Por Martín
Piqué
Hoy están al borde del
default, pero no hace tanto, los municipios del Gran Buenos Aires vivieron
tiempos de abundancia, casi de euforia, en los que el Estado provincial
destinaba sumas millonarias a la construcción de obras públicas,
y las comunas constituían el principal sostén político
del gobernador, el hoy candidato a senador Eduardo Duhalde. Aquella abundancia
ya es un recuerdo: en la actualidad, la provincia enfrenta su peor crisis
financiera desde el retorno de la democracia, y el pago con patacones
se ha convertido en el símbolo indiscutido de la declinación.
Ante ese escenario, los 134 intendentes bonaerenses tanto del PJ,
de la Alianza o de la partidos vecinales parecen unidos por una
preocupación común: evitar que el descalabro económico
los lleve a la cesación de pagos, un fantasma que para algunos
está a la vuelta de la esquina.
La caída de la provincia nos arrastra a los municipios,
admitió a Página/12 el intendente de San Martín,
Ricardo Ivoskus, de la Alianza. La advertencia de Ivoskus supera las diferencias
partidarias y refleja una pregunta que obsesiona a casi todos los jefes
comunales bonaerenses. ¿Cómo llegamos a fin de año
financieramente, cómo hacemos para que funcionen la salud y la
educación?, se preguntaba ayer, en diálogo con este
diario, un intendente justicialista del Noroeste del Conurbano.
Inquietos por esa cuestión, los intendentes del PJ de la primera
y tercera sección electoral (que equivalen al Gran Buenos Aires)
se reunirán el 23 de agosto con el gobernador Carlos Ruckauf, en
La Plata. Ese día también discutirán la deuda por
coparticipación que el Estado provincial mantiene con los municipios.
Asimismo, el atraso en los pagos preocupa a los 63 intendentes del radicalismo:
el 15 de agosto pasado, le reclamaron a Ruckauf el pago de 35 millones
de pesos que les adeuda la provincia y de otros 30 millones que corresponden
a los proveedores. Anteayer, el tema fue planteado por Federico Storani
y Leopoldo Moreau al gobernador bonaerense.
Aunque la situación es complicada para todos, los municipios que
están peor son Florencio Varela, Lomas de Zamora, San Martín
y José C. Paz. En Florencio Varela, por ejemplo, los empleados
estatales aún no cobraron el sueldo de julio, y tampoco recibieron
el medio aguinaldo. De 1 millón 700 mil pesos que teníamos
que pagar, pagamos solamente 700.000 pesos. Todavía falta un millón,
y a eso hay que sumarle el medio aguinaldo, reconoció a Página/12
el intendente Julio Pereyra (PJ). La escena se repite en San Martín,
donde la gestión anterior, a cargo de Antonio Libonati, dejó
de herencia una deuda de proporciones. Hasta junio pagamos los sueldos
regularmente. Pero ya no pudimos pagar el aguinaldo y todavía seguimos
debiendo parte de julio, contó el aliancista radical Ivoskus
a este diario. En este caso, el municipio aún no recibió
1.500.000 pesos, sin contar el monto por coparticipación que corresponde
a Loterías y Casinos y al programa de descentralización
tributaria.
Internas cruzadas
El deterioro económico de la provincia produjo reacomodamientos
internos en la estructura del PJ bonaerense. Para muchos dirigentes del
distrito, el proyecto presidencial de Ruckauf pasó a mejor vida.
Los más cautelosos se limitan a decir que por ahora deberá
gobernar y tratar de superar la crisis. Es tan grande la magnitud
de los problemas que por ahora los dos líderes máximos
del peronismo bonaerense no quieren enfrentarse públicamente: las
chicanas y operaciones parten de lo que un intendente definió como
los entornos. Hay un reacomodamiento: algunos sectores
incriminan a Duhalde, a quien culpan por la situación. Otros dicen
que Ruckauf no arrancó gobernando, relató ese mismo
intendente.
La dificultad financiera hizo visible diferencias muy importantes entre
los municipios del Gran Buenos Aires y los del interior bonaerense. Losprimeros
sostienen que la coparticipación que distribuye la provincia y
la cantidad de bancas de la Legislatura deberían distribuirse según
la cantidad de habitantes de cada distrito, por lo que el Conurbano tendría
que recibir más fondos que los que recibe actualmente, y debería
tener más representación parlamentaria. Esta es una
ley de coparticipación vieja. El 70 por ciento de la gente está
en el Conurbano, el 30 por ciento está en el Interior. Pero en
la Legislatura hay una mayoría del Interior, se quejaba Pereyra,
de Florencio Varela.
Pese a la crisis, en el Gran Buenos Aires no creen que la situación
social pueda explotar en saqueos como los de 1989. No creo que haya
saqueos, hay una fuerte contención social que hacemos los intendentes.
No estamos en las mismas circunstancias que en el 89. En aquel momento
hubo un prearmado, hoy la gente está de otro ánimo,
afirmó a Página/12 el intendente de Malvinas Argentinas,
Jesús Cariglino. Aunque la red de contención social que
armó Chiche Duhalde está en crisis, (el Programa Vida
está debilitado, contó Pereyra), en el PJ bonaerense
confían en una amplia victoria de Duhalde en las elecciones de
octubre: Duhalde va a sacar más de 20 puntos de ventaja,
porque la gente lo está viendo como una opción, pronosticó
Cariglino a este diario.
Justicia piquetera
Los empleados judiciales, incluidos los jueces de los tribunales
de Lomas de Zamora, continuaron ayer con la protesta de trabajar
24 horas seguidas porque se les debe el sueldo de julio y parte
del aguinaldo además de que recibirán parte de su
sueldo en bonos. Carlos Dupont, juez del tribunal familiar número
4 de Lomas de Zamora, afirmó que seguimos sin cobrar;
sólo se cobraron los 700 pesos que la ley dispuso y no hemos
cobrado el resto en ninguna moneda y eso es grave, al margen del
cuestionamiento que uno pueda hacerle al Patacón. Respecto
de ese bono, Dupont manifestó la incertidumbre que existe
por no saber qué valor tendrán en el mercado.
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