Por Victoria Ginzberg
Un apropiador fue condenado
y una joven recuperó su identidad ayer cuando el juez federal Roberto
Marquevich impuso ocho años de prisión al represor Hernán
Antonio Tetzlaff, quien inventó una falsa historia para retener
y ocultar a la hija de los desaparecidos Hilda Torres y Roque Orlando
Montenegro. Cuando entramos nos encontramos con dos chicos con los
ojos gigantes, abiertos, y me quedé con uno, le dijo el militar
a un testigo en junio de 1976, al relatar un operativo del Ejército
en el que había participado. Tetzlaff está en libertad porque
fue excarcelado, pero debería volver a prisión.
Esta causa se inició el 29 de enero de 1988, cuando las Abuelas
de Plaza de Mayo denunciaron que Tetzlaff tenía una niña
que podría ser hija de desaparecidos. Según la falsa partida
de nacimiento firmada por Juan Carlos Zucca, María del Carmen Eduartes
esposa del represor dio a luz el 28 de mayo de 1976. Pero
los análisis de sangre realizados en el Banco Nacional de Datos
Genéticos demostraron que ese parto nunca existió y que
la supuesta hija de Tetzlaff era en realidad Hilda Victoria Montenegro,
que nació el 31 de enero de 1976 y fue inscripta por sus padres
el 10 de febrero de ese año, poco antes de que toda la familia
fuera secuestrada.
Un testimonio importante para este caso fue proporcionado por el padre
de una desaparecida que durante ocho meses buscó a su nieta. Debido
a que había trabajado en la Marina hasta 1967, este señor
pudo entrevistarse con Santiago Omar Riveros, comandante de Institutos
Militares, para pedirle datos sobre su hija y su nieta, que habían
sido secuestradas a principio de junio de 1976. El militar designó
a Tetzlaff, que en ese momento se desempeñaba como representante
de la Escuela de Comunicaciones y era jefe de la zona de San Isidro, Boulogne
y Tigre y trabajaba en forma conjunta con el Batallón
de Inteligencia de Campo de Mayo, para que lo ayudara a reconstruir
el operativo en el que se habían llevado a la mujer y la
beba.
El testigo declaró ante Marquevich que Tetzlaff y su esposa le
confesaron que no podían tener hijos. En una oportunidad, el represor
lo llevó a una vivienda donde la noche anterior había participado
de un procedimiento del Ejército en el que según dijo
los guerrilleros padres habían muerto. El entonces
mayor que se retiró como coronel le aseguró:
cuando entramos nos encontramos con dos chicos con los ojos gigantes,
abiertos y me quedé con uno. Ante ese comentario, el abuelo
fue a ver a Riveros para preguntarle si su nieta no había sido
entregada a una pareja como la de Tetzlaff-Eduartes. El general le aseguró
que en su caso no había ocurrido lo mismo pero que esas eran
normas para que los hijos de zurdos caigan en hogares bien constituidos.
Incluso hizo una mención acerca de que existía una estructura
dentro de las Fuerzas Armadas para apropiarse de los hijos menores
de matrimonios zurdos con el fin de enderezarlos.
Cuando Zucca, quien había dado fe del falso nacimiento de la hija
de Tetzlaff, tuvo que presentarse ante el juez, sólo atinó
a decir que no recordaba haber conocido al militar ni a su mujer y no
reconoció su firma en el papel. El hombre se excusó con
el argumento de que debido a un problema de salud padecía
de amnesia.
Quedó absolutamente demostrado que Tetzlaff tenía
el total conocimiento que la menor que inscribió como propia era
hija de desaparecidos y no obstante la retuvo y ocultó con el único
fin de impedir que restableciera el vínculo biológico,
dijo el juez Marquevich en la sentencia de esta causa, en la que actuó
como secretario Walter Rodríguez.
El juez decidió absolver a la mujer ya que la consideró
inimputable por padecer un severo síndrome psico-orgánico
con consecuencias neurológicas que le impide comprender la criminalidad
del acto que se le imputa. El represor estuvo en prisión
desde diciembre de 1997 hasta abril de 1998, cuando fue excarcelado por
la Cámara federal de San Martín. Ahora debería volver
la cárcel para cumplir lo que resta de su condena pero esta medida
se demorará hasta que la sentencia quede firme.
Este caso fue uno de los cinco que sirvieron como base para la detención
del dictador Jorge Rafael Videla, ordenada por Marquevich el 9 de junio
de 1998. Las apropiaciones de Mariana Zaffaroni Islas, Carlos D`Elia y
los dos jóvenes robados por el mayor médico del Ejército
Norberto Bianco y su esposa fueron los otros cuatro expedientes que se
sumaron para que el magistrado considerara que Videla era autor mediato
del robo de hijos de desaparecidos durante la última dictadura
militar.
EJERCICIO
MILITAR CON ESTADOS UNIDOS EN SALTA
Parece territorio ocupado
La polémica que produjo
el decreto presidencial que permitió la entrada de militares de
ocho países para llevar a cabo la maniobra Cabañas
2001 en Salta continuó con el pedido de interpelación
del canciller Adalberto Rodríguez Giavarini y del ministro de Defensa,
Horacio Jaunarena, por parte de legisladores de distintas fuerzas. Del
proyecto, que comenzó ayer, participan 1200 efectivos de Bolivia,
Brasil, Chile, Ecuador, Paraguay, Perú, Estados Unidos, Uruguay
y Argentina.
El presidente del bloque Frente para el Cambio, el diputado Ramón
Torres Molina, denunció que Salta parece un territorio ocupado
por fuerzas uniformadas con armas, que hablan en otro idioma y recorren
las calles de la ciudad sin la respectiva autorización
del Congreso para el ingreso de tropas extranjeras. En conferencia
de prensa el legislador sostuvo que la sistemática violación
por parte del Poder Ejecutivo de las facultades del Congreso que comprometen
la soberanía de la Nación justifican la citación
de los ministros de Defensa y Relaciones Exteriores para dar explicaciones
según lo dispuesto por el artículo 71 de la Constitución
Nacional.
Los legisladores de Frente para el Cambio, Alicia Castro, Gustavo Cardesa,
y Alfredo Villalba; del ARI, Elsa Quiroz, Marcela Bordenave y Jorge Rivas,
y del PJ, Mario Dan Neves y Marta Ortega, acompañaron la medida
porque argumentaron que es el Congreso el que debe aprobar tanto la entrada
de tropas extranjeras como la salida de las fuerzas nacionales.
Según los legisladores, los ejercicios constituyen un ensayo
para la participación de una fuerza multinacional en Colombia,
tal como se propone en el Plan Colombia. Asimismo, consideran que
este tipo de ejercicios contradice la tradicional política
argentina de solidaridad con los países de nuestro continente y
pone en riesgo la paz de la región.
También el Servicio de Paz y Justicia (Serpaj), presidido por el
premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, presentó
un escrito ante la Justicia para ser parte del recurso de amparo que la
Asociación Americana de Justicia (AAJ) presentó anteayer.
La acción legal en contra de los operativos militares reclama la
nulidad del decreto de De la Rúa que permitió el ingreso
de las tropas extranjeras y la inmediata suspensión y/o interrupción
del Ejercicio Cabañas 2001 y la salida del país
de las mismas.
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