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Las calles de La Plata temblaron
debajo de una multitud en marcha

Trabajadores estatales, judiciales, docentes y médicos se concentraron frente a la Gobernación para repudiar el ajuste provincial. Los bonos patacones siguen generando más problemas que soluciones.

Una multitud se movilizó por
las calles céntricas de La Plata y repudió al gobernador Ruckauf.

La masividad de la protesta sorprendió en la ciudad, donde hacía años que no se veía una marcha de esas dimensiones. Ayer, en La Plata, docentes, médicos, judiciales y estatales bonaerenses se movilizaron frente al edificio de la Gobernación en rechazo al recorte de los sueldos y el pago en patacones; el acto tuvo una asistencia estimada en 30 mil personas para la policía, o más de 50 mil para los organizadores. Y se hizo notar, además, fuera de las calles más céntricas, debido a que los manifestantes se concentraron por separado en plazas, ministerios y tribunales antes de confluir bajo los ventanales de Carlos Ruckauf. Horas después de terminado el acto, aunque podría decirse que con su misma contundencia, el gobernador declaró ilegal el paro de los maestros.
Los docentes decidirán hoy si continúan o levantan su huelga, una medida que empezaron por 72 horas pero que ya va por su tercera semana. “El paro es para que no nos recorten los sueldos, no nos congelen la antigüedad, para que no se corten los fondos para comedores y para que se pague en tiempo y forma”, enumeró ayer Hugo Yasky, titular de Suteba y uno de los oradores del día.
Los judiciales, por su parte, anticiparon que continuarán su plan de lucha. El sector se viene oponiendo con fuerza al recorte a través del gremio que encabeza Víctor Mendibil y ayer también los jueces hicieron oír sus críticas. En una carta enviada a Ruckauf, el Colegio de Magistrados y funcionarios del Poder Judicial rechazó los patacones, con la advertencia de que llevarán a los jueces a una “virtual cesación de pago” por su “limitada aceptación material y territorial”.
Al mismo tiempo el Colegio de Abogados provincial pidió a la Corte provincial que intervenga: “Hay empresas con fondos inmovilizados; miles de personas que esperan resoluciones urgentes y hasta cuestiones dramáticas de familia que no se pueden resolver”, señaló el organismo.
La todavía escasa aceptación de los patacones es una cuestión sensible para Ruckauf, quien ha anticipado que por mucho tiempo la provincia no tendrá otra forma de completar los sueldos. Al mediodía, cuando las primeras columnas comenzaban a agruparse, el gobernador llamó a una conferencia de prensa para anunciar la admisión “progresiva” que sus bonos están logrando entre los comerciantes y las empresas de servicios públicos. Ruckauf insistió en la idea de que los meses que vienen “serán más duros que los actuales” y consideró que en ese marco la aceptación del patacón 1 a 1 ayudará a la provincia.
Junto con el tema de los límites que pusieron las empresas de servicios públicos, una de las principales quejas entre los bonaerenses es que no está siendo nada sencillo encontrar lugares donde pagar con patacones artículos de primera necesidad; el problema mayor está en los hipermercados, que sólo toman el 30 por ciento de la compra en bonos, por lo cual quien vaya a comprar alimentos debe contar sí o sí con pesos.
En la marcha de ayer, el sector de los trabajadores de la salud, encolumnados detrás de la Cicop y de la Asociación de Médicos de la República Argentina (AMRA), agregó a estos reclamos puntuales el de la falta de insumos en los hospitales de la provincia.
El titular de la Cicop, Jorge Yabkowski, denunció que hay empresas que “se están presentando en las licitaciones con sobreprecios de entre el 30 y el 200 por ciento, a la vieja usanza de la hiperinflación”.
Los médicos temen que en esta situación crítica “cuando llegue el tercer cuatrimestre los proveedores no se presenten, sabiendo por anticipado que no les van a pagar”. En la marcha, esta idea se traducía en la frase de que “lo peor está por venir”; el diagnóstico, repetido por los manifestantes, es uno de las pocos puntos de coincidencia con el gobernador.

 

El clímax del conflicto

El gobierno bonaerense declaró ayer la ilegalidad de la huelga por tiempo indeterminado que realizan dos sindicatos docentes de la provincia. “Mi gobierno va a cumplir taxativamente con la ley en todas sus partes y ellos (los maestros) saben a qué me refiero”, aseveró el gobernador Carlos Ruckauf. La secretaria adjunta del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación (Suteba), Alicia Sánchez, anunció que hoy “los maestros serán quienes decidan si levantamos la huelga o la continuamos” y sobre “los riesgos de la medida de ilegalidad”. Los maestros podrían perder los días no trabajados o ser sumariados si no van a clase, y hasta ser despedidos. Además, los sindicatos en huelga corren el riesgo de perder la personería gremial. Mientras tanto, Eduardo Duhalde y Hugo Yasky entraron en polémica. El ex gobernador aseguró que los maestros son unos “desvergonzados” por “no dejar las escuelas abiertas para que los chicos coman”, a lo que el titular del Suteba respondió que “el tono de Duhalde es el mismo tono autoritario de siempre, y eso de pretender enfrentar a los docentes con la comunidad es su vieja política”.

 

EL AJUSTE SUMA CONSENSO EN CONTRA EN TODO EL PAIS
Unidad en la lucha opositora

A lo largo de la jornada continuaron ayer las movilizaciones que, desde distintos puntos del país, manifestaron su descontento ante el rumbo de la política oficial. Fueron múltiples los modos de expresión que incluyeron desde escraches y cortes de ruta hasta abrazos simbólicos.
El secretario de ATE Capital, Pablo Michelli, aseguró que la huelga de 24 horas de los trabajadores estatales en contra del ajuste “fue total”. A su vez, Michelli anunció nuevas medidas de fuerza que podrían incluir un paro nacional en setiembre. La protesta incluyó “escraches” frente a organismos públicos y movilizaciones para rechazar los recortes salariales aplicados a los empleados del sector, así como las consecuencias de la ley de déficit cero.
El ministro de Economía, Domingo Cavallo, también tuvo su propio escrache cuando cerca de 400 manifestantes cortaron Avenida del Libertador para repudiar su plan y el de su par de Infraestructura, Carlos Bastos, “para privatizar las centrales de Atucha y Embalse”. Durante una asamblea realizada en el lugar, los trabajadores resolvieron que, “si se llega a efectuar un solo despido de los 500 que están previstos en CNEA, se tomarán todas las centrales y organismos estatales de energía nuclear en el país”.
En Córdoba, se realizó un “abrazo solidario” en torno a la sede local de la Dirección General Impositiva “en repudio a cualquier intento de privatización”, tras lo cual se movilizaron por el centro de esta ciudad. Finalmente se unieron a un numeroso grupo de jubilados y pensionados que se manifestaron contra el ajuste del Gobierno nacional.
En tanto, en Formosa trabajadores y desocupados arrojaron huevos contra el edificio de la Casa de Gobierno provincial mientras marchaban en el centro de la capital en reclamo del pago de salarios atrasados y en rechazo del pago de sueldos en bonos. A su vez, cortaron la ruta nacional 11 en la ciudad fronteriza de Clorinda. En Santiago del Estero más de 500 trabajadores estatales, docentes y estudiantes universitarios se movilizaron. En esa provincia se cumplió la segunda jornada del paro por 48 horas dispuesto por los gremios de la educación.
En Chaco, un grupo de desocupados continuaron con la huelga de hambre en reclamo de 400 planes trabajar y un aumento en las raciones de mercaderías que reciben por mes. En San Juan, empleados estatales cortaron calles en tanto personal médico instaló carpas frente a los hospitales. En ambos casos, se trató de protestas por falta del pago del aguinaldo y el sueldo de julio, así como contra los recortes salariales. En Misiones, los docentes continuaron con la cuarta semana de paro y amenazaron con iniciar una huelga de hambre.

 

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