Por Steven Dudley
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Desde
Bogotá
Colombia puede pasar por momentos
difíciles para probar que los tres presuntos miembros del IRA capturados
en el país realmente entrenaban guerrilleros, según concedió
ayer la oficina del fiscal del gobierno. Los tres hombres, identificados
como Niall Connolly, James Monaghan, y Martin McCauley fueron arrestados
en el aeropuerto de El Dorado en Bogotá el sábado cuando
trataban de salir del país. Los tres hicieron su primera aparición
en la Corte, un proceso conducido por circuito cerrado de televisión
en Colombia, el miércoles, acusados de utilizar falsos pasaportes
y de entrar ilegalmente al país. Mientras tanto, en Irlanda del
Norte, el incidente estaba ayudando a los enemigos de Sinn Fein, brazo
político del IRA, que acusan a esta organización de conspirar
con narcotraficantes, y en EE.UU. el Departamento de Estado manifestó
su preocupación.
El gobierno colombiano puede tratar de extender las acusaciones para incluir
el entrenamiento de grupos armados ilegales después que las primeras
pruebas hechas por los investigadores mostraran rastros de explosivos
en la piel de los hombres. Pero ayer comenzaron a surgir las dudas desde
la oficina del fiscal del gobierno sobre su capacidad para condenar a
los hombres bajo acusaciones de terrorismo. Aún si tienen
explosivos en sus manos, va a ser un caso difícil, dijo Bernardo
Colmenares. A pesar de las restricciones de la corte para informar, se
ha dicho que los hombres negaron las acusaciones declarando que ellos
solo estaban de pasada y habían decidido visitar un área
controlada por el mayor grupo guerrillero de Colombia, las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC), para verificar el proceso de paz entre
el gobierno y el ejército rebelde.
El lunes, oficiales militares colombianos dijeron que los tres hombres
estuvieron en la zona desmilitarizada durante cinco semanas, entrenando
a los rebeldes en el uso de explosivos y morteros. Se cree que el entrenamiento
es parte de un intento de las FARC de expandir su actividad militar hacia
las ciudades. La organización, que tomó las armas en 1964,
es un movimiento rural. En junio, su comandante militar fue filmado diciendo
que las FARC querían incrementar su presencia en las ciudades.
Los tres sospechosos también podrían ser extraditados por
crímenes cometidos en Irlanda o en el Reino Unido. Pero el gobierno
colombiano dijo que ninguno de esos gobiernos había pedido hasta
el momento la extradición de los hombres.
Mientras tanto, la oficina del fiscal general del gobierno le pidió
a las autoridades británicas e irlandesas que provean toda la información
sobre la identidad y el pasado de los sospechosos. Se rumoreaba que había
un video y fotografías satelitales de los tres hombres mientras
estaban en territorio de las FARC. Pero el ejército dijo que no
tenía conocimiento de esa evidencia.
* De The Guardian de Gran Bretaña, especial para Página/12
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