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DOCUMENTO DE APOYO A LA ARGENTINA DEL GRUPO RIO
Una ayudita de los amigos

Es un pedido dirigido a los organismos internacionales. Fue firmado en Santiago de Chile por los 19 presidentes que integran el grupo. Sus impulsores fueron Cardoso, Fox y Lagos.

Los presidentes de Argentina, Chile y Perú quedan a cubierto
de la mojadura en Santiago.

Finalmente llegó. Ayer, los 19 presidentes del Grupo Río reclamaron a través de un comunicado oficial que los organismos internacionales “adopten las medidas financieras necesarias para solventar los requerimientos que la economía argentina exige en estos momentos”. La esperada declaración se produjo luego de una serie de complicadas negociaciones y en un momento crucial: mientras los líderes de Latinoamérica deliberan en Santiago de Chile, el equipo económico argentino continúa en Washington negociando con el FMI.
El documento se difundió ayer, en Santiago, donde la XV Cumbre del Grupo de Río –que nuclea a todas las naciones de Centro y Sudamérica salvo Cuba y Haití– se reunió para el encuentro anual. El comunicado sostiene que la gestión de De la Rúa “ha efectuado esfuerzos significativos para lograr el ajuste financiero necesario” y exhorta a los organismos internacionales de crédito a que apoyen los reclamos de auxilio. “Los presidentes exhortaron a la creación de climas propicios para alcanzar el éxito de este tipo de gestiones, reduciendo y evitando los factores especulativos que muchas veces prevalecen en estas situaciones”, asegura el documento.
El día anterior, recién llegado a Santiago, De la Rúa se había reunido con los presidentes de México, Vicente Fox, de Chile, Ricardo Lagos, y de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, quienes expresaron su apoyo a la difícil situación que atraviesa la economía argentina. Pero fueron sólo declaraciones periodísticas, y el gobierno argentino buscaba un gesto más formal.
Ayer, por la mañana, De la Rúa participó de la ceremonia inaugural de la cumbre, que se realizó en el Salón de las Artes del espacioso Centro Cultural Mapocho, la antigua estación ferroviaria de Santiago, hoy reciclada y remodelada para realizar grandes eventos internacionales. Habló el presidente de Chile, quien sostuvo que “nuestros pueblos quieren votar, pero también quieren recibir los resultados del progreso material y espiritual”.
Un rato después comenzaron las reuniones de trabajo, pero la atención de la Argentina pasaba por otro lado. “Habrá que verlo. Los presidentes van a tener un diálogo reservado respecto de cualquier tema que estimen pertinente, y puede surgir aquella posibilidad”, dijo la canciller chilena, Soledad Alvear, cuando le preguntaron si el Grupo Río emitiría alguna señal de respaldo a la Argentina.
Las actividades continuaban: la foto oficial, que se realizó en la Plaza de la Constitución con la Casa de la Moneda de fondo, el almuerzo, la ofrenda a San Martín que colocaron De la Rúa, Lagos y el presidente del Perú, Alejandro Toledo. Después hubo reuniones de trabajo, una videoconferencia transmitida a 20 ciudades. Y, al final, la difusión del documento con el apoyo a la Argentina.
Había dudas. Algunas versiones indicaban que las declaraciones previas de Fox, Lagos y Cardoso no tuvieron una consulta previa y habían caído mal en el resto de los integrantes del grupo. Otra indicaba que muchos jefes de Estado creían que el reclamo argentino debía formularse ante Grupo de los Siete, integrado por las naciones más poderosas, y no ante el Grupo Río. Pero finalmente se dio. Y en un momento crucial: mientras los presidentes deliberaban en Chile, medio equipo económico continúa en Washington negociando con el FMI la ayuda financiera.
A la hora de decidir el apoyo, no sólo habrían pesado las presiones de la Cancillería argentina o la buena relación entre los Estados latinoamericanos: fue clave la necesidad de muchos países –sobre todo de Brasil, México y Chile– de evitar que la crisis financiera se extienda a la región y que una eventual caída de la Argentina los arrastre sin remedio.

 


 

OPTIMISTAS DECLARACIONES DE FERNANDO DE LA RUA
“Esperamos buenas noticias”

“Están muy bien las gestiones que estamos realizando en Washington, de modo que estamos esperando siempre buenas noticias”, sostuvo ayer Fernando de la Rúa, cuando lo consultaron por las negociaciones que Daniel Marx realiza ante el FMI para conseguir la ayuda financiera. Sin embargo, el Presidente no quiso responder al secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Paul O’Neill, que –otra vez– había formulado declaraciones poco amistosas para la Argentina.
“Se trabaja para encontrar un camino que cree una Argentina sustentable, no sólo uno que continúe consumiendo el dinero de los plomeros y carpinteros en Estados Unidos, que hacen 50 mil dólares al año y se preguntan qué diablos estamos haciendo con su dinero”, había asegurado O’Neill a la cadena CNN. Un par de semanas atrás, el funcionario había asegurado que la Argentina no tenía un proyecto de país, ni una industria de exportación y que nadie la había obligado a ser así.
“No conozco la declaración”, se limitó a asegurar De la Rúa cuando le preguntaron por las declaraciones del secretario del Tesoro. Lo dijo en Santiago de Chile, donde participa de la XV Cumbre del Grupo Río (ver aparte). El Presidente prefirió destacar el apoyo de los líderes de la región. “La misión sigue trabajando, tengo confianza porque además hay un gran respaldo de todos los presidentes de la reunión del Grupo de Río y ese respaldo se va a traducir también en una declaración del encuentro”, señaló.
En cuanto a la volatilidad de los mercados argentinos, que ayer volvieron a reaccionar negativamente ante la demora de la ayuda financiera, De la Rúa intentó tranquilizar los ánimos: “La Bolsa (que ayer bajó) no es un indicador sustancial, hay que ver la tasa de interés internacional y en eso sí mantenemos estabilidad, en el riesgo país y la consistencia de la economía, por lo cual debemos aguardar con confianza otras decisiones”.
El canciller, Adalberto Rodríguez Giavarini, que también se encuentra en Chile, redondeó las declaraciones del Presidente. “Todos tenemos deseos de tener las mejores noticias para nuestro país, pero debemos dejar también que se cumplan los tiempos que tienen los organismos técnicos internacionales”, sostuvo.
“Las cosas se están haciendo muy, muy bien, y yo estoy confiado en que esto terminará afortunadamente para el país. De todas maneras es bueno administrar cualquier tipo de expectativa con cautela y prudencia. Lo primero que tenemos que ver es que este desafío no viene de ahora, es un desafío que en las sucesivas crisis tuvimos que afrontar, pero que vamos a superar”, se entusiasmó el canciller.

 

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