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Por Karina Micheletto
 Decir que hay cuatro uruguayas haciendo música popular con la voz como único instrumento, sólo acompañadas por pequeños momentos de percusión o de loops de computadora, puede predisponer a la escucha de un grupo de esos que se tildan de �experimentales�. Asomarse a la propuesta de esta formación, sin embargo, es descubrir que en el universo de la música popular latinoamericana aún queda mucho por decir. Hace tres años, Ana Prada, Sara Sabah, Lea Bensassón y Beatriz Fernández crearon La Otra, un grupo que trabaja con arreglos vocales, dotando de �una ropa nueva� al cancionero popular. Rápidamente, de las primeras pruebas en peatonales y paradas de colectivos, pasaron a tocar junto a bandas como la de Rubén Rada, Contrafarsa, Simply Red o Buena Vista Social Club.
Rada, con quien dicen formar �una gran familia� (Bensassón es su manager e hizo coros en su banda junto a Sabah, Prada y las hijas de Fernández cantan en �Rada para niños�, la propuesta infantil del músico) paró la oreja y propuso producirlas y grabarlas. Ahora acaban de lanzar su primer CD, La Otra Cuarteto Vocal, editado por Zapatito Discos, el sello que dirige el músico uruguayo, y con el apoyo del Fondo Nacional de la Música, organismo que financia un número escogido de proyectos. El repertorio está compuesto en su mayoría por obras del cancionero oriental, con autores como Jaime Roos, Jorge Drexler, Fernando Cabrera, Samantha Navarro, Rubén Rada o Alberto Wolf. De allí en más, pueden aparecer canciones de los Beatles, Caetano Veloso, Ana Belén o The Police, en una selección que definen como �desprejuiciada�.
Las chicas también se animan a agregar loops de computadoras programados por Gabriela Martínez, bajista de Las Pelotas. En el bonus track, aparecen acompañadas por toda la banda de Rada. �Nos parecía que un disco completamente vocal era demasiado, por eso decidimos presentar estas rupturas�, explica Fernández en la entrevista con
Página/12. �Hacer que las canciones rindan con el único recurso de la voz es un gran desafío. Pero nos sorprende lo que terminamos provocando. Evidentemente la voz humana tiene poderes�, agrega Prada. El jueves pasado, La Otra se presentó en el teatro Del otro lado, desbordado de público, en lo que constituyó su tercera visita a Buenos Aires.
�En la presentación del cd Rada dice que ustedes están contribuyendo a lograr un equilibrio entre la música femenina y masculina en Uruguay.
Fernández: Dicho así suena pretencioso, pero es cierto que muchas mujeres que estaban trabajando desde hacía más tiempo se acercaron a nosotras a preguntarnos cómo hacer, y empezaron a largarse. Cuesta mucho abrirse paso en un espacio que tradicionalmente fue de varones.
Bensassón: Rada no se refiere sólo a una presencia, sino también al sonido femenino, la mirada diferente que puede tener una mujer. La música uruguaya tiene un sonido masculino: son voces gruesas que van al frente.
Prado: Sin que esto signifique que adoptamos un discurso feminista. Simplemente, somos cuatro mujeres a las que les pintó cantar y expresarse desde su sensibilidad.
Sabah: Y que nacieron con una estrella, porque tener el aporte de Rada y su producción no es pavada. Nos sentimos privilegiadas en un mercado como el de Uruguay, que es el más difícil del mundo.
�¿Más difícil que el argentino?
Bensassón: La diferencia es cuantitativa. En un mercado con tanta cantidad de habitantes como el de la Argentina, se puede tener un sueño. En Uruguay, ni siquiera podés soñar. Somos tres millones de habitantes, un disco de oro son 3.000 discos vendidos, cuando en Argentina son 30.000. El techo está muy cerca. Si Argentina es el culo del mundo, Uruguay es el culo del culo.
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