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Diputados furiosos tras ser acusados de coimeros

El obispo de Catamarca, Elmer
Miani, denunció supuestas coimas de una empresa a los diputados nacionales para que votaran el proyecto de la ley de Salud Reproductiva. Los legisladores se indignaron y le piden que vaya a la Justicia a formalizar su denuncia.

Con posiciones ultraconservadoras, Miani ya se lanzó en varias cruzadas este año.

Las expresiones del obispo de Catamarca, Elmer Miani, con las que denunció presuntas coimas en el Congreso nacional para forzar la media sanción del proyecto de Salud Reproductiva, motivaron respuestas que reflejan sorpresa y hasta indignación. “Yo no cobré nada y no creo que nadie lo haya hecho. Es de una gravedad institucional tremenda que un obispo salga a decir estas cosas sin aportar la más mínima prueba, con el único argumento de su posición personal sobre un tema”, dijo a Página/12 el diputado catamarqueño Horacio Pernasetti, titular del bloque de la Unión Cívica Radical (UCR). “Soy católica y me duele debatir con un obispo, pero lo que dijo es absolutamente temerario”, replicó la legisladora de esa provincia María Teresita del Valle Colombo, del Frente Cívico y Social. Pernasetti anunció que hay consenso entre diputados de distintas bancadas para propiciar un pedido de informes para que el obispo “se presente ante la Justicia para formalizar su denuncia, si es que tiene pruebas”.
El jueves, Miani sostuvo que hubo diputados que recibieron 50.000 dólares por votar la ley y cuando le preguntaron quién habría pagado se refirió una empresa (que no mencionó) “que promueve las propagandas de anticonceptivos”.
La legisladora peronista Graciela Giannettassio, consultada por este diario, consideró que se trata “de un fenómeno absolutamente local y de una posición personal del obispo” de Catamarca. En ese sentido, recordó que cuando comenzó el tratamiento del proyecto “se hizo una consulta a todas las iglesias, incluyendo la católica, por supuesto, y hasta se escucharon muchas de las sugerencias, de manera que es un tema que debería estar superado”. Respecto de la denuncia sobre presuntas coimas, dijo que el problema “escapa a la órbita del Congreso y en todo caso debería motivar la intervención del ministerio público para que se abra una investigación”, aunque ella insistió en que “esto no pasa de ser una cuestión personal del obispo” que “agrede la sensibilidad de los católicos que han trabajado en favor de esta norma”.
El diputado Pernasetti reaccionó con más dureza y recalcó que lo dicho por el obispo “es absurdo y carente de toda seriedad”. El presidente del bloque de la UCR dijo que para que la denuncia tenga “alguna seriedad”, Miani “tendría que aportar pruebas y dar precisiones de nombres y de circunstancias”. A priori, el legislador estimó que las manifestaciones del obispo Miani “forman parte de un conflicto como el que se ha planteado en Catamarca, entre la Iglesia y el gobierno, a partir de la derogación de la enseñanza religiosa obligatoria en las escuelas” de la provincia.
El deseo del diputado Pernasetti es que el obispo “venga al Congreso para dar precisiones” sobre lo que dijo el jueves en la localidad catamarqueña de Recreo, a la que volvió a calificar como “la capital nacional del aborto”, por haber aprobado la aplicación de un programa de salud reproductiva que en realidad todavía no ha podido ser llevado a la práctica “por falta de fondos”, según confirmó ayer a este diario la concejal Silvia Santander, impulsora de la idea.
La diputada María Teresita Colombo reconoció que a ella, que trabajó en el tema durante varios años, le resulta “sumamente doloroso y difícil tener que darle una respuesta a un obispo, porque yo soy católica”. De todos modos priorizó su actual situación de “funcionaria pública” y justificó “plenamente” la media sanción de la ley nacional, que todavía no fue tratada en el Senado. “Los legisladores tenemos la obligación moral de garantizar, desde el Estado, el acceso de toda la población a servicios integrales de salud”. Por eso consideró que lo dicho por Miani es “un agravio totalmente gratuito que debería ser reparado por las autoridades de la Iglesia”.

 

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