Por Horacio Cecchi
Una pequeña garrafa
de gas licuado ubicada en la parte delantera del micro de la empresa El
Norte Bis, accidentado el martes pasado a la altura de San Nicolás,
fue considerada por los peritos como detonante del incendio que provocó
la muerte de 18 personas. El preinforme pericial entregado por el cuerpo
de Bomberos de esa localidad a la fiscal Helena Terreno señala
que la garrafa se encontraba en uno de los habitáculos delanteros
utilizados habitualmente por los choferes, próxima al tablero donde
se produjo un cortocircuito. La empresa negó la existencia de la
garrafa, pero el incendio se propagó desde el frente hacia atrás,
pese a que los tanques de combustible se encuentran en la parte trasera.
Las causas de la colisión con el camión cargado de sorgo
aún son analizadas por peritos policiales. Según la Comisión
Nacional de Regulación del Transporte, el interno 23 había
sido verificado en febrero y se encontraba en buenas condiciones. Ayer,
en Resistencia, se realizó el sepelio del chofer Rafael Francos.
La garrafa apareció a la vista de los bomberos al remover los restos
del micro, encajado contra el terraplén de la ruta 9, km 232. Se
encontraba dentro de uno de los habitáculos ubicados debajo del
tablero delantero, habitualmente utilizados por los conductores para guardar
sus pertenencias. En ese sector, la carrocería presentaba un gran
hueco, como huella de la explosión provocada por la combustión
del gas al entrar en contacto con chispas originadas en el cableado del
micro.
Los investigadores aún analizan los motivos del accidente. No está
claro si Francos se durmió mientras conducía. El cambio
de chofer se realizó poco antes de llegar a Rosario. Rubén
Bolaños, el otro conductor de la unidad, debía tomar el
volante en San Nicolás y se encontraba descansando en el asiento
ubicado inmediatamente detrás de la mampara que separa la butaca
del conductor del resto del micro. Esa mampara le dio los segundos suficientes
para reaccionar y lograr escapar del fuego.
Una de las hipótesis de los investigadores sostiene que el camión
Ford 7000, cargado con 28 toneladas de sorgo, conducido por Ricchieri
Rodoni, avanzaba a paso muy lento, y que Francos no alcanzó a calcular
su velocidad. Al intentar sobrepasarlo lo tocó levemente en la
parte trasera provocando el despiste del micro, que se desplazó
hacia su izquierda, cruzando toda la mano contraria, hasta estrellarse
contra un terraplén, del otro lado de la ruta.
El preinforme de los bomberos señala que en el momento del choque
con el Ford, el micro sufrió un cortocircuito en su sistema eléctrico.
Todo el desplazamiento posterior lo realizó a oscuras. Partiendo
de esa conclusión, comienza a tomar importancia la garrafa ubicada
bajo el tablero. Los peritos indican que el envase de gas licuado no había
estallado, pero que había perdido el cabezal superior donde se
encuentra la válvula. Una posibilidad es que haya sido cortado
por el golpe del micro contra el terraplén. Otra es que el calor
hubiera aumentado la presión del gas, despidiendo la válvula.
De una u otra forma, la garrafa soltó su contenido a alta presión
lo que explicaría porqué el envase no estalló,
y al entrar en contacto con una chispa provocó las llamas.
La garrafa se transformó en una fuente de calor de alta intensidad
que propagó el fuego entre el material inflamable con que está
recubierto el interior de los micros. Pese a que la garrafa figura en
el preinforme de los bomberos, Juan Moscato, gerente de El Norte Bis SRL,
aseguró que ningún micro de larga distancia de nuestra
empresa, y me animo a decir de ninguna empresa seria, puede llevar una
garrafa. También sostuvo que todas nuestras unidades
están controladas en Retiro, pero no así el equipaje de
los viajeros que se transportan en las bodegas. La empresa también
relativizó la hipótesis del sueño. Tuvieron
sus 24 horas de descanso, aseguraron apenas se conoció el
accidente.
Francos era secretario gremial del Sindicato de Trabajadores del Transporte
Automotor del Chaco (SITTACH). Su cuerpo fue velado a cajón cerrado,
desde las dos de la madrugada de ayer, en la Iglesia de Jesucristo de
los Santos de los Ultimos Días, en Resistencia. Carlos Gómez,
secretario general del sindicato, negó responsabilidad de Francos
en el accidente. No se quedó dormido. Es probable que el
origen del incendio haya sido el sistema eléctrico del colectivo,
que está todo adelante. Si un hierro le cae encima a los dos bornes
de las baterías de 24 voltios, de inmediato comienza un chisperío
y una descarga que es muy superior a la electricidad de la instalación
de una casa.
La última de las 18 víctimas carbonizadas que aún
permanecía en la morgue como NN, fue identificada como Miguel Ramón
Landeira, que ascendió al micro en la localidad santafesina de
Villa Ocampo para trasladarse hacia Retiro.
Los papeles estaban
en orden
La Comisión Nacional de Regulación del Transporte
(CNRT) acaba de enviar a la Justicia un pequeño informe con
la certificación de la inspección técnica del
vehículo Dominio VLW 648 de la empresa El Norte Bis
SRL. De acuerdo a ese informe al que accedió Página/12,
el micro Scania estaba habilitado con el registro de inspección
BP 38.245, aprobado el 24 de febrero de este año y tenía
vigencia hasta el 24 de agosto. Rafael Francos y Rubén Bolaños,
los dos choferes mencionados por el informe, tenían habilitación
renovada con vencimiento en febrero del 2002. El micro además,
estaba asegurado por la Protección Mutual del Transporte
Público de Pasajeros, bajo la póliza 106.045.
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