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PLANES Y MOVIDAS DE REFERENTES RADICALES
Preparando la renovación


Elisa Carrió.

Fredi Storani.

En voz baja y previendo un desastre para el Gobierno, Terragno, Storani, Carrió y Rozas preparan una renovación �progre�.


Rodolfo Terragno.

Angel Rozas.


Por José Natanson

Ninguno lo dice en voz alta, pero todos están convencidos �y especulan con que� la debacle del Gobierno sobrevendrá más temprano que tarde. Cada uno tiene su discurso, su lugar, sus socios y sus aspiraciones. Pero todos coinciden en un punto: buscan liderar una renovación progresista del radicalismo que marque un quiebre con Fernando de la Rúa. 
Lilita: aunque los radicales se han cansado de pronosticar su inminente caída, Elisa Carrió �que constituyó su propia agrupación sin desafiliarse ni romper del todo con su partido� no para de crecer y acumular. Su bloque ya cuenta con 14 diputados, y va camino de agrandarse en las próximas elecciones. Su objetivo es llegar a la Presidencia, pero su camino no es lineal (o, al menos, no tan lineal como pensaban en la UCR). Según especulaban en el radicalismo, la secuencia sería la siguiente: presentar el informe de la comisión, lanzar su candidatura por el ARI en la Capital y, parada sobre un triunfo rotundo, construir su postulación presidencial. �El año que viene va a buscar los restos del radicalismo, va a decir �este sí, este no� y a nosotros nos va dejar afuera�, aseguraba dos semanas atrás un importante funcionario delarruista. Sin embargo, Carrió anunció que no se presentará en octubre. A pesar de que ahora su estrategia parece menos clara, sigue siendo la dirigente radical con mejor imagen del país, la única que �hoy por hoy� tiene chances de disputar una elección nacional con el peronismo. 
Fredi: desde su renuncia al Ministerio del Interior, Storani recuperó el discurso progresista que había perdido ante la repetida necesidad de tener que salir a defender represiones. Se replegó a su distrito, donde fue elegido jefe del poderoso Comité Provincia. En el análisis, Storani cree que la próxima tensión con el Gobierno se producirá en pocos días, cuando comience a discutirse el Presupuesto 2002. �(Domingo) Cavallo va a querer introducir recortes, en el incentivo docente, en las universidades�, asegura. Para anticipar el debate, Storani prepara un documento de cinco puntos, que comienza planteando la necesidad de una reprogramación ordenada de la deuda. La idea es que se convierta en un pronunciamiento formal de los dos radicalismos más grandes del país, por lo que llevaría la firma del Comité Provincia y de los ganadores de la interna porteña. 
Terragno: Se presentó a las internas en la Capital en alianza con Jesús Rodríguez y un sector del alfonsinismo y, contra todos los pronósticos, derrotó al candidato apoyado por De la Rúa y Enrique �Coti� Nosiglia. Siempre taquillero en la Capital, Rodolfo Terragno tiene credenciales �pionero en la construcción de la Alianza y en las críticas al Gobierno� y un discurso sólido, basado en la necesidad de reprogramar los pagos de la deuda. Como Carrió anunció que no se presentará, es probable que el 15 de octubre aparezca como el único aliancista que triunfó en un distrito importante, ante las previsibles derrotas oficialistas en Buenos Aires, Santa Fe y �quizás� Córdoba. Con este antecedente, el ex jefe de Gabinete piensa dar pelea por la candidatura presidencial del 2003. Pero también tiene una alternativa. �Si piensa que no puede ganar la interna, o que la elección general va a estar difícil, siempre le queda la posibilidad de ser candidato a jefe de Gobierno porteño�, evaluaba un referente del radicalismo porteño. 
Rozas: Primer gobernador elegido por una fórmula aliancista, Angel Rozas conserva buena imagen en su provincia. Su discurso, sus gestos y aún sus dos gestiones �marcadas por la obra pública y la ayuda social� por momentos lo dejan más cerca de los dirigentes peronistas del interior que de los hombres de su partido. El chaqueño no oculta sus aspiraciones presidenciales y ha cerrado un pacto con Alfonsín para sucederlo al frente de la UCR a fin de año. Sin embargo, sufre el hecho de haber construido su carrera en una provincia chica y pobre. �Tiene buenas posiciones, pero muchas veces tiene que ceder porque necesita la asistencia del GobiernoNacional. Está muy condicionado�, asegura un radical que se opone a su postulación para la jefatura del partido.
Más allá de los nombres, lo cierto es que los cuatro aspiran a liderar una renovación partidaria que creen inminente. Por lo pronto, hay dos lugares claves que quedarán vacantes a fin de año y que serán un anticipo de las peleas que se vienen. El primero es la estratégica jefatura de la Cámara baja que quedará libre en diciembre y para la que ya hay varios anotados. Dos filo delarruistas: Horacio Pernasetti, actual jefe del subloque radical, hombre cercano a Pascual y de buena relación con el Presidente; y Melchor Posse, que ingresa en diciembre, sintoniza con Pascual y dialoga habitualmente con Nosiglia. En la otra vereda, la corriente de Storani podría impulsar al mendocino Víctor Fayat, aunque también hay otras posibilidades, como Jesús Rodríguez o Leopoldo Moreau. 
El segundo puesto es la jefatura del Comité Nacional, que Alfonsín dejará vacante en diciembre. Hasta hace poco tiempo, todos daban por descontado que Rozas sucedería al ex Presidente. Sin embargo, la línea Capital-Buenos Aires se ha fortalecido y �mientras observa de reojo el desgaste de la Rosada� aspira a convertirse en el eje de una reorientación de la UCR hacia un perfil más progresista, por lo que podría intentar designar a alguno de sus hombres: Jesús Rodríguez, Juan Manuel Casella o el gobernador mendocino Roberto Iglesias.
En los dos casos, los sectores que se autodefinen como progresistas enfrentarán a los hombres más cercanos al Gobierno, con Alfonsín siempre en el medio. Muchos creen que las disputas funcionarán como anticipo de una renovación partidaria inexorable; aunque, quizás, la renovación ya está sucediendo, sin que nadie lo advierta y de un modo diferente al que entusiasma a los progres del radicalismo. El jefe de la UCR, Raúl Alfonsín, seguramente será derrotado en octubre. Un oficialismo �el de De la Rúa y Nosiglia en Capital� cayó en manos de la oposición. Otro �el de Storani, Moreau y Casella en la provincia� fue desafiado por Ricardo Alfonsín que �aunque que se presentó apoyado en la añeja estructura de Posse y Enrique García� hizo una excelente elección con sus postulados transformadores. Pero es sobre todo la irrupción de Elisa Carrió �no por casualidad la más periférica de los cuatro, la única que ha optado por una construcción por fuera del partido� la que podría liderar la renovación que no se produce desde hace 19 años, cuando Raúl Alfonsín le arrebató al balbinismo la conducción de la UCR.

 

 

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