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LA META DEL DEFICIT CERO EXIGIRA
UNA PODA ADICIONAL DE 3000 MILLONES DE PESOS EN EL 2002
La guadaña de Cavallo está más afilada que nunca

Para cumplir con la regla del déficit cero, el Presupuesto 2002 incluirá una poda extra de 3000 millones de pesos.
Se mantendrá el recorte a salarios y jubilaciones de más de 500 pesos y habrá ajustes en educación, universidades, Anses y subsidios regionales.

Jorge Baldrich, secretario de Hacienda. Con este recorte, Ricardo López Murphy parecerá populista.

Por Maximiliano Montenegro

Guadaña en mano, en el Ministerio de Economía están elaborando el Presupuesto 2002 que, para cumplir con la regla de déficit cero, incluirá una poda de gastos de 3000 millones de pesos, adicional a la efectuada hasta el momento. En realidad, el agujero fiscal a tapar es de 6000 millones, el déficit pautado con el Fondo para este año; pero en Economía confían poder cubrir la mitad de dicha cifra con aumento de recaudación tributaria. Además de mantenerse el recorte del 13 por ciento para salarios y jubilaciones superiores a 500 pesos, el tijeretazo que se viene alcanzará a las universidades, la Anses, los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) a las provincias, seguro de desempleo, partidas del presupuesto educativo y subsidios regionales, en tanto que prevé achiques en organismos descentralizados. Todavía no está definido si Cavallo se animará a traspasar el Fondo de Incentivo Docente a las provincias, lo que representaría un “ahorro” extra de 600 millones en el presupuesto nacional. Pero que ninguna provincia está en condiciones de pagar.
Antes del 15 de septiembre próximo, el Poder Ejecutivo deberá enviar al Congreso el proyecto de Presupuesto 2002, lo que volverá a poner a Cavallo frente a una encrucijada. Si dicho proyecto no incorpora un fuerte ajuste para llegar al déficit cero, incumplirá el reciente acuerdo cerrado con el FMI y recibirá el inmediato castigo de los “mercados”. Si, en cambio, a solo un mes de las elecciones, lanza sobre la mesa de negociación política un ajuste que dejaría a Ricardo López Murphy en el campo del populismo, corre el riesgo de desatar un proceso de conmoción político incontrolable.
Ante este dilema, en el equipo económico desde ya descuentan que el proyecto ingresaría al Congreso en tiempo y forma, pero que se logrará un acuerdo político para tratarlo recién después de las elecciones. Pero, más allá de esta “concesión”, en Economía dicen que en el Presupuesto “van a estar presentes todos los recortes posibles”.
Las cuentas son las siguientes. Según el acuerdo vigente con el Fondo Monetario, firmado en febrero, la meta de déficit fiscal para este año es de 6500 millones de pesos. La regla de déficit cero recién empezó a correr a partir de agosto. Y, según los analistas, dado el rojo acumulado en los primeros siete meses del año, será fundamental respetar a rajatabla para, después del pago de intereses de la deuda, alcanzar el déficit anual acordado con el Fondo.
Sobre esa base, los técnicos de la Secretaría de Hacienda trabajan con un Presupuesto que cierre ese déficit el año próximo. La instrucción de Cavallo fue, como suele decir al ministro, “muy sencilla”: cubrir en los papeles el bache con recorte de gastos y aumento de la recaudación en partes iguales. Así, el borrador prevé:
Un incremento de los recursos fiscales de 3000 a 3500 millones de pesos, bajo el supuesto de que el producto crecería, por lo menos, un 4 por ciento. Pero con esa tasa de crecimiento no alcanza para llegar a la meta de recaudación, con lo que los ingresos fiscales adicionales se estima que provendrían de la lucha contra la evasión. En este punto, existe lo que los economistas llaman un “trade off”: si se infla mucho la pauta de crecimiento, el FMI la vetaría por no resultar creíble; mientras que si la meta es baja, entonces habría que dibujar las cifras de reducción de la evasión. Conociendo a los técnicos del Fondo, en Economía prefieren apostar a una meta de crecimiento más alta, e incluir un supuesto de caída de la evasión menor.
Un recorte de gastos del orden de los 3000 millones de dólares. De ese monto, unos 1200 millones lo aportará la poda del 13 por ciento a salarios y jubilaciones superiores a los 500 pesos mensuales. Ese tijeretazo corre este año sólo por cinco meses (de julio a diciembre). Mientras que en el 2002 se aplicaría sobre los 12 sueldos más el aguinaldo. Así, la diferencia daría el ahorro anual mencionado.
Otros 700 millones se lograrían, como lo anunció la ministra Patricia Bullrich, ajustando los gastos (jubilaciones de privilegio, pensiones, asignaciones familiares) de la Anses.
Según los topes presupuestarios que Hacienda empezó a discutir con cada Ministerio también habría recortes en las siguientes áreas: partidas del presupuesto educativo destinadas a capacitación docente, obras de infraestructura, investigación, becas escolares y proyectos financiados parcialmente por organismos internacionales. Por ejemplo, se darían de baja los 500 millones de dólares solicitados por Aíto de la Rúa para llevar el proyecto de Internet Educ.Ar a las escuelas de todo el país. El programa prevé financiarse con un crédito del BID (Banco Interamericano de Desarrollo) de 250 millones que debería ser sostenido como contrapartida por otros 250 millones del Tesoro nacional. Si el Gobierno no está dispuesto a desembolsar estos fondos, entonces automáticamente el BID congelará el préstamo desde Washington. Y en Economía, nadie cree que sea conveniente incluir una partida semejante en el Presupuesto 2002.
Otro punto conflictivo será la eliminación de ATN que por valor de 150 millones gira el Ministerio del Interior a las provincias. En tanto, en Hacienda también creen que es posible rasurar los recursos del subsidio de desempleo y de planes Trabajar, donde –aseguran– la asignación de beneficios está plagada de “clientelismo político”.
Este semana, durante una reunión técnica en la Jefatura de Gabinete entre subsecretarios de todos los Ministerios con funcionarios de Hacienda, la discusión cobró temperatura. Porque casi todos los ministros hicieron saber a través de sus subordinados que los techos presupuestarios que quiere fijar Economía paralizarían al Estado y desatarían conflictos políticos inadmisibles antes de las elecciones.
El proyecto también incluirá un recorte de los recursos para las Universidades nacionales (que ascienden a 1800 pesos anuales) de 200 a 300 millones.
Cómo con el fallido ajuste de López Murphy, los hombres de Cavallo también quieren meterse con algunas de las transferencias a provincias más preciadas por los gobernadores (Fondo del Tabaco, subsidios patagónicos al gas y naftas, FONAVI). Aunque el propio presidente De la Rúa prometió –según dicen los gobernadores que resultarían más damnificados– que ello no sucederá.
El gran interrogante del Presupuesto 2002 es si Cavallo, como intentó hacer López Murphy, se animará a pasar a las provincias el costo del Fondo de Incentivo Docente, una idea que en equipo económico ven con buenos ojos para hacer creíble los números ante Washington.

 


 

CAEN LAS VENTAS EN SHOPPINGS Y SUPERMERCADOS
Salidas de paseo sin compras

La depresión en el consumo interno sigue reflejándose en los niveles de facturación de supermercados y centros de compra. Tanto los súper, que expresan el comportamiento de la demanda masiva, como los shoppings, por donde circula gran parte del “consumo superior” o de las clases menos afectadas por la crisis, están evidenciando un marcado descenso en las ventas con respecto a los años anteriores. La caída en la facturación de los centros de compra del área metropolitana en los primeros siete meses del año con respecto al año pasado alcanzó al 11,9 por ciento, dato que se complementa con el de cierre de locales por inactividad. En junio se alcanzó, por primera vez, a un número de 211 locales inactivos en los shoppings de Capital y Gran Buenos Aires, sobre un total de 2324 espacios instalados.
La comparación entre julio de este año y el mismo mes del año pasado arroja una alarmante caída de ventas en shoppings del 24,7 por ciento. Pero el irregular salto en la facturación de un año atrás explica la diferencia. En julio del año pasado, las ventas habían crecido más de un 13 por ciento en relación al mes anterior, un comportamiento que excedería lo que puede explicarse por la disponibilidad del medio aguinaldo en el bolsillo de los asalariados. En cambio, este año el medio sueldo anual complementario no se sintió en las ventas de los coquetos locales de los shoppings: las ventas del mes pasado resultaron prácticamente iguales a las de junio.
El otro fenómeno notable de la actividad en los centros de compra es la cantidad de locales que permanecen inactivos. Entre enero de 1999 y junio de este año, el número de locales activos en shoppings de Capital y Gran Buenos Aires cayó de 2175 a 2113. Consecuentemente, la cantidad de locales inactivos creció en casi un 50 por ciento: de 147 a 21. Esta última es la cifra más alta de toda la serie elaborada por el Indec desde aquella fecha.
IRSA, la empresa que administra los principales shoppings de Capital, lanzó poco tiempo atrás una campaña ofreciendo sus locales en alquiler aceptando el pago de las locaciones con títulos de la deuda pública a su valor nominal (contra un valor inferior al 70 por ciento en el mercado). Esta semana, los shoppings de la misma cadena volvieron a la carga con una nueva campaña, pero esta vez apuntada a los consumidores con patacones en el bolsillo, ofreciéndole no sólo aceptarlos a un valor uno por uno sino además descuentos en sus compras. Dos formas de tratar de reactivar un espacio impactado por la crisis, pero además con gestos que seguramente le granjearán a la empresa las simpatías oficiales.
En cuanto al consumo masivo, los supermercados han sido también un termómetro del bajón en la demanda. En julio se registró una caída en las facturación de estos puntos de venta del 6,6 por ciento con respecto al año pasado, y en el acumulado de ventas de los primeros siete meses del año se observa una baja del 2,2 por ciento en relación al mismo período de 2000. En términos físicos, las ventas se redujeron en un 1,2 por ciento, lo que agrega otro dato que permite leer la retracción del consumo: la baja en los precios promedio.
Las ventas totales en las 33 cadenas de supermercados relevadas por el Indec alcanzaron en julio a 1152,8 millones de pesos, la cifra más baja para dicho mes de los últimos cuatro años (abarcando los 37 meses transcurridos desde el inicio de la recesión). De acuerdo a las expectativas de los empresarios del sector, las ventas evidenciarían en agosto una reducción adicional del 2 por ciento con respecto a julio.

 


 

TODO JUEGA CONTRA LA RECAUDACION IMPOSITIVA
Lo que sobran son excusas

Al margen de las consecuencias de la depresión económica, la recaudación impositiva sufrirá este mes, en la comparación con el año pasado, por la eliminación de algunos gravámenes y la baja de alícuotas en otros. De poco les servirá a las estadísticas que la evaluación se haga contra un mes de baja performance, como agosto del año pasado. Aun así, la caída pronosticada por especialistas –y admitida en fuentes oficiales– rondaría entre el 8 y el 10 por ciento.
Desde la AFIP se atajan por adelantado. Previsores, comenzaron a hurgar entre los argumentos que, prevén, necesitarán cuando se conozcan los números de agosto. Entre ellos:
No se contará con el mismo ingreso de recaudación por planes de pago en cuotas.
Se eliminó el impuesto de emergencia a las altas rentas e internos sobre automotores y motores, vigentes el año pasado.
Habrá menores ingresos por la reducción de las alícuotas para la importación de bienes de capital, resuelta en el marco de los planes procompetitivos de Domingo Cavallo.
Se bajaron las alícuotas del adicional de emergencia a los cigarrillos y de Internos Seguros.
La recaudación en el tributo a los intereses pagados y costo del endeudamiento empresario también será menor.
Pero, siempre de acuerdo a voceros de la AFIP, la inclusión de estos ítems sólo explican la previsión de una caída, respecto a agosto del 2000, de hasta el 4,5 por ciento. Lo que no se incluyó en los cálculos iniciales fueron las turbulencias financieras y fuga de depósitos que dispararon las tasas de interés. Tampoco se contó la retracción de la actividad económica consecuencia del séptimo ajuste en el gasto público, un recorte que –paradójicamente– también afectó al organismo encargado en mejorar la recaudación.
Para Jorge Carrera, director del Instituto de Estudios Fiscales y Económicos (IEFE), el nuevo imperativo del déficit 0 deja como único camino un aumento de la recaudación. Por ello consideró paradójico que el ajuste de las cuentas públicas haya llegado también a la AFIP, donde se recortaron salarios de 1500 pesos a profesionales con más de 10 años de antigüedad. “La mayor eficiencia en la recaudación es el único instrumento para que el déficit 0 no se convierta en un suicidio macroeconómico”, señaló. Para el director del IEFE, no sólo se deberá equilibrar lo que antes se cubría con financiamiento, sino que –debido al último ajuste– habrá que remontar “la caída del 1,5 por ciento del PIB” a que dará lugar los recortes.
El desequilibrio de las cuentas públicas fue hasta ahora la única anomalía estructural reconocida por los economistas ortodoxos ligados al sector financiero. Sin embargo, en la puja intersectorial por descargar el peso del ajuste en los otros, siempre se destacó la necesidad de reducir el gasto y no de aumentar la recaudación. Próximos al punto de la inviabilidad social de mayores recortes en el gasto, aumentar la recaudación en los bolsones de evasión y elusión, y en particular en los sectores beneficiados durante la década del ‘90, es también una exigencia asociada al déficit 0.

 

Con algunos ladrillos más

La actividad de la construcción durante julio subió el 2,6 por ciento frente a igual mes
del año pasado y de 2 por ciento contra junio, en términos desestacionalizados. En al acumulado de los primeros siete meses del año, el Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) todavía muestra una baja de 2,7 por ciento. La suba del ISAC durante el último mes se explica por importantes aumentos en las ventas de los principales insumos del sector. La encuesta cualitativa del Indec, que mide las expectativas empresarias acerca de la evolución del sector, arrojó datos negativos, a pesar de que a mediados del pasado mes se firmó un plan de competitividad sectorial y que a partir de septiembre se pondría en marcha del Plan Federal de Infraestructura.

 

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