Así
arranca este Apertura, con el insólito Belgrano en la cabeza de
las posiciones. Ayer, el equipo cordobés que entró a la
competencia con todos los problemas posibles futbolísticos
e institucionales de base económica ganó de local
ante el desangelado Banfield de Ramón Ponce -dos partidos, siete
goles en contra y ninguno a favor y se acomodó como para
la foto en la punta. No sólo bajó a Boca hace una semana
en la apertura del Apertura sino que ratificó ayer, como local,
que puede jugar (relativamente) bien y ganar. La noticia es escueta: Belgrano
de Córdoba venció a Banfield por 2 a 0 y con ello sumó
su segundo triunfo en el torneo Apertura, con lo que pasó de tener
uno de los peores promedios a encabezar, sorpresivamente, las posiciones
de un certamen devaluado de antemano por su bajo nivel cualitativo.
Ayer en Córdoba el viento fue un factor de incidencia en el juego,
ya que en la primera etapa favoreció a Banfield, que pudo equilibrar
las acciones merced al despliegue de Pablo del Río, al que se oponía
el buen andar del colombiano Rubiel Quintana en la mitad de la cancha.
Pero la falta de claridad del visitante y la buena tarea del joven arquero
Juan Carlos Olave (primo del fallecido cantante cuartetero Rodrigo Bueno)
fueron claves para mantener el cero en el arco cordobés.
El viento, que favorecía a la visita, sin embargo terminó
jugándole en contra a la media hora del período inicial,
cuando un centro de Felipe Desagastizábal (ex Temperley y Los Andes)
se frenó por efecto del viento y descolocó al arquero Christian
Luchetti, quien debió ir a buscar la pelota al fondo de la red.
Banfield revivió recién en el arranque del segundo tiempo,
cuando salió decidido a quemar las naves en pos de la igualdad,
utilizando incluso al arquero Luchetti para rematar los tiros libres.
El local logró emparejar recién sobre la media hora de juego,
y el reemplazante de Desagastizábal, Gabriel Meta, fue derribado
dentro del área por Fabián Santa Cruz a los 40, derivando
en el tiro penal con el que Julio López selló el marcador.
Así, casi impensadamente, Belgrano festeja el primer puesto en
la tabla de la mano del cibernético entrenador Carlos
Ramacciotti (analiza a los jugadores rivales minuto a minuto con una computadora),
mientras goza con el pésimo comienzo de su vecino Talleres.
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