Con un último cuarto
espectacular en el que finalmente consiguió quebrar a los duros
rivales, Argentina derrotó a Canadá por 97-76 y jugará
hoy la final ante Brasil, que venció a Puerto Rico 98-94. La semifinal
sólo se decantó faltando cinco minutos, cuando la levantada
definitiva del equipo de Magnano permitió sacar más de veinte
puntos, que finalmente consiguió mantener en el final: 97-76 contundentes,
con algún lujo como una volcada inolvidable de Ginóbili,
genio y figura.
En primer turno, Brasil se clasificó para la final de hoy al superar
al de Puerto Rico por 98-94 con estos parciales: Brasil 21-23, 38-37,
62-60. Fue un partido durísimo que comenzó con 20 minutos
de demora, ya que los puertorriqueños debieron ir hasta su hotel
a buscar camisetas blancas, porque los dos equipos habían arribado
al estadio con indumentaria de color azul. El juego fue parejo desde el
primero al último cuarto y recién se definió en los
minutos finales en favor de Brasil, por la gran defensa desplegada y por
la enorme efectividad de sus perimetrales. Conducidos de forma magistral
por Demétrius (10 puntos y 9 asistencias), el equipo de Helio Rubens
cerró el juego a su favor sin descontrolarse por el empuje de los
boricuas, apoyados por el público neuquino.
Puerto Rico, mientras tanto, dependió de lo que podía aportar
su veterano y talentoso pivote José Piculín
Ortiz (35 puntos con 4/6 en triples, 15 rebotes y 3 asistencias). El campeón
centroamericano hoy deberá pelear por el tercer puesto. Brasil
estuvo nueve años sin ganarle a los centroamericanos, sin embargo
en tres días lo venció en dos oportunidades y ya está
en la final.
Y llegó el partido final, con todo el clima. Argentina arrancó
con Pepe Sánchez, Ginóbili, Sconochini, Gutiérrez
y Oberto y de salida fueron tanto a tanto sin que hubiera ventajas claras.
Sin embargo, Argentina fue sacando ventajas y al final del primer cuarto
consiguió la leve luz de cuatro puntos (26-22) que se sustentaron
sobre todo en el notable trabajo de afuera de Ginóbili y Sconochini,
muy eficaces en los tiros de tres. En el segundo cuarto, con la entrada
de Wolkowyski y Farabello, las ventajas se hicieron más claras
y en algún momento fueron más de diez los puntos de luz,
hasta que finalmente quedaron fijadas en ocho: 50-42.
El tercer cuarto vio en el comienzo la reacción de Canadá
grande, Nash que se arrimó reiteradamente sin llegar
a empatar pero que creció ante la ineficacia argentina que perdió
el parcial y terminó cinco arriba (68-63) en el segmento menos
convincente del equipo. En el cuarto Argentina estiró hasta nueve
la ventaja mientras Canadá ponía de nuevo en el campo a
McCoulloch y se jugaba todo. Pero Argentina jugó sus mejores minutos
y sacó la mayor diferencia en un rush impresionante que le permitió
rondar los veinte puntos hasta el final.
No la embocan en el
frasco
Causa sorpresa, por lo menos, la evidencia de que en un torneo
del nivel internacional de éste, que clasifica cinco equipos
para el Mundial del año próximo en Indianápolis,
EE.UU., no exista ningún tipo de previsión con respecto
al uso de estimulantes. Pese a que el Premundial es uno de los torneos
más importantes del continente americano junto al Preolímpico
y que está avalado por el organismo máximo a nivel
mundial, la FIBA, y la confederación continental, COPABA,
llama considerablemente la atención que no se realicen controles
antidoping. Al igual que en los campeonatos Sudamericanos o los
Centroamericanos, la COPABA no implementó los controles antidoping
aduciendo problemas presupuestarios. Cuesta creer que una Confederación
que nuclea a todos los países de América no pueda
juntar el dinero correspondiente para armar un laboratorio con médicos
especialistas en doping para realizar los test.
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FIESTA
EN EL CENTESIMO DUELO DE SAN ISIDRO
CASI batió al SIC en el clásico
Por Román
Iglesias Brickles
En el que fue su centésimo
enfrentamiento oficial, jugaron en la tarde de ayer SIC y CASI en Boulogne
por la 8ª fecha de la zona campeonato del Torneo de la URBA. Con
un temperatura agradable y el aliento de más de 5000 personas,
CASI se quedó con una victoria por 23-17 sobre el clásico
rival. Una fiesta y un acontecimiento.
La historia se remonta al año 1935, cuando un grupo de socios de
CASI fue expulsado del club por festejar desmedidamente en
un tercer tiempo y el hecho derivó en la fundación del San
Isidro Club. Fue el 14 de diciembre de ese año. El primer partido
entre los primos fue en 1937 cuando los ánimos ya estaban
más calmados y quedó en manos de los escindidos por
3-0, colocando la piedra angular de una tradición que separaría
desde entonces a San Isidro en dos.
Lo destacable es que si bien ambos clubes son archienemigos dentro del
campo de juego, al pitar el final el referí todo queda allí
y jugadores e hinchas se confunden en el famoso tercer tiempo para disfrutar
de una amistad que va más allá de cualquier camiseta. Algo
que sucede en todos los clubes de rugby.
Para buscar ejemplos basta con remitirse al duelo de hinchadas que cada
vez más ingeniosas buscan ridiculizar al eterno rival utilizando
nutridas y variadas alternativas. Ayer, la barra visitante tomó
la iniciativa y arrancó plantándose frente a la tribuna
de SIC arrojando azúcar y plumas (los tildan de amargos y gallinas)
y retornando a su lugar bengalas en mano, entonando algún cántico;
mientras que los locales después del baldazo frío se recompusieron
y avanzaron agitando grandes cebollas (por el subcampeonato del 2000)
y ataúdes y chanchos con el número 16 (años que no
corona el CASI).
Cabe aclarar que en las canchas no existen alambrados y ni qué
hablar de fosas, nada que haga recordar la violencia del fútbol,
salvo los cantos, la sana pasión y las banderas. La Policía...
¿Quién? No, únicamente los guardias de seguridad
estaban en las entradas cortando los tickets.
En fin, el marco ideal para que el superclásico del rugby argentino
se diera cita en La Zanja presentando su centésima edición,
y entregara aunque sea de a ratos destellos de rugby dinámico y
bien jugado.
Una de las figuras de la cancha, Santiago Phelan, capitán del CASI
y hombre de Los Pumas, destacó que siempre nos viene bien
ganar y sobre todo en estos partidos que son algo especial y uno espera
toda la semana para que llegue la hora de jugar.
Frases, palabras, historias de un clásico que se renueva en cada
partido y que deja siempre sensaciones distintas.
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