Por Esteban Pintos
La marea electrónica
no desciende. Al contrario: sigue creciendo y amenaza con cubrir definitivamente
la escena musical moderna de esta década. En este punto, sin embargo,
cabe una pequeña aclaración que tal vez aclare los términos.
El término, en verdad. En este tiempo, electrónica es un
genérico que como sucede con la palabra rock
resume una inmensa cantidad de subvariantes y vertientes, que a su vez
se bifurcan en otras y así hasta llegar a un estado de fragmentación
casi total en donde cada artista, dj o productor-remezclador representa
algo único. Aun así, el paraguas protector de la palabra
en cuestión es la mejor manera de agrupar y entender de qué
se trata todo esto. Cuatro lanzamientos discográficos recientes,
casi simultáneos, y un quinto por venir todos ellos editados
en Argentina, vaya milagro representan la afirmación de un
estado particular de las cosas en el panorama musical del Primer Mundo.
Exciter (Depeche Mode), Outrospective (Faithless), Blowback (Tricky) y
Deep down & dirty (Stereo MCs), más la inminente aparición
de Get ready (New Order), integran el pack de novedades. Se trata además
de nombres con una sólida y, en algunos casos, extensa trayectoria.
En el caso de Depeche Mode y New Order, claramente, se trata de inspiradores
en cuanto influyentes del actual poder de la nueva generación.
A la velocidad del sonido de estos tiempos, cada uno de estos CDs
con altibajos, repeticiones de fórmulas, rejuvenecimientos
compulsivos y demás ofrece particularidades que los distinguen.
A saber. Exciter es el décimo disco de Depeche Mode, definitivamente
reconvertido a un formato de trío compuesto por Martin Gore, Dave
Gahan y Andrew Fletcher. Producido por Mark Bell (habitual colaborador-productor
de Björk), supone también el verdadero regreso del ex adicto
Gahan, cuya garganta quebrada se exponía brutalmente en el anterior
disco Ultra.
Aquí Gahan y su voz lucen mejor, en forma, pero las canciones de
Gore no tanto. Todo suena desganado y en algunos casos excesivamente dramático.
Sin embargo, el actual single I feel loved potenciado
por un excelente video en permanente rotación muestra destellos
de una calidad inalterable. Y mucho mejor, vaya paradoja, resulta el remix
firmado por el DJ Danny Tenaglia, famoso por sus maratónicas sesiones
de más de 12 horas. Distinto es el caso de New Order, cuyo Get
ready termina con una pausa de ocho años sin novedad. Contra todos
los pronósticos (ellos también merecerían el mote
jurásico), el disco suena bien actual sin evidenciar
una pose forzada, y a la vez incluye famosos rockeros invitados (el ex
Smashing Pumpkins Billy Corgan, quien integra la formación en vivo,
y el Primal Scream Bobby Gillespie). Este lunes aparece en Inglaterra
y recién en octubre será el tiempo de su edición
en Estados Unidos (y luego en Argentina).
El lado de soul oscuro de esta batería de ediciones corresponde
a Stereo MCs, Faithless y Tricky. Cada uno atendiendo su juego,
claro. En el caso de los primeros, se trata de otro regreso tras una larga
pausa de nueve años. En ese espacio de tiempo cabe ubicar el deliciosamente
infeccioso hit Connected, una inspirada invitación
al baile donde sea, como sea y cuando sea. Luego de aquella canción
incluida en el disco que llevaba el mismo nombre, poco y nada
se supo del dúo central del grupo, el rapper Rob B. y el productor/DJ
Nick Head. Deep down & dirty, vaya título, resume con certeza
el sonido propio del proyecto: soul bailable sumergido en sucias profundidades.
Sin marcar ningún antes y después de nada ni pretenderlo,
se trata de un agradable ejercicio de música bailable, con delicados
arreglos vocales y el suficiente sabor, una conjunción que no debería
simplificarse bajo un rótulo en particular.
Lo mismo ocurre con Faithless, el extraño caso de un grupo
formado por una tecladista (Sister Bliss), un rapper (Maxi Jazz) y un
productor no-músico, responsable del corte final (Rollo Amstrong).
Outrospective, con su imagen de tapa extraída de una protesta anti-globalización
(una canciónen particular, We come one, ofició
como banda de sonido para este tipo de manifestaciones), representa un
paso adelante en la particular combinación house-ragga-dance-soul
que patentaron desde su aparición a principios de la década
del 90. Aún con críticas lapidarias (el disco
que simula estilo, ideal para gente sin estilo, disparó el
semanario inglés New Musical Express), esta primera edición
de Faithless en Argentina permite acercarse y conocer aquella que podría
ser considerada la banda dance masivo más importante del momento.
Por último, pero no por eso menos importante, el artista formalmente
conocido como Tricky abre nuevas perspectivas en su carrera con Blowback.
Este es un disco pletórico de invitados, en algunos casos hasta
desconcertantes (los Chili Peppers Flea, Anthony Kiedis y John Frusciante,
Alanis Morissette, Cindy Lauper y Ed Kowalczyk, de Live), potenciado por
una oscura versión de la ya de por sí oscura Something
in the way de Nirvana (del histórico Nevermind), en el que
el mago trip hop de Bristol exorcisa diablos interiores para brindar canciones
pop que no eclipsan, sin embargo, su perversidad reconocida.
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