Por
Ariel Greco
La imagen que presentaban las dos tribunas ni bien terminó el partido
reflejó a la perfección lo que ocurrió en la cancha.
El festejo-desahogo de los de Estudiantes por el 1-1 tiene que ver con
no haber perdido en su visita al Bosque y por lo mal que lo pasó
en buena parte del desarrollo. El fastidio-resignación de los de
Gimnasia marcaba lo cerca que estuvo de llevarse la victoria y la bronca
por no haber podido equiparar en el historial a su tradicional rival,
que sigue manteniendo un partido de ventaja. Para los visitantes fue el
premio al orden con que defendieron y al sacrificio que aportaron sus
jugadores. Para los locales fue castigo por la incapacidad para vulnerar
a la zaga adversaria y por apelar siempre a la única fórmula
de ataque.
De arranque se notó la actitud con que asumieron el partido ambos
equipos. Mientras que Gimnasia salió a copar la mitad de la cancha
y a presionar bien adelante a los volantes y defensores rivales, Estudiantes
prefirió un esquema más cauteloso para aprovechar los espacios
que dejaba la última línea adversaria. En ese planteo salieron
mejor parados los de Timoteo. Troglio desbordó por la derecha a
Cascini y metió un centro preciso para la entrada de Sava por el
medio. El centrodelantero se anticipó a sus marcadores y con una
palomita cruzada anotó el 1-0. El gol tan tempranero modificó
obligadamente las posturas. Gimnasia ya no tenía necesidad de buscar
tan arriba. En cambio, Estudiantes estaba obligado a salir del fondo.
Pero cuando todavía estaban asumiendo sus nuevos roles, un error
en el fondo de Gimnasia volvió todo a punto muerto. Pompei ejecutó
un tiro libre al centro del área y, en su intento por despejar,
Sanguinetti peinó la pelota y se la bombeó por encima de
la cabeza de Hernando. Allí aparecieron los mejores minutos del
equipo de Oscar Craviotto. Como después del gol Gimnasia todavía
lucía confundido, los visitantes afirmaron las marcas y contraatacaron
con acierto. Por eso el encuentro tomó un buen ritmo, con situaciones
en los dos arcos, aunque no siempre del todo bien jugado.
A medida que transcurrían los minutos, el equipo de Griguol intensificaba
su búsqueda, en tanto que Estudiantes cuidaba cada vez más
el punto. Claro que esa intención no significaba renunciar al contragolpe,
vía por la que se le presentaron dos ocasiones muy claras. En la
primera Maggiolo se quedó sin ángulo luego de eludir a Hernando
y en la otra el arquero se lució al desviar un remate de Cardozo.
Gimnasia insistía con los desbordes de Enría, que siempre
ganaba en arranque, pero el delantero no tuvo precisión en sus
centros. Griguol se la jugó con el ingreso de Artime y dejó
tres atacantes en cancha. Sin embargo, la apuesta no dio resultado ya
que a esa altura sus jugadores no miraban con tanto desagrado la igualdad.
Así llegaron al final, con Gimnasia con un sabor un poquito amargo
por haber estado más cerca y con Estudiantes festejando un punto
en casa ajena.
GRIGUOL
SE REFIRIO A ERRORES PROPIOS
No
lo supimos ganar
El
desarrollo del clásico dejó sabores diferentes, ya que el
empate no se miró con los mismos ojos en los vestuarios. Del lado
de Gimnasia, la bronca por los dos puntos dejados en el camino pesó
más que el conformismo por trámite del juego y la tarea
del equipo. En cambio, por el sector de Estudiantes, la satisfacción
por el resultado tuvo mayor influencia que el análisis del juego.
Para el técnico de Gimnasia, Carlos Griguol, el resultado
no estuvo mal, pero creo que se desaprovechó el mejor momento que
tuvo Gimnasia en el primer tiempo. En el segundo dominamos también,
pero nos complicaron de contraataque por la obligación que teníamos
de ir a arriesgar un poco más, remarcó el entrenador.
Según su análisis, el mayor problema fue la definición:
No lo supimos ganar porque nos faltó puntería. Dispusimos
de oportunidades muy claras y las erramos. Pagamos en definitiva por nuestros
errores, señaló Griguol.
Algo diferente fue la visión de Oscar Craviotto. De visitante,
un 1-1 en un clásico no está mal, pero tampoco digo que
fuimos unos fenómenos ni ellos, superiores a nosotros. Me voy conforme
porque creo que jugamos de igual a igual y procuramos hacer las cosas
lo mejor posible. Sólo nos faltó oportunismo para ganar
el partido, comentó Craviotto.
Uno de los más molestos con el empate fue Facundo Sava. No
se pueden errar tantos goles como nos pasó a nosotros, me voy muy
caliente porque en realidad no ganamos un punto, sino que perdimos dos,
aseguró el goleador. Para Raúl Cascini, fue un partido
muy duro, con poco juego colectivo, pero con mucho riesgo para los arcos.
A nosotros nos faltó un poco de suerte, remarcó el
ex jugador de Independiente. Muy distinta fue la visión de Pedro
Troglio: Estoy muy contento por cómo se jugó; Gimnasia
tuvo 20 minutos muy buenos en el primer tiempo. En el segundo dilapidó
algunas situaciones increíbles, dijo una de las figuras de
la cancha.
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