Fernando
de la Rúa llegó preocupado al Centro Mapocho, en pleno Santiago
de Chile, para la inauguración de la XV Cumbre del Grupo Río.
Todavía retumbaba en su cabeza la declaración de Paul O’Neill,
secretario del Tesoro norteamericano, que llegó a decir que aún
después de recibir 41.000 millones de ayuda “Argentina está
en una situación muy resbaladiza”. Tan concentrado iba que
de pronto tropezó en la escalinata que lo llevaba al salón
de sesiones y no terminó en el piso sólo por la rápida
reacción de su acompañante, que lo sostuvo hasta que recuperó
el equilibrio.
Fernando
de la Rúa llegó preocupado al Centro Mapocho, en pleno Santiago
de Chile, para la inauguración de la XV Cumbre del Grupo Río.
Todavía retumbaba en su cabeza la declaración de Paul O’Neill,
secretario del Tesoro norteamericano, que llegó a decir que aún
después de recibir 41.000 millones de ayuda “Argentina está
en una situación muy resbaladiza”. Tan concentrado iba que
de pronto tropezó en la escalinata que lo llevaba al salón
de sesiones y no terminó en el piso sólo por la rápida
reacción de su acompañante, que lo sostuvo hasta que recuperó
el equilibrio.