Por Adriana Meyer
El síndico Rafael Bielsa
seguramente se alegrará por la primera parte de esta noticia, pero
le causará preocupación la segunda. El fiscal federal Miguel
Angel Osorio pidió su sobreseimiento en la causa que inició
el ex secretario de Inteligencia, Fernando de Santibañes, por violación
de secretos de Estado, abuso de autoridad y violación de los deberes
de funcionario público. El ex jefe de la SIDE lo había denunciado
tras la difusión de un informe de auditoría, realizado en
la causa referida a los sobornos en el Senado, que detectó irregularidades
en el manejo de las cuentas de la SIDE. Pero el pronóstico es oscuro
porque el juez Rodolfo Canicoba Corral no tendría la misma opinión
que Osorio. Está más cerca de ser llamado a indagatoria
que del sobreseimiento, comentó a Página/12 una fuente
judicial.
El 5 de setiembre del año pasado el director de Investigaciones
de la Oficina Anticorrupción (OA) Manuel Garrido solicitó
a la Sindicatura General de la Nación (Sigen) un informe de auditoría
respecto de distintas entidades, entre las que incluyó a la Secretaría
de Inteligencia del Estado (SIDE). Un mes después la Sigen presentó
el informe con datos proporcionados por la Tesorería, la Contaduría
y el Banco de la Nación, y por la propia SIDE. Osorio entendió
que el organismo presidido por Bielsa en ningún momento pretendió
violar la normativa vigente, de hecho reconoció concretamente dicha
restricción luego de un estudio exhaustivo de la legislación
especial aplicable al caso, por lo que sólo circunscribió
su tarea al material de carácter público compilado.
Por ese motivo, y por la insistencia de la OA, solicitó al Poder
Ejecutivo Nacional, el levantamiento del secreto sobre la documentación
y rendición de cuentas internas de las erogaciones de la SIDE.
La OA quería esa información para aportar a la investigación
sobre el supuesto pago de sobornos a senadores que aprobaron la Ley de
Reforma Laboral. Gran revuelo se armó cuando trascendieron los
resultados: según la Sigen, De Santibañes informó
a la Contaduría General que había gastado 22 millones 300
mil pesos cuando en realidad ese dinero estaba depositado en una cuenta
bancaria secreta. Cuando el ex banquero hizo su descargo ante la OA argumentó
que esos movimientos se hicieron como previsiones presupuestarias.
De todos modos, renunció a su cargo el 20 de octubre, tras haber
desmentido el informe.
El ex jefe de los espías respondió, además, iniciando
la querella contra Bielsa. Lo acusó de violar secretos de Estado
por la difusión que tuvo el informe, abuso de autoridad
e incumplimiento de deberes de funcionario. Además, cuestionó
la competencia de la Sigen para investigar a la SIDE. El informe de Bielsa
se basó en la Ley de Contabilidad y De Santibañes sostiene
que la SIDE se rige con normas especiales.
El fiscal Osorio determinó que no existe propalación
de secretos puesto que la información supuestamente difundida por
la Sigen fue previamente objeto de la opinión pública por
una nota periodística que apareció antes que concluyera
la auditoría. Pero la prueba determinante, a criterio del fiscal,
la dio el propio De Santibañes cuando fue entrevistado por Horacio
Verbitsky en el programa Día D, el 17 de octubre de
2000. En esa oportunidad, el ex jefe de los espías no desmintió
en ningún momento haber facilitado, con anterioridad al informe
de auditoría de la SIGEN, información sobre las mentadas
cuentas a jueces, al Senado y a corresponsales extranjeros. Concluyó
Osorio que esto permite inferir que tal violación de secretos
atribuida a la Sindicatura no tiene razón de ser puesto que ha
sido el propio denunciante quien dio a conocer públicamente la
información que pretende tachar de secreta.
A pesar del pedido de sobreseimiento, allegados al juzgado de Canicoba
Corral estimaron que la situación del síndico es complicada
y mencionaron un informe de Presidencia de la Nación que lo comprometería.
En los últimos meses, Bielsa bajó su nivel de exposición
pública, que tuvo su punto más alto con el escándalo
de los sobornos en el Senado. El organismo que dirige está dedicado
ahora al control del gasto público y su última aparición
protagónica fue como mediador en el conflicto del Hospital Posadas.
Mientras tanto, De Santibañes reparte su tiempo entre la cría
de gallinas, los viajes al exterior y frecuentes encuentros con su amigo
Fernando de la Rúa. Pero tiene un frente judicial complicado: sigue
imputado en la causa de los sobornos en el Senado, podría estarlo
en la que investiga el informe de la Sigen, lo roza el caso Inducuer y
fue querellado por los ex agentes que despidió durante su gestión.
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