El ajuste, la desocupación y el hambre se colaron con fuerza en el XVI Encuentro Nacional de Mujeres que finalizó ayer en La Plata. Más de 10 mil participantes llegadas desde distintos puntos del país, la mayoría subocupadas o sin empleo, debatieron durante tres días sobre la situación social y política del país en más de un centenar de talleres. �Se vio la parte sumergida de la Argentina�, sintetizó una de las organizadoras. Hubo un reclamo generalizado: la libertad de las 19 piqueteras detenidas por cortar rutas en los últimos meses. La presión ejercida por el obispado platense y el gobierno de Carlos Ruckauf para boicotear el evento se anotó un punto a su favor: por primera vez en años, la problemática del aborto no fue el eje central de un taller y su discusión quedó relegada a un plano menor.
Carteles con la leyenda �mujer, sos dadora de vida�, con la letra �d� de �vida� redondeada como una panza de embarazada, aparecieron pegados en paredes de la ciudad de La Plata en la mañana del sábado, día de apertura del evento y reflejaron la preocupación de la jerarquía católica por el aluvión de mujeres que se esperaba en la capital bonaerense para debatir desde la condición de mujeres la realidad social, económica y política del país. La preocupación central del obispado local tenía que ver con que el encuentro nacional de mujeres, un evento que se lleva a cabo cada año desde 1986, tiene a la legalización del aborto entre una de sus banderas principales. Sin embargo, el lobby eclesiástico, sumado a la profundización de la crisis socioeconómica, dejó este año el tema relegado a un segundo plano. El hambre, la falta de trabajo y el ajuste fueron los temas casi excluyentes que atravesaron y surgieron en cada uno de los talleres que funcionaron en distintas aulas de la Universidad Nacional de La Plata. Fueron más de un centenar. Los más concurridos, los de desocupación y organización barrial, seguidos por los de salud sexual y reproductiva, y adolescencia y juventud. Pero también sesionaron otros, bajo los títulos de mujer y violencia, mujer y salud mental, mujer y familia, mujer trabajadora rural, mujer e identidad, mujer y corrupción, mujer y sexualidad, mujer y sindicatos, mujer en situación de prostitución, mujer sostén de familia, y mujer y lesbianismo.
Piqueteras, trabajadoras rurales, campesinas, universitarias, feministas, un grupo minoritario de militantes católicas, mujeres de la Puna y el sur del país, aborígenes y migrantes de países vecinos, en total más de 10 mil mujeres, se mezclaron a lo largo de los tres días que duró el evento. El clima político que caracterizó el encuentro quedó manifiesto en la marcha que realizaron el domingo. �¡Pan, trabajo, ajuste al carajo!�, �¡Que se asusten, que se asusten, hoy marchamos las mujeres que estamos contra el ajuste!�, repitieron por las calles del centro platense. Una veintena, identificada como feminista, aprovechó el paso frente a la Catedral, donde se estaba oficiando misa, para plantar en sus escalinatas algunas banderas con consignas a favor de la legalización del aborto. �Anticonceptivos para decidir, aborto legal para no morir�, decía una de las pancartas que hicieron flamear en la puerta de la Catedral mientras adentro había misa.
A diferencia de otros años, en esta oportunidad el aborto no estuvo en el título de ninguno de los talleres. El debate sobre su despenalización -reclamo histórico del movimiento de mujeres del país� se convirtió en un subtema del taller de salud sexual y reproductiva. El detalle no es menor. Su eliminación fue la concesión que aceptó la comisión organizadora para conseguir el apoyo del gobierno de Ruckauf para concretar el encuentro. El próximo se realizará en Salta, como quedó definido ayer, en el cierre, donde el reclamo por la libertad de las 19 piqueteras detenidas por cortar rutas fue unánime entre las participantes.
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