Por E. T.
La historia de Daforel será
develada cuando se realice el peritaje de la minuciosa información
que se encuentra en las cinco cajas enviadas por la Justicia de los Estados
Unidos. Parte de esa historia demuestra que la cuenta que la offshore
uruguaya tenía en el MTB Bank de Nueva York era manejada por la
financiera Multicambio, de Pedro Stier. La sorpresa de la investigación
serán las pruebas que, además de comprometer a los cambistas
con la venta ilegal de armas, los liguen a otros escándalos del
menemismo, como el de la mafia del oro o el caso IBM-Banco
Nación. Los dichos por el ex interventor en Fabricaciones Militares,
Luis Sarlenga, sobre que este grupo venía operando desde
los tiempos de la dictadura militar, se corroborarían en
el informe del banco norteamericano. El fiscal federal Carlos Stornelli
reclamó la indagatoria de los miembros de la financiera que tenía
a Emir Yoma como a uno de sus tantos clientes estrella.
Stornelli solicitó la indagatoria de Déborah Shayo y de
Selim Matalón, junto a los demás integrantes de Multicambio,
José Shayo, René Matalón, Pedro Stier, Carlos Kaminsky
y Horacio Croitoru.
De acuerdo a la información que remitió el MTB Bank, la
cuenta Daforel fue abierta en junio de 1988 por Angela Chiodi Touzet,
una empleada del estudio contable de Juan Alberto Echeberrito. Allí
fue constituida la offshore por la que se triangularon parte de las coimas
por la venta ilegal de las armas. En el mismo momento de apertura de la
cuenta, Chiodi Touzet, una anciana de 81 años, firmó un
poder en favor de Déborah Shayo y de Selim Matalón. Posteriormente
ambas fueron endosando sucesivas autorizaciones a los restantes integrantes
de la financiera porteña. El poder incluía la facultad de
firmar cheques y de operar la cuenta. Al estudiar las actividades de Multicambio,
los técnicos del Banco Central repararon en un hecho inverosímil.
Por ventanilla y en efectivo, Chiodi Touzet había retirado 1.800.000
dólares.
En el banco norteamericano quedaron registros de la fuerte presión
que desde Buenos Aires realizaron los titulares de Multicambio, para que
el MTB no revele los movimientos de la cuenta Daforel. Para ello, Stier
y sus asociados habían recurrido a los servicios profesionales
del estudio neoyorquino de Fox, Heran y Camerini. Varios escritos
de los letrados norteamericanos dan cuenta del lobby ejercido sobre los
titulares del MTB. Eran tiempos en los que había aparecido en la
cuenta neoyorquina, unos 400 mil dólares que el traficante Diego
Palleros había admitido que había depositado para
un alto influyente vinculado al poder político. El dinero
fue girado por Fabricaciones Militares, y así lo reconocería
el mismo Sarlenga en su confesión judicial. En esa ocasión,
el ex interventor en Fabricaciones Militares afirmó que el número
de cuenta donde debía depositar el dinero, le fue alcanzado en
un sobre por la secretaria de Emir, Lourdes Di Natale. Testimonio que
Di Natale confirmó ante los investigadores judiciales.
Los viejos vínculos entre Multicambio y el MTB también aparecen
acreditados en la información entregada por la justicia norteamericana.
Cuando Stier reclamó un préstamo a la entidad, la consultora
que llevaba la relación con los titulares de la cuenta Daforel
brindó por escrito su respaldo a la transacción. Es
un grupo que viene operando con nosotros desde el año 1976,
dijo. Incluso aportó un dato que revela la importancia de los movimientos
que se realizaban en las oficinas de la calle Sarmiento al 400. Las
operaciones del grupo no bajan de las siete cifras, señaló
la empleada del MTB. La afirmación de la asalariada del banco neoyorquino,
confirma también parte de la confesión de Sarlenga en los
tribunales cuando dijo, en referencia a la cuenta, que venía
operando desde tiempos de la dictadura militar. Los dichos de Sarlenga
contenían una parte de la verdad. No era la cuenta Daforel la que
operaba desde esa época con el MTB Bank de Nueva York, sino sus
titulares, los asociados en Multicambio. Desde un principio, Stier negó
su vinculación con Daforel. Sólo últimamente y con
cierta ambigüedad admitió la relación.
EL
FISCAL INSISTE CON LA CAUSA DE ENRIQUECIMIENTO
La cosa juzgada puesta en dudas
Por E.T.
El fiscal federal Carlos Stornelli
contestó al juez federal Jorge Urso que a su criterio no existe
cosa juzgada en el delito del posible enriquecimiento ilícito de
Carlos Menem. La respuesta es en función del escrito presentado
por los defensores del ex presidente, quienes argumentaron que el juez
riojano Luis Morales ya había investigado por ese cargo y sobreseído
a Menem. Extraoficialmente se conoció ayer que no existe
en Suiza, una de las dos cuentas que la diputada Elisa Carrió
denunció que estarían a nombre de la empresa Mallorca Enterprises
Ltd. Según la presentación de la legisladora, la empresa
pertenecería a Menem en un 75 por ciento, mientras que el 25 restante
estaría a nombre de su secretario, Ramón Hernández.
Carrió había entregado a Urso y Stornelli una documentación
en la que se detallaban dos cuentas a nombre de dicha empresa. Una en
Suiza y otra en Gran Caimán. Que la cuenta no exista en Suiza no
quiere decir que un banco de esa nacionalidad no tenga el depósito
en alguna sucursal de otro punto del planeta. La legisladora incluso tomó
distancia ayer de los documentos y criticó la difusión periodística
de los mismos (ver página 9).
Al referirse al presunto enriquecimiento ilícito, Stornelli detalla
todas las actuaciones realizadas por el magistrado riojano y concluye,
que en esa causa, el objeto de investigación fueron figuras como
administración fraudulenta; malversación de caudales públicos;
violación a los deberes de funcionario público; o posibles
delitos de cohecho.
En su respuesta, el fiscal recuerda que las actuaciones llevadas adelante
por Morales se iniciaron luego de las denuncias por la construcción
de la pista de aterrizaje en Anillaco. El objeto de investigación
era conocer los fondos que habían financiado la construcción
de La Rosadita y de la Aguada de las Alturas,
la cabaña que está sobre los cerros linderos a la casona,
y en la que Menem solía concretar sus retiros espirituales.
A pesar de ello, el juez riojano se expidió sobre la figura del
enriquecimiento ilícito.
El fiscal recordó que desde el año 96, en la causa
por la venta ilegal de armas se pretende esclarecer si los involucrados
en la maniobra no se enriquecieron ilegalmente con ella. Según
Fabricaciones Militares, el armamento argentino fue vendido en 35 millones
de pesos, aunque el negocio de las armas suele triplicar sus precios cuando
el material bélico tiene como destino zonas en conflicto.
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