliancistas le manifestaron sus reticencias
ayer a Colombo y a Cavallo.

Adolfo Rodríguez Saá, gobernador de San Luis, al salir ayer de la reunión en Casa de Gobierno.

Por ahora, las Lecop tienen un único destinatario: el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Carlos Ruckauf. Adolfo Rodríguez Saá, en nombre de los gobernadores de distintas extracciones (oficialistas y opositores) que se reunieron ayer en Casa de Gobierno con funcionarios nacionales, manifestó que las provincias no aceptarán el pago de la coparticipación federal con dicho instrumento. Ello implica que tampoco solicitarán que el Gobierno les facilite esos títulos nacionales para sustituir a los de emisión provincial. Pero el mandatario puntano admitió que se seguirá discutiendo con las autoridades nacionales acerca del eventual uso de las Lecop por las provincias.
Horacio Liendo, asesor externo del Ministerio de Economía, estimó que el volumen de Letras de Cancelación de Obligaciones Provinciales que se emitirán para ser canjeados por patacones bonaerenses será de aproximadamente 400 millones de pesos. Cuando el Estado nacional reciba patacones en pago de impuestos –sólo se aceptarán como medio de cancelación de tributos coparticipables–, los retendrá y le pagará a la provincia un valor equivalente en Lecop, a cuenta de la coparticipación federal de impuestos. Pero este mecanismo sólo se aplicará con las provincias que lo soliciten y como sustituto de la emisión de bonos provinciales. Las provincias, a su vez, podrían pagar deudas a proveedores y los sueldos con dichas Lecop, que contarán con el respaldo del Fondo Fiduciario para el Desarrollo Provincial, que acumula 1000 millones de pesos.
Liendo mostró su confianza en que las Lecop serán de “aceptación generalizada” tanto entre proveedores como en el comercio y las empresas de servicios públicos. “No creo que haya dificultad para usarlos para distintos fines, porque todas estas empresas finalmente pagan impuestos, entonces van a poder descargar las Lecop o los patacones que reciban en sus cuentas impositivas”, opinó.
Sin embargo, salvo Ruckauf, los mandatarios provinciales de distinto signo manifestaron su rechazo a los bonos de emisión nacional. “La posición muy firme de todos los gobernadores es que no podemos aceptar el pago de la coparticipación en Lecop”, afirmó Rodríguez Saá, al término de una reunión de gobernadores justicialistas y de la Alianza con el presidente De la Rúa, el jefe de Gabinete y el ministro de Economía. Pero aceptó que Cavallo y Colombo aclararon que no era la intención del gobierno nacional abonar la coparticipación con Lecop sin el consenso de las provincias. El acuerdo alcanzado es que sólo se emitirán Lecop para aquellas provincias que lo soliciten. Rodríguez Saá señaló que San Luis podría aceptar la emisión de esas letras pero “no para pagar salarios ni deudas con proveedores”, sino para el financiamiento de obras públicas.
Ruckauf, en cambio, volvió a defender enfáticamente el uso de los bonos para el pago de las obligaciones del estado provincial. “Con la creciente restricción monetaria nacional y la cadena de pagos prácticamente rota, el patacón hará que exista mayor actividad económica” en las provincia, aseguró. “La defensa que yo hago del patacón es una defensa del bolsillo de los empleados, porque lo que intento es que nadie pague por un patacón menos de un peso”, indicó Ruckauf, quien consideró “fundamental que el gobierno nacional haya decidido tomar el patacón en paridad con el peso para el pago de impuestos”, en referencia al acuerdo de canje por Lecop firmado el martes último.
En tanto, los gobernadores también analizaron con las autoridades nacionales la implementación del denominado “bono federal”, con el que la Nación cancelará una deuda por 1200 millones de pesos que mantiene con los estados provinciales, por la suba de tres puntos porcentuales del IVA (del 18 al 21 por ciento) en 1996 que no fue coparticipada.

 


 

UNA PELOTA QUE PICA EN EL AREA DE DANIEL MARX
Ñoquis, retornos y dobletes

Por Julio Nudler

Como muestra de desmanejos dentro de la estructura del Ministerio de Economía, el INdeR colma todas las aspiraciones. Según fuentes seguras, el liquidador anterior, Sergio Bunin, quien debió dimitir a principios de junio, sigue cobrando en el organismo como asesor, con un sueldo de $4500, pero sin cumplir tarea alguna. Bunin, empero, niega haberse convertido en un ñoqui, y anoche aseguró a Página/12 que en realidad le deben los haberes de enero y febrero, que nunca le pagaron. Pero además afirma que, en su momento, Roberto Mori, asesor de Daniel Marx, de quien depende el Instituto Nacional de Reaseguros, le reprochó “no manejar los códigos del Estado”, uno de los cuales consistiría en “no pagar sin cobrar”. Esta equívoca frase no aludiría al Déficit Cero, del que por entonces todavía no se hablaba, sino presuntamente a la exigencia de retornos contra cualquier desembolso. La denuncia de este episodio llegó por escrito a manos de Domingo Cavallo a fines de mayo.
“Me criticaban no haberme adaptado al Estado”, rememoró Bunin ante la consulta de este diario, refiriéndose a una entrevista que mantuvo con Mori en el despacho de éste en la Secretaría de Finanzas.
–¿Qué quiso decir Mori exactamente?
–No entro en detalles. Sólo le digo que yo se lo pregunté, y él me respondió que esa cosa se sabía.
–¿Le habló concretamente de retornos?
–Nunca me lo dijo de manera directa. Pero estuve suficiente tiempo en el Estado para saber que esa cuestión es muy común. De hecho, tres semanas después de que yo empezara a efectuar los primeros pagos de deudas a compañías de seguros me echaron.
Dos ex colaboradores estrechos de Bunin, Emilio Toscano (coordinador general) y Amadeo Traverso, también sostuvieron –antes del desplazamiento de todos ellos– que Mori, a quien Marx encargó ocuparse del tema seguros, se estaba refiriendo a la necesidad de exigir aportes a las aseguradoras con las cuales el INdeR saldase sus viejas deudas –que, según cálculos siempre polémicos, ascenderían a $425 millones–.
En cuanto al actual liquidador, Rubén Poncio, retiene su función como privatizador del Banco Provincial de Córdoba, adonde viaja todas las semanas con cargo al INdeR, según fuentes de este organismo. Reiteradas veces se sostuvo desde el Gobierno que ningún funcionario puede detentar dos puestos al mismo tiempo, pero esto no parece ser tenido en cuenta por Economía respecto de su gente.
Quien sobrevivió a Bunin fue el abogado Roberto Luqui, relacionado con el estudio Castiñeira, Liendo y Asociados. El INdeR contrató a este bufete, al que pertenece Horacio Liendo, para que lo patrocine.

 

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