Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


�Es el momento para el último esfuerzo�

La ex detenida-desaparecida Sara Méndez, a quien le arrebataron su bebé, Simón, de 20 días, renueva la búsqueda. Después de 15 años, presentó su caso ante el Parlamento Europeo.

Batlle: La presidenta del
Parlamento Europeo está dispuesta a viajar a Uruguay y a entrevistarse con el presidente Batlle para pedirle por Simón.

La ex detenida-desaparecida
Sara Méndez, en Buenos Aires.
Esperaba más de la comisión formada
por el presidente Batlle.

Por Victoria Ginzberg

El 13 de julio de 1976 la uruguaya Sara Méndez fue secuestrada en Buenos Aires con su hijo Simón, que tenía apenas veinte días. Estuvo en el centro clandestino Automotores Orletti y luego fue trasladada a su país. La mujer recuperó su libertad pero en Argentina le arrebataron a su bebé. Sólo tres madres de niños desaparecidos sobrevivieron en los campos de la dictadura y Sara es la única que todavía no se reencontró con su hijo. Durante quince años creyó estar cerca de Simón, pero seguía una pista falsa. Los militares, que lo sabían, callaron y la Justicia prolongó su angustia al no permitir, hasta principios de este año, que se realizaran los estudios de sangre. Sara juntó fuerzas y retomó la búsqueda de su hijo. La semana pasada estuvo en Buenos Aires después de contar su historia en seis países europeos. Como víctima del Plan Cóndor es querellante en la causa que lleva adelante el juez Rodolfo Canicoba Corral –quien ordenó la captura internacional de los represores uruguayos responsables de su secuestro y el de su bebé– y planea abrir otra investigación en Uruguay.
–La semana pasada la Comisión para la Paz (creada por el gobierno de Jorge Batlle para investigar el destino de los desaparecidos) cumplió un año y presentó su informe. ¿Cuál es su evaluación del trabajo de la Comisión?
–Pienso que está todo muy pautado por el hecho de que la Comisión no tuvo facultades para investigar ni tampoco se obligó que los militares que conocen los hechos o están sindicados como responsables de los hechos tengan que declarar. El trabajo se hace sobre documentos que existen y que en general son aportados por el lado de las víctimas. Se hizo una identificación de cuerpos que estaban como NN en Argentina, que fueron encontrados muchos años atrás, pero no hay nueva aparición de cuerpos. Creo que sigue habiendo una decisión de los que tienen la información de no hablar.
–¿Y hay una decisión del Gobierno de no forzarlos a hablar?
–Llegaron los pedidos de extradición que mandó el juez Canicoba Corral en la causa del Plan Cóndor. Si la justicia argentina quiere investigar y no se le da la posibilidad, queda muy claro cuál es la decisión del Gobierno en esta materia. En Uruguay hubo un ordenamiento del tema de los desaparecidos, que hasta ahora no se había hecho porque no se habían reconocido oficialmente las desapariciones. Pero el avance es el ordenamiento de los documentos ya existentes.
–Después de la recuperación de la nieta de Juan Gelman, Batlle se comprometió a impulsar la búsqueda de los niños apropiados.
–Justamente esa es la gran omisión de la comisión. Cuando asume Batlle plantea su compromiso en particular con el caso de los chicos desaparecidos y hasta ahora no hemos sabido absolutamente nada. Más allá de ser la madre me parece que el caso de Simón es muy representativo porque nosotros sabemos quiénes lo secuestraron, fueron procesados en Argentina y tuvieron que ser indultados por Menem porque no estaban cubiertos ni por las leyes de Punto Final y Obediencia Debida ni por la ley de caducidad de Uruguay. Lo más grotesco de esta situación es que los secuestradores están viviendo libremente en el país y no hay voluntad evidente de que esa situación cambie. El Gobierno uruguayo está perdiendo la gran oportunidad de esclarecer esta situación. Yo pienso presentar una causa penal en Uruguay. La ley de caducidad plantea en uno de sus artículos que el Ejecutivo debe informar sobre el paradero, el destino de las personas desaparecidas y en el caso de los niños en especial porque ahí estamos buscando personas vivas.
–A mediados de la década del `80 los uruguayos votaron a favor de la ley de caducidad (que impidió el juzgamiento de los militares uruguayos) ¿Cree que el resultado cambiaría si el referéndum se hiciera hoy?
–Creo que el resultado no sería el mismo pero de todas formas estos temas aún están muy pautados por el miedo. Lo más tremendo de estasociedad es que el terrorismo de Estado dejó una cuota de terror muy grande en la población y ese miedo no puede revertirse justamente hasta que la gente no vea indicios de cambios, que significa el juzgamiento de esos hechos.
–¿Recibió por otras vías alguna pista del posible paradero de Simón?
–Nunca fui llamada por la Comisión. La única vez que me recibió un miembro fue porque yo pedí una entrevista. Así pude saber que supuestamente había dos casos de chicos que se estaban haciendo análisis de ADN en Argentina que podrían ser Simón. Pero ahora hablé con la doctora (Ana María) Di Lonardo (jefa del Banco Nacional de Datos Genéticos) y ella dijo que en este momento no había ningún caso pendiente.
–Hubo una versión de que Simón podría haber muerto
–Eso fue cuando pedí la entrevista con la comisión. Me dijeron que no tenía ninguna pista salvo la versión de que Simón habría muerto a los pocos días de haber sido secuestrado. Cuando pedí información sobre ese dato me dijeron que venía de fuente de represores muy próximos al hecho acá en Argentina. Yo plantee que era una información muy fuerte para darla si no estaba fundamentada.
–¿Cree que fue para desalentar la búsqueda?
–No se cuál fue la intención. Pero es sumamente cruel que se maneje un tema así sin fundamentos. Yo saqué una carta pública y al poco tiempo desmintieron que ese dato estuviese confirmado.
–¿Piensa que Simón está en Argentina o en Uruguay?
–Con la aparición de la nieta de Juan Gelman se abre todo un abanico. En la misma cárcel clandestina –Boulevard Artigas– que estuvo María Claudia Irureta Goyena hubieron dos niños que fueron secuestrados con sus padres en Argentina y que fueron llevados a Uruguay. Estamos cada vez más convencidos en base a testimonios que estamos recogiendo que hubieron más argentinos que estuvieron prisioneros en Uruguay. Tenemos la convicción de que hubo una pareja de argentinos en la que la mujer estaba embarazada y que estuvo en Boulevard Artigas. En Uruguay todo ese campo está por conocerse y es muy difícil si no hay una investigación real porque nadie se inculpa del secuestro de menores gratuitamente.
–¿Cuál es la conclusión de su gira por Europa?
–Estuve 45 días, recorrí seis países y cerca de quince ciudades. En lo personal recogí una reubicación del tema de los derechos humanos. Los que vivimos en los países de la impunidad y denunciamos estos hechos siempre somos acusados de intentar subvertir el orden. Cuando llega un pedido de la justicia argentina se dice que desestabiliza y que los militares que estaban hablando se callan. Todo esto es un gran absurdo pero se dice y lo dicen personas inteligentes. Los parlamentarios europeos decían: “estas cosas nos hacen bien a nosotros porque también tenemos deudas con nuestro pasado”. La conclusión de la gira en el sentido práctico fue que quince parlamentarios europeos apadrinan a Simón, la búsqueda de Simón. La presidenta del Parlamento Europeo me dijo personalmente que estaba decidida a hacer todo lo necesario para ayudar e inclusive viajar a Uruguay y entrevistarse con el presidente Batlle para pedirle por Simón.
–En Argentina muchos chicos apropiados iniciaron personalmente la búsqueda de su identidad ¿Tiene la esperanza de que Simón pueda estar buscando solo?
–Tengo gran expectativa. Estuve muy cerca de jóvenes que se presentaron pensando que podían ser hijos de desaparecidos. Por eso me parece importante tratar de difundir el tema en los medios. Decir que Simón nació en el ‘76 o sea que hoy tendría 25 años, que cuando nació era pelirrojo, es decir tenía pelusita pero sí tenía la piel muy blanca de un pelirrojo y en su familia paterna hay muchos pelirrojos. Esos quizás son los únicos datos que tenemos...
–¿Cómo es emocionalmente estar cerca de esos chicos que fueron apropiados como Simón?
–Siempre estuve con chicos. Pero simplemente el hecho de la proximidad en edad con Simón y de estar con chicos que no saben su origen me angustia mucho.
–¿Tiene alguna fantasía sobre la vida de Simón? Si vive con militares...
–Trato de no tenerla porque es muy duro. Durante quince años tuvimos la convicción de que Simón estaba en Uruguay y cuando asumió Batlle y confirmó los datos que tenía Juan Gelman sobre su nieta también nos dijeron que Gerardo no era Simón o sea que durante todo ese tiempo sabían que estábamos tras un dato falso. Fueron quince años de pelear el ADN en la justicia y fueron muchos años en los que no buscamos. A mi me resulta muy difícil empezar otra vez una búsqueda. Todavía me resulta difícil reponerme, empezar de nuevo después de quince años en los que se perdieron muchas pistas. Tengo la convicción de que este es el momento para hacer el último esfuerzo, pienso que si no lo encontramos ahora que hay una serie de condiciones reunidas, va a ser muy difícil.

 

PRINCIPAL