Por
Facundo Martínez
El clásico de Avellaneda pagó bien aunque no
con creces su promesa de choque entre dos grandes, pero su intensidad
no radicó particularmente en los aspectos futbolísticos
el primer tiempo fue malo y recién en el segundo se vio lo
mejorcito de ambos conjuntos sino en el contexto pasional en el
que se dio, primero, la victoria parcial de Independiente y luego el agónico
empate de Racing (11), cuando los Rojos festejaban lo que parecía
seguro. Después vino el silencio obligado de los locales y el griterío
de la gente de Racing, para quienes este empate tuvo olorcito a triunfo,
a un último golpe certero después de una pequeña
paliza.
El encuentro comenzó siendo demasiado ordinario para las expectativas
puestas sobre los dos conjuntos, que venían de ganar bien en sus
respectivos debuts. Y salvo algunas jugadas, más bien aisladas,
de Independiente sin dudas el más ambicioso y dos contras
de Racing, la primera etapa fue para el olvido. A los 8 minutos, Silvera
quedó solo frente al arco, pero pifió el remate. Racing
tuvo su chance, a los 18, con un remate del Mellizo Gustavo, que Rocha
contuvo sin exigirse. Y dos minutos más tarde, Independiente volvió
a fallar, cuando Forlán habilitó de cabeza a Silvera, quien
no pudo sacar un remate franco entre las piernas racinguistas que luchaban
por la pelota, hasta que Vitali consiguió despejarla al lateral.
Después fue Milito el que malogró un remate, que Rocha tomó
con facilidad. Siguieron 15 minutos fatales, imprecisos los dos; inconexos
los locales, y Racing peor.
Y llegó un poco de fútbol... recién en el complemento,
porque el partido tomó buen ritmo, con un Independiente más
aceitado y veloz y un Racing simple, con pocas ideas, pero fuerte a la
hora de cortar la iniciativa del rival. Salvo un remate de Maciel, que
Ramírez despejó con el pecho sobre la línea del arco,
fueron los locales los que generaron más peligro; aunque sus acciones
se desvanecían en los fallidos intentos de Guiñazú
y Franco, que ayer no pudieron demostrar su oficio. Recién cuando
el entrenador Enzo Trossero movió algunas piezas, los locales hicieron
más notoria la diferencia. Vuoso entró por Silvera y Franco
salió por Galván; pero fue el ingreso de Livio Prieto por
Guiñazú el que mejor resultado dio. Prieto se las ingenió
para preocupar y contener a Vitali, quien asociado con Barros Schelotto
había sido clave en las llegadas de Racing, y fue fundamental para
que Independiente pisara el área contraria.
Los locales se pusieron en ventaja luego de una buena jugada colectiva
entre Prieto y Vouso, quien, a los 78, tambaleándose ante la marca,
logró habilitar a Forlán, que remató seguro sobre
el palo derecho de Campagnuolo. El resultado parcial era justo. Racing
sintió el golpe y se fue con todo arriba para empatar. Independiente
desaprovechó dos contras, pero eso parecía no importar,
porque ya eran muchos los que festejaban desde las tribunas, revoleando
sus buzos y remeras. No faltaba nada... hasta que, clavados los 90, Vitali
puso el centro, Loeschbor la cabeza Rocha salió mal a cortar
la pelota entró al arco, y a cobrar.
Sin
tiempo para descansar
Tras el empate,
el técnico Enzo Trossero decidió dejar libre al plantel
hasta hoy, cuando retome los entrenamientos con vistas al encuentro
de mañana ante Newells, por la tercera fecha del Apertura.
En tanto, el entrenador de Racing, Reinaldo Merlo, dispuso que sus
dirigidos se mantengan concentrados y que el equipo viaje por la
tarde a Rosario, donde se medirá el martes con Central en
el Gigante de Arroyito. Luego de este encuentro, los jugadores de
Racing tendrán la noche libre y el miércoles por la
tarde retomarán las prácticas y quedarán concentrados
pensando en el partido del próximo viernes ante Newells,
el primer adelantado de la cuarta fecha del certamen local. Por
otra parte, ayer trascendió que el defensor de Independiente,
Gabriel Milito, estaría en condiciones de volver a jugar
en un lapso no mayor a 45 días. Milito sufrió en marzo
pasado una rotura de ligamentos cruzados en el empate sin goles
ante Central, durante el torneo Clausura.
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LOESCHBOR
VALORO AL MAXIMO SU CONQUISTA
El
gol más importante
Por
F.M.
Tanto
Reinaldo Merlo como Enzo Trossero se retiraron conformes con el resultado
del clásico de
Avellaneda. Tras el empate, el técnico de Racing manifestó
que su equipo no merecía la derrota y que más
allá de cómo se empató con un gol en el último
minuto se retiraba conforme, porque los clásicos no
hay que pederlos. En tanto, Trossero consideró que su equipo
será protagonista del torneo y que éste fue
un clásico de mucho coraje, no de gran juego. Por su
parte, el defensor de Racing Gabriel Loeschbor, autor del tanto del empate,
aseguró: Fue el gol más importante de mi carrera,
porque fue en un clásico y en el último minuto. Fue muy
importante para mí y para el plantel.
En el primer tiempo, Racing no jugó en ningún momento
a defenderse y siempre lo hizo a ganar. Lo que pasa es que en esa etapa
estuvimos imprecisos con la pelota, pero así y todo tuvimos chances
de gol. No merecíamos irnos derrotados y más allá
de cómo empatamos, me voy conforme porque los clásicos no
hay que perderlos, expresó Merlo, quien comentó que
hablará con sus jugadores para ver en qué condiciones físicas
están para jugar el martes ante Central. Merlo explicó que
decidió sacar a Gustavo Barros Schelotto para llevarlo de
a poco, porque no hizo pretemporada y admitió que con la
salida del ex Boca su equipo perdió ida y vuelta por la derecha.
Por su parte, Trossero, quien dijo irse conforme con el rendimiento de
su equipo, manifestó: En el primer tiempo abusamos del pelotazo
y, en general, fue un clásico de mucho coraje, pero no de gran
juego. Después de estar en ventaja, el equipo tuvo espacios con
los que no contó antes para definir el partido, pero no lo pudo
hacer. De todos modos, las ocasiones de gol más claras fueron de
Independiente. Pese al resultado y a que fue a Independiente al
que se le escapó el triunfo, el técnico aseguró:
No tengo dudas de que seremos protagonistas del campeonato.
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