Por Claudio Zlotnik
Del regalo a mi hermano
se encargó mi mujer. Yo no pude traerle nada. No tuve tiempo ni
siquiera para saludarlo como es debido. Daniel Marx, viceministro
de Economía, contó la anécdota en diálogo
con Página/12, dando cuenta ya no sólo de las difíciles
negociaciones que impidieron su regreso a tiempo desde Washington para
la fiesta de casamiento de su hermano sino también de las jornadas
complicadas que aún le tocan transitar a pesar del acuerdo rubricado
con el FMI. Concretamente, en las próximas horas deberán
definirse la letra chica del pacto y la manera en que se cumplirá
con el déficit cero. Y, más adelante, la reestructuración
amistosa de la deuda. Pese al esfuerzo y a una reacción
muy positiva en los primeros dos días después de los anuncios,
los mercados volvieron ayer a caer en un pozo. El riesgo país,
lejos de bajar algo esperado después del salvataje del Fondo
y los aplausos de George Bush, cerró 19 puntos por encima
de la jornada anterior, en los 1443. Mientras, las acciones cayeron 0,8
por ciento.
En la city dudan de que el Gobierno vaya a tener éxito en el cumplimiento
del déficit cero. Los financistas sostienen que la meta podría
cumplirse en este tercer trimestre gracias al adelanto de 1260 millones
de dólares del FMI, correspondientes a una cuota del blindaje.
Pero todavía persiste el pesimismo de lo que vaya a ocurrir en
la última parte del año. Incluso, en base al fuerte desgaste
del Gobierno, existe incertidumbre también en el terreno político.
El panorama complicado incluye la sangría de depósitos.
El último miércoles salieron del sistema apenas 3 millones.
Aunque la cancelación de depósitos a plazo fijo trepó
a 23 millones, montos muy por debajo al promedio de la semana anterior
(alrededor de 100 millones diarios). Frente a ese panorama, en los principales
bancos de la plaza financiera trazan el siguiente cuadro de situación:
El acuerdo con el FMI tiende
un puente hasta las elecciones de octubre. Hay fondos para cumplir con
los vencimientos de la deuda y también para dotar de liquidez al
sistema financiero (a través del nuevo préstamo del Fondo
por 5000 millones y otros 2500 millones del seguro anticorridas del Banco
Central). De esta manera, los bancos podrán seguir haciendo frente
a la fuga en caso de que ésta persista.
Las dudas aparecen sobre que
puede pasar a partir del lunes 15 de octubre, el día después
de las elecciones legislativas.
Importantes ejecutivos de bancos
extranjeros con fuerte presencia en la Argentina reconocieron ante Página/12
el temor a que una derrota del oficialismo por un margen muy amplio podría
poner en jaque la gobernabilidad del país.
Incluso, en algunos sectores
del PJ bonaerense ya se especula con la posibilidad de un paso al costado
de Fernando de la Rúa en caso de una amplia derrota de la Alianza.
La hipótesis de mínima
que manejan los banqueros es que después de las elecciones habrá
un gobierno de coalición.
Mientras tanto, la incertidumbre
política conspira contra los eventuales proyectos de inversiones,
sean éstos productivos o financieros. Entonces, no habría
una baja sensible de las tasas de interés. Y en ese escenario sería
ilusorio ver a la economía en franca recuperación.
Preocupados por lo que se viene,
los financistas vienen aceitando sus contactos políticos.
La versión más
fuerte es que el justicialista Jorge Remes Lenicov sería el ministro
de Economía de un gobierno de unidad. Este nombramiento surgiría
al amparo de un eventual acuerdo político entre Eduardo Duhalde
y Raúl Alfonsín.
Al respecto, en el microcentro
no verían con desagrado la designación de Remes Lenicov.
En la intimidad, el economista adhiere a una devaluación como fórmula
para salir de la crisis. Esta opción es la preferida por los bancos
versus una reestructuración compulsiva de la deuda. Hay que tener
en cuenta que las entidades financieras poseen, en conjunto, unos 26.000
millones en títulos públicos: 15.000 millones en sus carteras
y otros 11.000 millones a través de las AFJP, de las cuales son
dueños.
Para los banqueros, el actual
diputado del PJ es un hombre confiable. Por otra parte, acaba de acompañar
a Duhalde a Washington para sus reuniones con el secretario del Tesoro
Paul ONeill.
Record de incobrables
Las demandas por falta de pago de créditos para el consumo
aumentaron, luego de la primer semana de actividad de la Justicia
comercial tras la feria de invierno, aumentaron un 45 por ciento
con respecto a las de igual período del año anterior.
En tanto los pedidos de quiebra crecieron el 36 por ciento. Así
lo indicó la central de riesgo crediticio Experian, luego
de analizar los registros correspondientes al período comprendido
entre el 6 y el 10 de agosto, cuando sumaron 6514 contra 4503 de
2000. Las demandas judiciales reflejan la situación de la
cadena de pagos especialmente en los créditos para la compra
de electrodomésticos. En caso de mantenerse el ritmo evidenciado
en la primera semana de actividad, en agosto se registrarán
amplios records de demandas judiciales por falta de pago. Los pedidos
de quiebras sumaron 447 contra 329 en igual período del año
pasado. En contrapartida se registró una leve baja de concursos
preventivos, que cayeron de 55 en 2000 a 42 y de las quiebras decretadas,
que bajaron de 42 a 29.
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NO
DEFAULT, NO DEVALUATION
Los dos no de Cavallo
En inglés, frente a banqueros,
empresarios y economistas, Domingo Cavallo dijo tajante: No default,
no devaluation. Fue durante un seminario del Deutsche Bank en Bariloche,
durante el cual el ministro volvió a descartar que el Gobierno
vaya a salir de la convertibilidad o caer en cesación de pagos.
El ministro también remarcó que el Poder Ejecutivo hará
todo lo necesario para cumplir con la regla del déficit cero, y
adelantó que su intención es extender los beneficios de
los planes de competitividad a más sectores y por el término
de los próximos dos años.
Una de las inquietudes que más se escuchó entre los participantes
del seminario en Bariloche es cómo hará el Gobierno para
cumplir con el déficit cero, en caso de que sea preciso profundizar
los recortes de jubilaciones y salarios. Cavallo sostuvo que el nuevo
acuerdo con el FMI alejó el riesgo de default y que
eso debería regenerar la confianza de los inversores en Argentina.
En tanto, a su regreso al país luego de permanecer dos semanas
en Washington negociando con el FMI, Daniel Marx aseguró que ahora
están dadas todas las condiciones para una situación más
tranquila. Pero aclaró que la tranquilidad en los mercados
no se reflejará inmediatamente. Para Marx, el
orden natural es primero el esfuerzo, después la satisfacción.
Lo que no se animó a arriesgar es cuándo llegará
la satisfacción. El funcionario se negó a dar precisiones
sobre las condiciones que deberá cumplir Argentina para acceder
al nuevo socorro financiero del FMI.
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