Por Maximiliano
Montenegro
Guadaña en mano, en
el Ministerio de Economía están elaborando el Presupuesto
2002 que, para cumplir con la regla de déficit cero, incluirá
una poda de gastos de 3000 millones de pesos, adicional a la efectuada
hasta el momento. En realidad, el agujero fiscal a tapar es de 6000 millones,
el déficit pautado con el Fondo para este año; pero en Economía
confían poder cubrir la mitad de dicha cifra con aumento de recaudación
tributaria. Además de mantenerse el recorte del 13 por ciento para
salarios y jubilaciones superiores a 500 pesos, el tijeretazo que se viene
alcanzará a las universidades, la Anses, los Aportes del Tesoro
Nacional (ATN) a las provincias, seguro de desempleo, partidas del presupuesto
educativo y subsidios regionales, en tanto que prevé achiques en
organismos descentralizados. Todavía no está definido si
Cavallo se animará a traspasar el Fondo de Incentivo Docente a
las provincias, lo que representaría un ahorro extra
de 600 millones en el presupuesto nacional. Pero que ninguna provincia
está en condiciones de pagar.
Antes del 15 de septiembre próximo, el Poder Ejecutivo deberá
enviar al Congreso el proyecto de Presupuesto 2002, lo que volverá
a poner a Cavallo frente a una encrucijada. Si dicho proyecto no incorpora
un fuerte ajuste para llegar al déficit cero, incumplirá
el reciente acuerdo cerrado con el FMI y recibirá el inmediato
castigo de los mercados. Si, en cambio, a solo un mes de las
elecciones, lanza sobre la mesa de negociación política
un ajuste que dejaría a Ricardo López Murphy en el campo
del populismo, corre el riesgo de desatar un proceso de conmoción
político incontrolable.
Ante este dilema, en el equipo económico desde ya descuentan que
el proyecto ingresaría al Congreso en tiempo y forma, pero que
se logrará un acuerdo político para tratarlo recién
después de las elecciones. Pero, más allá de esta
concesión, en Economía dicen que en el Presupuesto
van a estar presentes todos los recortes posibles.
Las cuentas son las siguientes. Según el acuerdo vigente con el
Fondo Monetario, firmado en febrero, la meta de déficit fiscal
para este año es de 6500 millones de pesos. La regla de déficit
cero recién empezó a correr a partir de agosto. Y, según
los analistas, dado el rojo acumulado en los primeros siete meses del
año, será fundamental respetar a rajatabla para, después
del pago de intereses de la deuda, alcanzar el déficit anual acordado
con el Fondo.
Sobre esa base, los técnicos de la Secretaría de Hacienda
trabajan con un Presupuesto que cierre ese déficit el año
próximo. La instrucción de Cavallo fue, como suele decir
al ministro, muy sencilla: cubrir en los papeles el bache
con recorte de gastos y aumento de la recaudación en partes iguales.
Así, el borrador prevé:
Un incremento de los recursos
fiscales de 3000 a 3500 millones de pesos, bajo el supuesto de que el
producto crecería, por lo menos, un 4 por ciento. Pero con esa
tasa de crecimiento no alcanza para llegar a la meta de recaudación,
con lo que los ingresos fiscales adicionales se estima que provendrían
de la lucha contra la evasión. En este punto, existe lo que los
economistas llaman un trade off: si se infla mucho la pauta
de crecimiento, el FMI la vetaría por no resultar creíble;
mientras que si la meta es baja, entonces habría que dibujar las
cifras de reducción de la evasión. Conociendo a los técnicos
del Fondo, en Economía prefieren apostar a una meta de crecimiento
más alta, e incluir un supuesto de caída de la evasión
menor.
Un recorte de gastos del orden
de los 3000 millones de dólares. De ese monto, unos 1200 millones
lo aportará la poda del 13 por ciento a salarios y jubilaciones
superiores a los 500 pesos mensuales. Ese tijeretazo corre este año
sólo por cinco meses (de julio a diciembre). Mientras que en el
2002 se aplicaría sobre los 12 sueldos más el aguinaldo.
Así, la diferencia daría el ahorro anual mencionado.
Otros 700 millones se lograrían,
como lo anunció la ministra Patricia Bullrich, ajustando los gastos
(jubilaciones de privilegio, pensiones, asignaciones familiares) de la
Anses.
Según los topes presupuestarios
que Hacienda empezó a discutir con cada Ministerio también
habría recortes en las siguientes áreas: partidas del presupuesto
educativo destinadas a capacitación docente, obras de infraestructura,
investigación, becas escolares y proyectos financiados parcialmente
por organismos internacionales. Por ejemplo, se darían de baja
los 500 millones de dólares solicitados por Aíto de la Rúa
para llevar el proyecto de Internet Educ.Ar a las escuelas de todo el
país. El programa prevé financiarse con un crédito
del BID (Banco Interamericano de Desarrollo) de 250 millones que debería
ser sostenido como contrapartida por otros 250 millones del Tesoro nacional.
Si el Gobierno no está dispuesto a desembolsar estos fondos, entonces
automáticamente el BID congelará el préstamo desde
Washington. Y en Economía, nadie cree que sea conveniente incluir
una partida semejante en el Presupuesto 2002.
Otro punto conflictivo será
la eliminación de ATN que por valor de 150 millones gira el Ministerio
del Interior a las provincias. En tanto, en Hacienda también creen
que es posible rasurar los recursos del subsidio de desempleo y de planes
Trabajar, donde aseguran la asignación de beneficios
está plagada de clientelismo político.
Este semana, durante una reunión
técnica en la Jefatura de Gabinete entre subsecretarios de todos
los Ministerios con funcionarios de Hacienda, la discusión cobró
temperatura. Porque casi todos los ministros hicieron saber a través
de sus subordinados que los techos presupuestarios que quiere fijar Economía
paralizarían al Estado y desatarían conflictos políticos
inadmisibles antes de las elecciones.
El proyecto también
incluirá un recorte de los recursos para las Universidades nacionales
(que ascienden a 1800 pesos anuales) de 200 a 300 millones.
Cómo con el fallido
ajuste de López Murphy, los hombres de Cavallo también quieren
meterse con algunas de las transferencias a provincias más preciadas
por los gobernadores (Fondo del Tabaco, subsidios patagónicos al
gas y naftas, FONAVI). Aunque el propio presidente De la Rúa prometió
según dicen los gobernadores que resultarían más
damnificados que ello no sucederá.
El gran interrogante del Presupuesto 2002 es si Cavallo, como intentó
hacer López Murphy, se animará a pasar a las provincias
el costo del Fondo de Incentivo Docente, una idea que en equipo económico
ven con buenos ojos para hacer creíble los números ante
Washington.
CAEN
LAS VENTAS EN SHOPPINGS Y SUPERMERCADOS
Salidas de paseo sin compras
La depresión en el consumo
interno sigue reflejándose en los niveles de facturación
de supermercados y centros de compra. Tanto los súper, que expresan
el comportamiento de la demanda masiva, como los shoppings, por donde
circula gran parte del consumo superior o de las clases menos
afectadas por la crisis, están evidenciando un marcado descenso
en las ventas con respecto a los años anteriores. La caída
en la facturación de los centros de compra del área metropolitana
en los primeros siete meses del año con respecto al año
pasado alcanzó al 11,9 por ciento, dato que se complementa con
el de cierre de locales por inactividad. En junio se alcanzó, por
primera vez, a un número de 211 locales inactivos en los shoppings
de Capital y Gran Buenos Aires, sobre un total de 2324 espacios instalados.
La comparación entre julio de este año y el mismo mes del
año pasado arroja una alarmante caída de ventas en shoppings
del 24,7 por ciento. Pero el irregular salto en la facturación
de un año atrás explica la diferencia. En julio del año
pasado, las ventas habían crecido más de un 13 por ciento
en relación al mes anterior, un comportamiento que excedería
lo que puede explicarse por la disponibilidad del medio aguinaldo en el
bolsillo de los asalariados. En cambio, este año el medio sueldo
anual complementario no se sintió en las ventas de los coquetos
locales de los shoppings: las ventas del mes pasado resultaron prácticamente
iguales a las de junio.
El otro fenómeno notable de la actividad en los centros de compra
es la cantidad de locales que permanecen inactivos. Entre enero de 1999
y junio de este año, el número de locales activos en shoppings
de Capital y Gran Buenos Aires cayó de 2175 a 2113. Consecuentemente,
la cantidad de locales inactivos creció en casi un 50 por ciento:
de 147 a 21. Esta última es la cifra más alta de toda la
serie elaborada por el Indec desde aquella fecha.
IRSA, la empresa que administra los principales shoppings de Capital,
lanzó poco tiempo atrás una campaña ofreciendo sus
locales en alquiler aceptando el pago de las locaciones con títulos
de la deuda pública a su valor nominal (contra un valor inferior
al 70 por ciento en el mercado). Esta semana, los shoppings de la misma
cadena volvieron a la carga con una nueva campaña, pero esta vez
apuntada a los consumidores con patacones en el bolsillo, ofreciéndole
no sólo aceptarlos a un valor uno por uno sino además descuentos
en sus compras. Dos formas de tratar de reactivar un espacio impactado
por la crisis, pero además con gestos que seguramente le granjearán
a la empresa las simpatías oficiales.
En cuanto al consumo masivo, los supermercados han sido también
un termómetro del bajón en la demanda. En julio se registró
una caída en las facturación de estos puntos de venta del
6,6 por ciento con respecto al año pasado, y en el acumulado de
ventas de los primeros siete meses del año se observa una baja
del 2,2 por ciento en relación al mismo período de 2000.
En términos físicos, las ventas se redujeron en un 1,2 por
ciento, lo que agrega otro dato que permite leer la retracción
del consumo: la baja en los precios promedio.
Las ventas totales en las 33 cadenas de supermercados relevadas por el
Indec alcanzaron en julio a 1152,8 millones de pesos, la cifra más
baja para dicho mes de los últimos cuatro años (abarcando
los 37 meses transcurridos desde el inicio de la recesión). De
acuerdo a las expectativas de los empresarios del sector, las ventas evidenciarían
en agosto una reducción adicional del 2 por ciento con respecto
a julio.
TODO
JUEGA CONTRA LA RECAUDACION IMPOSITIVA
Lo que sobran son excusas
Al margen de las consecuencias
de la depresión económica, la recaudación impositiva
sufrirá este mes, en la comparación con el año pasado,
por la eliminación de algunos gravámenes y la baja de alícuotas
en otros. De poco les servirá a las estadísticas que la
evaluación se haga contra un mes de baja performance, como agosto
del año pasado. Aun así, la caída pronosticada por
especialistas y admitida en fuentes oficiales rondaría
entre el 8 y el 10 por ciento.
Desde la AFIP se atajan por adelantado. Previsores, comenzaron a hurgar
entre los argumentos que, prevén, necesitarán cuando se
conozcan los números de agosto. Entre ellos:
No se contará con el
mismo ingreso de recaudación por planes de pago en cuotas.
Se eliminó el impuesto
de emergencia a las altas rentas e internos sobre automotores y motores,
vigentes el año pasado.
Habrá menores ingresos
por la reducción de las alícuotas para la importación
de bienes de capital, resuelta en el marco de los planes procompetitivos
de Domingo Cavallo.
Se bajaron las alícuotas
del adicional de emergencia a los cigarrillos y de Internos Seguros.
La recaudación en el
tributo a los intereses pagados y costo del endeudamiento empresario también
será menor.
Pero, siempre de acuerdo a voceros de la AFIP, la inclusión de
estos ítems sólo explican la previsión de una caída,
respecto a agosto del 2000, de hasta el 4,5 por ciento. Lo que no se incluyó
en los cálculos iniciales fueron las turbulencias financieras y
fuga de depósitos que dispararon las tasas de interés. Tampoco
se contó la retracción de la actividad económica
consecuencia del séptimo ajuste en el gasto público, un
recorte que paradójicamente también afectó
al organismo encargado en mejorar la recaudación.
Para Jorge Carrera, director del Instituto de Estudios Fiscales y Económicos
(IEFE), el nuevo imperativo del déficit 0 deja como único
camino un aumento de la recaudación. Por ello consideró
paradójico que el ajuste de las cuentas públicas haya llegado
también a la AFIP, donde se recortaron salarios de 1500 pesos a
profesionales con más de 10 años de antigüedad. La
mayor eficiencia en la recaudación es el único instrumento
para que el déficit 0 no se convierta en un suicidio macroeconómico,
señaló. Para el director del IEFE, no sólo se deberá
equilibrar lo que antes se cubría con financiamiento, sino que
debido al último ajuste habrá que remontar la
caída del 1,5 por ciento del PIB a que dará lugar
los recortes.
El desequilibrio de las cuentas públicas fue hasta ahora la única
anomalía estructural reconocida por los economistas ortodoxos ligados
al sector financiero. Sin embargo, en la puja intersectorial por descargar
el peso del ajuste en los otros, siempre se destacó la necesidad
de reducir el gasto y no de aumentar la recaudación. Próximos
al punto de la inviabilidad social de mayores recortes en el gasto, aumentar
la recaudación en los bolsones de evasión y elusión,
y en particular en los sectores beneficiados durante la década
del 90, es también una exigencia asociada al déficit
0.
Con algunos ladrillos
más
La actividad de la construcción durante julio subió
el 2,6 por ciento frente a igual mes
del año pasado y de 2 por ciento contra junio, en términos
desestacionalizados. En al acumulado de los primeros siete meses
del año, el Indicador Sintético de la Actividad de
la Construcción (ISAC) todavía muestra una baja de
2,7 por ciento. La suba del ISAC durante el último mes se
explica por importantes aumentos en las ventas de los principales
insumos del sector. La encuesta cualitativa del Indec, que mide
las expectativas empresarias acerca de la evolución del sector,
arrojó datos negativos, a pesar de que a mediados del pasado
mes se firmó un plan de competitividad sectorial y que a
partir de septiembre se pondría en marcha del Plan Federal
de Infraestructura.
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