Por
Adrián De Benedictis
El envión anímico y futbolístico de River prosigue
su marcha en este torneo Apertura. Después de dos campeonatos con
finales para el olvido, la llegada de Ramón Díaz a la conducción
del plantel intenta darle una identificación que parecía
perdida. Luego del triunfo ante Talleres, en Córdoba, el equipo
logró ayer una goleada ante Huracán con una gran contundencia.
Con el 41, River suma siete goles en dos encuentros y una superioridad
abrumadora sobre los dos rivales que enfrentó. Y de cara al Superclásico
del 16 de septiembre, a esta altura ya aparenta estar un escalón
más arriba que su máximo rival.
Si bien frente a los cordobeses River inició el certamen con algunas
dudas previas, debido a dos bajas fundamentales como Ortega y Yepes, por
suspensión y cesión al seleccionado colombiano, respectivamente,
en la tarde de ayer se esperaba ver el real poderío del conjunto
de Núñez. Precisamente fue el volante quien demostró
la jerarquía necesaria para ubicar a su equipo entre los candidatos
en llegar al título. Además, la combinación que conforman
junto a DAlessandro, Cambiasso y Cardetti, lanzan a River como un
serio aspirante.
Para certificar
esa condición, River resolvió ayer rápidamente su
compromiso. Exactamente a los 12 minutos de la primera parte ya tenía
dos goles de ventaja: apenas al minuto de juego, Cambiasso definió
de zurda, con mucha categoría, luego de que Ortega le robara la
pelota a Lobos sobre la derecha. Luego, Moner se llevó la pelota
por delante cuando Ortega ingresaba de frente al arco y la metió
en su propia valla. Antes de esa primera conquista, Huracán había
llegado con peligro con un tiro de González que se fue por arriba,
y luego del primer gol Padra tuvo su chance, pero su remate fue bien interceptado
por Comizzo.
A partir de ese momento, River controló el juego y Huracán
intentó sin claridad. De esa manera, el equipo local tuvo varias
oportunidades para aumentar el marcador. Primero Morquio se lo sacó
en la línea a Cardetti, después el goleador la tiró
por arriba, y sobre el final el arquero Ríos le ganó un
mano a mano también a Cardetti.
El segundo tiempo terminó de confirmar esa supremacía de
River. Más allá de que Huracán lo presionó
en los primeros quince, el equipo de Díaz respondió por
la vía del contraataque y en tres minutos selló el resultado.
A los 18, Ortega marcó el tercero eludiendo al arquero, luego de
una precisa habilitación de Cardetti. Luego, por fin el ex Central
tuvo su premio: arrancó por la izquierda con la marca de Morquio,
y cuando ingresó al área le pegó de zurda al primer
palo de Ríos. En ese marco, River dejó que pasara el tiempo
con toques y lujos. Huracán alcanzó a descontar con un rebote
de Morquio, luego de un centro de Buján.
Con dos partidos, en esta semana comenzará a aclararse el panorama
acerca de quiénes serán los que lucharán en lo más
alto de la tabla. Con este inicio, River intimida a cualquiera.
LA
PARTICULAR VISION DE RAMON DIAZ
No
es lo que yo quiero
Los
hinchas abandonaban apurados el Monumental, intentando evitar la tormenta
que se demoraba, pero Ramón Díaz los sorprendió con
un baldazo de agua fría. Sí, el triunfo sirve, pero
no está el River que quiero yo y la gente, sentenció
el entrenador tras el encuentro.
Cuatro goles, la punta del campeonato, fútbol lujoso parecen no
haber encandilado al técnico, que esta semana firmará el
contrato si se pone de acuerdo con el club en dos puntos básicos:
quiere seguir teniendo trato con la prensa (los dirigentes quieren su
silencio) y cobrar premio cuádruple si su equipo gana los clásicos.
Hay que mejorar cosas como el manejo de la pelota en el primer tiempo,
estuvimos muy imprecisos y por eso no lo podemos definir en ese momento.
Díaz fue concreto para explicar la goleada: Los jugadores
se están convenciendo de que hay que tener concentración
y convicción, dijo.
Esteban Cambiasso, autor del primer tanto y una de las figuras, resaltó
el valor del triunfo. Ganamos otra final señaló.
Este campeonato para River, como ya dijimos, serán 19 finales y
hoy ganamos la segunda con otra goleada. Eso es muy importante para el
ánimo del plantel, observó Cambiasso, aunque aclaró:
Esto recién empieza y no nos podemos confundir.
El arquero Comizzo, otra de las actuaciones destacadas del partido, analizó
la producción: Tuvimos una actitud que distingue. El equipo
fue solidario. Todos trabajaron para recuperar la pelota, no hubo egoísmos.
Así nos va a ir bien, indicó.
En relación con la actuación del equipo, el arquero destacó
que siempre es mejor ganar por una buena diferencia como hoy. Por
momentos jugamos muy bien al fútbol y eso nos puede dejar tranquilos,
aunque no debemos confiarnos, aclaró.
Comizzo tuvo tiempo para referirse al partido de pasado mañana,
en Santa Fe, ante Unión. Ese será un partido muy jodido,
la tercera final que tendremos que jugar, dijo.
Una
sombra ya nunca serás
Por
fin nos sacamos de encima esta mufa... susurraba en el final
Mario Yepes. La hinchada la había exorcizado mucho rato antes:
cuando River se floreaba con el 4-0 y faltaba casi media hora para
terminar, tronó el grito, de destinatario inconfundible el
técnico visitante Piazza y protagonista desacralizado:
Ponelo a Soto, la puta que te parió....
Hacía una hora larga que Derlis Soto, el verdugo de River
en los dos últimos clásicos el mismo que con
sus goles liquidó dos aspiraciones consecutivas de River
de salir campeón estaba en la cancha, pero su papel
demoníaco había quedado reducido, simplemente, al
recuerdo. Nunca lo tocó con peligro y el único mano
a mano con Comizzo ocurrió a los 55, cuando el partido estaba
todavía 2-0 y el notable arquero le tapó con seguridad
el remate bajo.
En realidad, de entrada le tuvieron un poquito de miedo los hinchas
-que silbaron a rabiar el apellido del paraguayo cuando la Voz del
Estadio daba las formaciones iniciales y los observadores,
que miraban picados la posibilidad de una tercera sorpresa. Si hasta
algunos medios ya tenían lista la nota con Soto en caso de
que el delantero volviera a ser batacazo.
Nada de eso sucedió. De arranque, Soto se tiró a la
izquierda, en donde quedó prisionero de Lequi, y después
bailoteó a la derecha, sin gravitar. Su movimiento más
llamativo del primer tiempo fue cuando, parado en el círculo
central, se tomó la cabeza con las manos: Moner se había
convertido un golazo en contra... Después se fue a jugar
al medio, pero no logró hacerle honor a su fama. Es que,
más que sparring, Huracán ayer fue punching (ball)
y a Soto no le quedaron papas que salvar del fuego: el incendio
quemero fue netamente general. Huracán está
dando muchas ventajas y es preocupante el funcionamiento general
del equipo dijo el entrenador Piazza. No están
generando fútbol los del medio, no tenemos llegada ni inquietamos
a los rivales.
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