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EL LUNES SE ANUNCIA EL ACUERDO CON EL FMI Y NUEVAS MEDIDAS
La plata está, pero pongan el paquete

La misión Marx cumplió
una semana en Washington.
Pero la inminencia del acuerdo tranquilizó a los mercados. El FMI ya no cree en promesas: junto al acuerdo, el Gobierno deberá anunciar las medidas del ajuste: reforma previsional y condicionalidad a la coparticipación.

George W. Bush, presidente de EE.UU. Otro apoyo a Argentina.
No hay consenso entre el G7, dis-crepancia que demora el acuerdo

Por Claudio Zlotnik

Una negociación que demandaría no más allá de un fin de semana ya se prolongó siete días. Y lo más probable es que siga todo el fin de semana. El anuncio del acuerdo se produciría el próximo lunes. Y, en forma simultánea, se anunciarán las medidas que deberá tomar el Gobierno para poder destrabar la ayuda extraordinaria. En su mayoría se trata de proyectos de ley, como la reforma previsional y una nueva coparticipación federal de impuestos, que el Congreso deberá tratar. Mientras tanto, las negociaciones entre Economía y el Fondo Monetario para liberar fondos extraordinarios hacia la Argentina se han complicado más de la cuenta. Funcionarios consultados por Página/12 dijeron que el retraso tiene dos causas: la propia interna en el seno del FMI sobre la ayuda a la Argentina y las condiciones que el Gobierno deberá cumplir para mantener vigente el nuevo acuerdo. A pesar de este panorama, los financistas dan por descontado que habrá un paquete de ayuda. Y por tal motivo el riesgo país volvió a bajar –62 puntos, hasta los 1391–, mientras que las acciones recuperaron 2,4 por ciento.
Tal como adelantó este diario, las exigencias del Fondo Monetario para liberar la ayuda comprendían desde la privatización del Banco Nación hasta la desregulación de las obras sociales, la reforma previsional y la reestructuración del PAMI y de la Anses. En efecto, en la última etapa de las discusiones se están planteando los plazos en que el Gobierno podrá garantizar el cumplimiento de esas condiciones. Estas pautas, denominadas como “reformas estructurales”, son complemento de la ley de Déficit Cero, que en los hechos se ha convertido en el programa económico del Gobierno.
Justamente, respecto del Déficit Cero hay dos cuestiones que se siguen negociando: cada cuánto se monitorearán las cuentas y la realización de un nuevo ajuste en las provincias. El FMI aspira que se cumple mensualmente el Déficit Cero, mientras que el equipo económico contraofertó cada seis meses. El plazo que habrían acordado sería de tres meses. Sobre el otro punto, el reclamo de los técnicos de Washington es que Economía elimine la garantía de 1364 millones que mensualmente la Nación gira a los distritos del interior. A cambio, el FMI quiere que las provincias se lleven una cuota proporcional a lo que recauda la Nación.
Aunque aún no están cerradas las discusiones en Washington, un calendario aproximado a lo que sucederá en las próximas horas podría ser el siguiente: después del fin de semana se anunciará una “recomendación” al directorio del FMI para que éste apruebe el auxilio a la Argentina. No se menciona explícitamente, pero Daniel Marx retornará al país con la consigna de aprobar las nuevas medidas antes de que el board del Fondo se reúna. El resto de la historia sigue siendo obvia: habrá dinero contante y sonante siempre y cuando Argentina cumpla con las condiciones.
La versión más consistente que circula tanto en Wall Street como en el microcentro porteño da cuenta de que, en los papeles, el auxilio ascenderá a 15.000 millones de dólares. De ese total, 6000 a 8000 millones serían los fondos frescos aportados por el FMI. Otros 2500 a 3000 millones provendrían de la línea contingente del Banco Central –a la que el Banco Mundial y el BID se suman con 1000 millones–, mientras que el Fondo adelantaría los 2500 millones pautados en el blindaje. El resto sería aportado por distintos países de Europa, como España e Italia.
Sin embargo, lo más probable es que haya un desembolso inicial mínimo al que se le añadiría la línea contra corridas del Banco Central por entre 2500 a 3000 millones. Todo ese dinero servirá para engrosar las enflaquecidas reservas del BC. Si se confirma este esquema, el resto de las partidas estarán condicionadas a que Domingo Cavallo cumpla con las reformas estructurales y con el Déficit Cero.
Por ahora, y ante la falta de anuncios, a varios funcionarios les ganó la ansiedad. El canciller Adalberto Rodríguez Giavarini fue uno de ellos. “Acabo de hablar a Washington. El FMI emitirá un comunicado de apoyo en unplazo breve”, adelantó. Pero su estimación resultó una falsa alarma. Minutos después, un portavoz del organismo utilizó el clásico “no comments” (sin comentarios) cuando se le consultó sobre los dichos del canciller, que de todos modos quedaron desmentidos con el correr de las horas.
Lo cierto es que, con el pasar de los días, las autoridades del Fondo lograron imponer el bajo perfil a las discusiones. Los cálculos de los funcionarios de lo que podría ser el socorro desaparecieron de escena, siendo reemplazados por los pedidos de cautela, como el que ayer expresó el asesor Horacio Liendo. “Son exageradas las expectativas sobre una rápida conclusión de las tratativas”, indicó en declaraciones radiales. Tanto fue el mutismo que ni siquiera hizo declaraciones el viceministro Daniel Marx, quien en las seis noches anteriores al menos había pronunciado frases de circunstancia frente al periodismo.
En todo caso, la única señal concreta que partió desde Washington fue la enviada por George Bush. A través de sus voceros, el presidente estadounidense dejó trascender que analizó el caso argentino con sus asesores económicos, entre los que figuró el secretario del Tesoro Paul O’Neill, mediante una teleconferencia que protagonizó desde su rancho de Crawford, Texas, donde pasa sus vacaciones veraniegas. Sin mencionar el contenido de esas conversaciones, que Bush extendió con sus pares del Grupo de los Siete, el vocero presidencial manifestó que su jefe “sigue instando a la Argentina a trabajar con el FMI”. Traducción: Estados Unidos todavía no resolvió (o no quiere decir) cuál es su decisión final frente a la crisis argentina que, como principal socio del Fondo, debe comunicarla al directorio del organismo.
Precisamente, una alta fuente del Gobierno dijo a este diario que “todavía no existe un consenso simultáneo” entre los representantes del FMI, y que esa es una de las causas por la cual todavía no se aprobó el convenio. Esto significa que ni Estados Unidos ni los países más poderosos de Europa se han puesto de acuerdo aún en la participación que tendrán en el auxilio financiero. Esa participación se divide en dos: el monto que se aportará a la Argentina y la manera en que se hará.

 

Datos de la crisis
Reforma previsional y una nueva coparticipación federal de impuestos, condimentos del    nuevo paquete.
El lunes se harán los anuncios, al tiempo que el Fondo anuncie que “recomendará” al    board la aprobación de la ayuda a la Argentina.
Los analistas descuentan que las medidas prolongarán la recesión.
En el primer semestre del año creció la cantidad de pobres en el área metropolitana.

 

Un clima más respirable

La certeza de que el desembolso del Fondo Monetario se hará realidad tranquilizó a los financistas. El riesgo país cayó a 1391 puntos, ante la suba del 3 por ciento en los títulos públicos, y las acciones avanzaron 2,4 por ciento. En este clima más aliviado, se ha detenido la fuga de depósitos. El martes pasado, los depósitos bancarios totales crecieron 25 millones. Mucho más amplio fue la mejora en los plazos fijos, que ese día crecieron en 116 millones. También hubo un aumento de las reservas de 76 millones y una caída al 14,5 por ciento en pesos en la tasa interbancaria, un referente para el resto del sistema financiero.
Si bien la recuperación de depósitos aparece como mínima frente a los 390 millones que habían subido el viernes, lo cierto es que el dato alegró a los banqueros porque la mejora en el último día hábil de la semana pasada se debió a que el Gobierno depositó el pago del vencimiento de una Lete. La suba del martes, en cambio, se explicó por un cambio de expectativas de los ahorristas particulares, se entusiasmaron ayer en las entidades financieras.

 

Ayuda, antes de que sea tarde

Los presidentes de Chile y México reclamaron, en una declaración conjunta, que la comunidad internacional “se involucre de manera rápida y efectiva” en la solución de la crisis económica argentina. Los presidentes de ambos países, Ricardo Lagos y Vicente Fox, se reunieron ayer en forma previa al inicio de la Cumbre del Grupo Río, que juntará a las autoridades de 19 países de Latinoamérica y el Caribe en Santiago mañana, viernes. “Es cierto que lo que puede detonar es Argentina, pero lo importante es preservar la existencia de los mercados emergentes a nivel internacional”, dijo Lagos tras reunirse con Fox. El comunicado conjunto destaca los esfuerzos fiscales realizados por Argentina e indica que el país necesita de manera “esencial” el respaldo de los organismos financieros.

 

LA PRODUCCION CAYO EL 4 POR CIENTO EN JULIO
La industria se derrumba

La producción industrial retrocedió en julio 4,1 por ciento en relación a igual mes del año pasado, con lo cual acumula una caída del 2,5 por ciento en los primeros siete meses del año. Son los datos oficiales distribuidos ayer por el INdEC. Peor aún, de la encuesta de expectativas surge que sólo el 14 por ciento de los empresarios prevé una mejora de la demanda en los próximos meses, mientras que el 86 por ciento restante dice que disminuirá o se mantendrá en los deprimidísimos niveles actuales.
El INdEC difundió ayer dos indicadores que, aunque no sorprendieron a nadie, cayeron como un balde de agua fría entre los funcionarios del ala política del Gobierno. Al impresionante incremento de la pobreza (ver página 4), se le agregó la fuerte caída de la producción manufacturera durante el mes pasado.
El Estimador Mensual Industrial (EMI) del organismo experimentó en julio una baja de 2,1 por ciento, en términos desestacionalizados, en relación a junio, lo cual muestra que la recesión sigue profundizándose. Las ramas más afectadas por la depresión fueron la metalmecánica, automotores, materiales de construcción y aluminio. Mientras que la producción de petróleo fue una de las pocas áreas que se salvó de la debacle.
En el Ministerio de Economía apuestan a que en agosto la historia empiece a cambiar. Sin embargo, hay dos datos que juegan en contra de esa ilusión. Por un lado, como informó ayer este diario, la recaudación durante los primeros diez días hábiles del mes siguió en el tobogán, lo cual es un indicador indirecto del nivel de actividad. Por otro lado, la propia encuesta del INdEC, que mide las expectativas de los empresarios, revela que no hay elementos para entusiasmarse. Los resultados son los siguientes:
El 26,2 por ciento de los encuestados prevé una baja de la demanda interna, el 60 por ciento no espera cambios, mientras que sólo un 13,8 por ciento anticipa un aumento.
El 19,7 por ciento de los importadores adelanta una baja en la compra de insumos, el 72,1 por ciento no prevé cambios –es decir, que se mantendrían los ajustados niveles actuales– y sólo un 8,2 por ciento confía en que aumentará.
El 27,7 por ciento de las empresas prevé una baja en la utilización de la capacidad instalada para los próximos meses, el 60 por ciento dice que no variará y sólo el 12,3 por ciento adelanta una suba.
Sólo los exportadores se muestran más optimistas. El 28,8 por ciento espera un incremento de sus ventas, el 64,4 por ciento no anticipa cambios y el 6,8 por ciento afirma que sus ventas al exterior disminuirán.

 


 

EL ACUERDO LLEGA, PERO NO TODAS SON BUENAS NOTICIAS
Los analistas ya prevén mayor recesión

Mientras “los mercados” empiezan a preparar la nueva zanahoria tras la cual correrá la política económica oficial una vez superado el capítulo del “paquete de ayuda del FMI”, los afamados “analistas” y “estrategas” para mercados emergentes de los principales bancos de inversión ya empiezan a avisar que el salvavidas en curso no será suficiente para salvar al ahogado.
A través de la opinión de tres diferentes analistas de Wall Street ayer, quedó claro que la recesión que se viene con el actual ajuste no podrá sorprender a nadie. Un cuarto, incluso, fue más allá, al señalar que ni siquiera bajará en forma sustancial el riesgo país. Lo curioso es que, de todas maneras, los cuatro aplauden la llegada del mal llamado salvavidas.
Pablo Goldberg, de Merril Lynch, afirmó que la asistencia crediticia del FMI será importante para preservar la solvencia del sistema financiero, pero no significará la reactivación de la economía. Fernando Losada, del ABM-Amro Bank, sostuvo que el recorte que el Gobierno debe hacer en salarios y jubilaciones para cumplir con el déficit cero en los próximos meses “será mayor” al 13 por ciento aplicado en julio, y ello actuará en forma negativa sobre la actividad económica.
Walter Molano, del BCP Securities, señaló que el monto “de plata fresca” que recibiría Argentina, 6000 millones sobre un paquete global de 15 mil millones de dólares de apoyo, “no cambia el panorama” y que el mercado “lo va a ver” como una forma “disimulada del gobierno de Estados Unidos para no dar un apoyo más fuerte”. “En Washington la gente está un poco cansada de recibir tantas delegaciones, muchas promesas y siempre una falta de cumplimiento en lo que se promete”, advirtió.
Jaime Valdivia, de Morgan Stanley, pronosticó que la asistencia financiera extra “no reducirá el riesgo país más allá (por debajo) de los 1350 puntos básicos”. Asimismo advirtió que el ajuste sobre sueldos, jubilaciones y transferencias a las provincias para alcanzar el déficit cero “puede atentar contra la recuperación” de la economía.

 

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