Por Eduardo Videla
Pagar una multa nunca será algo placentero, pero en el caso de las infracciones cometidas en la ciudad de Buenos Aires, habrá por lo menos un lugar confortable. Es el caso de la Oficina de Control Administrativo de Faltas, que se pone en marcha hoy en el mismo lugar donde funcionaban los disueltos Tribunales de Faltas. El nuevo espacio, abierto y luminoso, contrasta con el sombrío aspecto de los viejos juzgados, y el nuevo sistema informatizado promete una atención sin demoras. �Con este sistema van a disminuir las infracciones de tránsito, porque el cobro de las multas va a ser más efectivo y la gente se va a cuidar más�, pronosticó el secretario de Justicia y seguridad porteño, Facundo Suárez Lastra.
La situación se complica para aquellos que solían acudir en busca de un �arreglo�. Los espacios donde trabajan los controladores �los funcionarios que reemplazan a los jueces� son abiertos y todo el ambiente está vigilado por un total de treinta cámaras, seguidas por el director del área, los auditores y un oficial de la Policía Federal. �Esto apunta a evitar la presencia de gestores, que está prohibida�, agregó Suárez Lastra.
¿Cuál es el itinerario que debe hacer ahora un ciudadano frente a la inquietante presencia de una multa? Página/12 aporta una breve guía para el infractor.
1. Cuando una persona recibe una infracción de tránsito en su domicilio, tiene 40 días para pagarla voluntariamente con descuento o para presentarse ante un controlador si considera que la infracción no fue cometida o la boleta está mal hecha. Si se decide por el pago voluntario, tendrá un 40 por ciento de descuento sobre el monto mínimo de la multa. Pero hasta el 20 de octubre hay un descuento especial del 70 por ciento. El pago voluntario se puede hacer en sucursales del Banco Ciudad o de Pago Fácil.
2. Si en cambio decide protestar la multa ante un controlador, deberá acudir al edificio de Carlos Pellegrini 211, 1º piso, de 8 a 20. En el hall pulsará un botón para obtener el turno de atención. En la sala contigua hay 50 puestos de orientadores divididos en cuatro sectores. La máquina que da los números le asignará un turno en aquel sector donde se haya acumulada menos gente. La sala de espera tiene 400 butacas.
3. Cada orientador tiene una computadora a través de la cual accede no a la multa que el infractor viene a discutir y a todas las que tuviera pendientes. Para eso, fueron incorporados al sistema las actas manuales que hace la policía (escaneadas una por una) y las últimas actas fotográficas.
4. En esta instancia, el infractor tiene su última oportunidad de pagar con descuento. Si insiste en protestar, la máquina le asignará por azar el controlador que lo va a atender. Debe pasar entonces a otro sector, donde hay una sala con 200 asientos y un pasillo donde se enfrentan las 32 oficinas de los controladores, 16 de cada lado.
5. En su box, el controlador recibe copias de las actas pendientes de pago, que salen de la impresora obedeciendo la orden que le dio el orientador. También tiene una pantalla donde se pueden ver también todos los antecedentes del infractor.
6. Si hay pruebas de que la infracción no fue cometida, es el momento de presentarlas. Escuchado el alegato, el controlador puede archivar la infracción por errónea o mal confeccionada, o aplicar la multa entre el máximo y el mínimo. Puede asignar un plazo para el pago o disponer que se haga en cuotas.
7. Si el infractor no paga �o no se presenta a la citación dentro de los 40 días�, habrá una nueva citación, esta vez a través de un oficial. Y si no comparece, la multa será ejecutada a través de un juicio, iniciado por un mandatario de la ciudad.
8. Si necesita sacar un libre deuda, debe seguir los pasos 2 y 3. En los próximos días se habilitará un call center, para pedir información de deuda por vía telefónica.
Los funcionarios aseguran que el nuevo sistema es suficiente para atender a 4 mil personas por día. Y siguen apostando al pago voluntario: en julio se presentaron 80 mil personas, el 50 por ciento de las multas fotográficas realizadas en un mes.
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