Me comuniqué con
Bush en nombre de los presidentes de América latina, en donde me
indicó cómo la administración norteamericana, él,
el secretario (de Estado Collin) Powell y el secretario del Tesoro (Paul)
ONeill están particularmente preocupados por encontrar una
solución sustentable y adecuada a lo que está ocurriendo
particularmente con Argentina. El presidente de Chile, Ricardo Lagos,
fue el encargado de transmitir el resultado de la conversación
telefónica que acababa de mantener con el presidente norteamericano
George W. Bush. Había sido elegido como vocero - debido a su calidad
de anfitrión por el resto de los presidentes del Grupo de
Río: su misión era traducirle al texano la gravedad de la
crisis argentina y la preocupación de los mandatarios latinoamericanos
que, irremediablemente, no escaparían a la debacle rioplatense.
Los presidentes de los países que conforman el Grupo Río
finalizaron ayer su reunión bianual, que en esta oportunidad se
realizó en Santiago de Chile. Fernando de la Rúa había
regresado el viernes a la noche a Buenos Aires, por lo que los restantes
mandatarios decidieron sin el argentino profundizar su apoyo a Buenos
Aires. Anteayer habían emitido un comunicado de fuerte respaldo
al país y, ayer mismo, varios presidentes el brasileño
Fernando Henrique Cardoso, el mexicano Vicente Fox Quesada, el peruano
Alejandro Toledo y el propio Lagos reiteraron individualmente su
mensaje (ver aparte).
Bush transmitió su medido mensaje a Lagos quien, inmediatamente
después de mantener esta comunicación, se comunicó
telefónicamente con De la Rúa -ya instalado en Olivos
para informarle sobre el contenido de la charla.
Lagos dijo que el presidente norteamericano le indicó que está
siguiendo muy de cerca la evolución de la situación
argentina y remarcó que, tras las manifestaciones de Bush, esperamos
que el trabajo que estamos haciendo pueda llegar a buen puerto y podamos
tener mercados más tranquilos próximamente. El presidente
chileno relató que durante la charla telefónica todos
coincidimos, y así lo expresó el presidente Bush, en la
necesidad de poder encontrar una solución sustentable a la brevedad
para poder traer tranquilidad a los mercados internacionales y en
la necesidad de mantener abierto los flujos de capital para las
economías emergentes.
La decisión de comunicarse personalmente con Bush para plantearles
la preocupación del Grupo Río por la situación de
los mercados internacionales y, en particular el caso argentino, fue adoptado
en una reunión privada de los mandatarios, quienes encomendaron
esa misión a Lagos, Andrés Pastrana (Colombia) y Miguel
Angel Rodríguez (Costa Rica).
La grave crisis económica argentina y el temor al contagio para
el resto de las naciones latinoamericanas ocupó el centro de las
deliberaciones de la XV Cumbre del Grupo Río, que fue clausurada
ayer luego de dos días de análisis por parte de 19 gobernantes
de la región.
De la Rúa regresó a la Argentina con un importante respaldo
de los países de América latina, quienes el viernes exhortaron
a los organismos internacionales a la creación de climas
propicios para alcanzar el éxito de este tipo de gestiones, reduciendo
y evitando los factores especulativos que muchas veces prevalecen en estas
situaciones.
Los presidentes del Grupo Río formulan un llamado para que
los organismos financieros internacionales adopten las medidas financieras
necesarias para solventar los requerimientos que la economía argentina
exige en estos momentos, permitiéndole así a este país
y a la región continuar progresando en su integración a
la economía internacional, sostiene la declaración
aprobada el viernes.
Los gobernantes de América latina ejercieron su limitado
poder de presión para que el directorio del FMI no siga postergando
el otorgamiento de una ayuda adicional para la Argentina y que se arribe
a un acuerdo con la misión que negocia en Washington hace más
de una semana.
Pero también centraron sus críticas en los organismos financieros
internacionales, malestar que fue expresado claramente por Lagos, alcierre
de la cumbre, durante la conferencia de prensa que ofreció junto
a Pastrana y Rodríguez y en varios tramos de su discurso de clausura.
Los principales conceptos del presidente chileno fueron los siguientes:
El FMI y el Banco Mundial
necesitan un ordenamiento clave para responder a las necesidades de hoy.
Somos quizá la
parte más expuesta del mundo a los problemas de la economía
internacional, a pesar de que la región fue la que más reformó
su economía en menor tiempo y la que con mayores cambios en el
flujo de capital externo ha sido capaz de abordar y avanzar.
El espíritu de
esa región no nació de la complacencia, peleamos por nuestra
independencia, buscamos el desarrollo en muchas partes y por muchos caminos,
nos libramos de la dictaduras varias veces, hemos dados pasos amargos,
pero necesarios en materia económica. Y hoy le queremos decir al
mundo que se requieren cambios en la globalización.
Vemos con preocupación
la disminución del ritmo de crecimiento de las economías
más desarrolladas y las consecuencias para los precios de nuestros
productos, pero lo que más nos preocupa es que los mercados financieros
pueden sufrir contagios peligrosos desde el punto de visa de nuestro acceso
a esos mercados financieros.
Nos ha llegado la hora
de ser capaces de crecer contra todo aquello que nos resiste porque tenemos
un mensaje de urgencia de nuestros pueblos. Hemos también aprendido
que no queremos que se nos impongan recetas simplistas, mezquinas, a ratos
con un tremendo costo social.
Hemos demostrado que
cuando hay que hacer cosas que implican costo social las hacemos, pero
que se nos deje a nosotros medir la magnitud de aquello. Que podamos dirigir
nuestros destinos, que seamos libres de aplicar entre nosotros las reglas
que nos obliguen a todos.
La verdad es que aquí
no están los díscolos con la economía; aquí
están los díscolos con la injusticia. Eso sí. No
somos ingenuos, queremos equilibrios macroeconómicos, pero también
queremos equilibrios sociales en nuestros países. No creemos que
haya que votar lo uno o lo otro. Aquí estamos los que sabemos que
lo uno es esencial para lo otro.
Fuerte respaldo de
los presidentes
Los países del Grupo de Río procuramos básicamente
que se dé a Argentina la oportunidad de tener acceso a recursos,
para plantear su plan y estrategia de desarrollo económico.
Con esto, el presidente mexicano Vicente Fox expresó el optimismo
de los mandatarios latinoamericanos ante un próximo acuerdo
de la Argentina con el Fondo Monetario Internacional para obtener
fondos adicionales.
También los presidentes de Brasil, Fernando Enrique Cardoso
y de Chile, Ricardo Lagos, dieron muestras de confianza tras la
comunicación que mantuvieron con George Bush. Ellos habían
realizado gestiones ante los Estados Unidos y el Grupo de los Ocho
para intentar que se otorguen los fondos. Tras el cierre de la XV
Cumbre del Grupo Río en Chile, donde los 19 mandatarios de
latinoamérica se reunieron para debatir sobre cuestiones
relacionadas con la región, los presidentes expresaron que
confían en la pronta recuperación de la economía
argentina. Fox, por su lado, declaró que para el lunes
podría haber una una respuesta concreta, y agregó
que todos los países confiamos en lo que está
haciendo la Argentina.
En tanto, Cardoso señaló que los países del
Grupo de Río acordaron unir fuerzas en defensa de intereses
regionales en foros multilaterales como la Organización Mundial
del Comercio y el FMI para facilitar una solución a la situación
argentina. El mandatario brasileño declaró que hay
una señal de que el gobierno estadounidense y los países
del Grupo de los Siete y los Ocho tienen conciencia de eso y ayudarán
a la Argentina.
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�Esfuerzos por evitar
la devaluación�
El gobierno está haciendo esfuerzos para evitar la
devaluación sostuvo ayer la ministra de Trabajo, Patricia
Bullrich, quien dijo que no tenemos que engañarnos
porque no va a haber un shock de reactivación.
Con esto, la funcionaria intentó defender el estricto
cumplimiento de la ley de Déficit Cero, aunque reconoció
que se vienen tiempos muy duros y difíciles.
En declaraciones radiales, advirtió que de no cumplir con
dicho ajuste sobrevendría un escenario de devaluación
durísimo, similar al del 89 en referencia
a la hiperinflación. La ministra, que también se refirió
al aumento de la pobreza, que según el INDEC, alcanza a 15
millones de argentinos, adjudicó esa cifra a la falta de
actividad económica.
Bullrich declaró entonces que lo más importante
es salir de esta incertidumbre financiera, de que el país
puede caer en cesación de pagos. Asimismo agregó
que hay que ir diseñando un programa progresivo, paso
a paso, para comenzar a crecer.
Finalmente, si bien descartó que el gobierno esté
pensando en impulsar más ajuste volvió
a pedir mucho esfuerzo a la población. Según la ministra,
lo más importante es salir de esta incertidumbre financiera,
de que el país puede caer en cesación de pagos
y luego hay que ir diseñando un programa progresivo
para comenzar a crecer.
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Juampi vs. ONeill
El ministro Juan Pablo Cafiero, el único frepasista integrante
del gabinete nacional, refutó duramente ayer las inoportunas
declaraciones que el secretario del Tesoro estadounidense, Paul
ONeill, realizó anteayer cuando, entre otras cosas,
sostuvo que la Argentina atraviesa una situación resbaladiza.
Según el ministro de Desarrollo Social, sus dichos representan
a un ala ultraconservadora que está en la administración
de George Bush y que es muy dura respecto de la Argentina.
La opinión de ONeill forma parte de un grupo
que no es la primera vez que ataca a la Argentina y que expresa
ese pensamiento ultraconservador. Cafiero sostuvo que lamentablemente
también algunos operadores argentinos y algunos hombres de
finanzas argentinas se están sumando a ese pensamiento
y eso es sumamente perjudicial para los intereses de la Nación.
Cafiero respondió así al funcionario norteamericano,
que una vez más se expresó con poca diplomacia ante
la delicada situación económica que atraviesa el país.
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