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LILIANA CHIERNAJOWSKY
“Yo no fui a pedir ninguna candidatura”

Carrió le ofreció un puesto en su lista, pero el socialismo democrático la vetó en lo que ella llama �vicios de la vieja política�. Sigue apoyando al ARI �por lo que representa y por la investigación� de las cajas del Senado. Y sigue contra la Alianza, con sus �candidatos del ajuste�.

Por Santiago Rodríguez

Elisa Carrió la quería como una de sus candidatas a diputadas en la Capital Federal, pero los socialistas democráticos se opusieron porque es la esposa de Carlos “Chacho” Alvarez: no quieren saber nada con todo lo que esté relacionado con el ex jefe del Frepaso. Liliana Chiernajowsky no quiso entrar en polémicas. Si bien dijo lamentar que “en el armado electoral del ARI se hayan presentado vicios de la vieja política”, ratificó que apoyará a esa fuerza porque es necesario respaldar a la chaqueña “por lo que representa y por la investigación que está realizando”. En diálogo con Página/12, señaló una vez más que “la Alianza ya fue” y advirtió que “más allá de algún veranito de (Rodolfo) Terragno”, aquellos que integren las listas aliancistas representarán “la política de ajuste por más que tengan un discurso supuestamente opositor”. La subsecretaria de gabinete porteño también marcó sus diferencias en cuanto a la política nacional con Aníbal Ibarra, aunque aclaró que “en la ciudad no se vive la misma situación que en el país”.
–¿Por qué quedó fuera de la lista del ARI? ¿Qué pasó?
–Yo no fui a pedir ninguna candidatura; para mí no es un problema electoral, sino poselectoral, y en ese sentido ya tengo una decisión tomada en cuanto a ubicarme en otra configuración política que creo que se va a dar después de octubre. Sostengo que hay que apoyar al ARI, más que por la construcción electoral, porque hay que respaldar a Carrió por lo que representa y por la investigación que está realizando. Lamento que Lilita no sea candidata porque está cumpliendo un rol sumamente importante de fuerte interpelación al modelo que arrancó en la dictadura y aún sigue, de connivencia entre los poderes económicos y algunos sectores de la política. Ella pone en jaque al sistema político y su investigación es de suma importancia.
–Usted no fue a pedir ninguna candidatura, pero lo cierto es que Carrió se la ofreció porque quería llevarla en la lista y los socialistas la vetaron.
–Lamento que en el armado electoral del ARI se hayan presentado vicios de la vieja política y cierto hegemonismo del socialismo democrático que impone riesgos en la construcción de esa fuerza política a futuro. Pero prefiero no profundizar en este tema.
–Alguna vez dijo que le gustaría discutir sobre el aborto con la Iglesia. ¿Confiaba realmente en la Alianza como una alternativa de poder desde la cual se podría dar ese tipo de debates?
–No lo planteé como una frivolidad, sino como una cosa respetuosa y profunda, que tenía que ver con los aspectos más sociológicos que tienen implicancias en la salud pública. La Alianza se presentó como alternativa en un país con una cultura de diez años de menemismo y que generó una demanda muy fuerte de cambio en la sociedad de respeto a las instituciones, a la división de poderes, de lucha fuerte contra la corrupción y de cambio de la situación económica. La Alianza prometía ser un espacio de mayor riqueza cultural para generar debates diferentes en la sociedad y el problema fue que tuvo una posición muy temerosa y conservadora. También defraudó muchísimo en las expectativas de cambio de la cultura política; el tema de los sobornos en el Senado fue una cuestión emblemática y produjo un corte muy fuerte en cuanto a que en esta nueva etapa se podía producir una ruptura fuerte con algunas prácticas nefastas de la política. Hasta el fracaso económico fue producto del fracaso de conducción política, que tiene que ver básicamente con el Presidente.
–¿Alguna vez pensó que De la Rúa era diferente a lo que mostró ser?
–No. Nunca tuvimos grandes ilusiones de que fuera a liderar un proceso de grandes modernizaciones, pero su liderazgo fue impuesto por la sociedad. Tal vez sí creímos demasiado que la demanda y la necesidad de cambio eran tan fuertes que se iban a generar condiciones para darlerespuesta más profunda. El Presidente no estuvo a la altura del momento que vive la Argentina, ni siquiera percibió la necesidad de tener posiciones más decididas.
–¿El Frepaso debería haber abandonado el Gobierno junto con Chacho?
–Sí. El Frepaso debería haber hecho, por lo menos, un balance interno, colectivo y conducido, y repensado su participación en el Gobierno y su aporte crítico. Ese proceso no se dio y eso generó posibilidades para que se diera una situación de dispersión como se está dando en este momento.
–¿El Frepaso está agotado?
–Perdimos, y esto es evidente, la posibilidad de ser una alternativa nacional; la Alianza nos fagocitó. Hay una historia del Frepaso y una militancia que es absolutamente rescatable, pero el partido está en una situación muy complicada.
–¿Qué siente hoy cuando repasa las propuestas que hizo la Alianza?
–Eran propuestas mínimas, en realidad. El hecho de que no podamos haberlas cumplido implica un fracaso para el país, además de para la Alianza. Si los argentinos no ponemos a repensarnos de verdad, ningún otro gobierno que suceda a este va a poder resolver los problemas que tenemos porque la crisis profunda que tenemos tiene que ver con lo institucional, lo político, lo económico y lo moral y pone en jaque al país.
–Hace un tiempo atrás anunció su alejamiento de la Alianza nacional, pero se quedó en el Gobierno porteño. ¿Qué la ata a la gestión de Aníbal Ibarra?
–En la ciudad no se vive la misma situación que en el país y tampoco los cruces profundos que uno tiene en el debate nacional le caben a esta ciudad. El de la ciudad, si bien es un gobierno de la Alianza, está encabezado por un compañero del Frepaso, al que respeto y deseo seguir acompañando porque esta gestión es muy importante para el Frepaso y para el distrito; es importante que en medio de esta vorágine nacional desde acá se hagan cosas como las que estamos haciendo.
–Sin embargo, su posición con respecto a lo nacional es muy distinta a la que sostiene Ibarra.
–Sí, tenemos diferencias. Creo que se puede seguir gestionando esta ciudad, incluso con algunos radicales como lo venimos haciendo, y tener una posición diferente con respecto a la problemática nacional.
–¿Hasta qué punto es sostenible esa diferencia de criterios?
–Lo es en tanto uno pueda seguir diferenciando y acotándose a la gestión. Todo depende de qué énfasis se les ponga a las diferencias.
–¿Y usted qué énfasis se plantea ponerles?
–Necesito tener una posición clara en este momento en cuanto a las cosas que están pasando en lo nacional; no puedo ponerme en funcionaria y decir veo pasar las movilizaciones, el ajuste y lo que sufren los jubilados sin tener opinión al respecto. Lo que está pasando divide aguas en el presente y a futuro; las posiciones se van a ir agudizando. Algunos compañeros siguen apostando a la existencia de la Alianza porque eso genera como un mayor paraguas, una continuidad del statu quo que generaría mayor certidumbre. Creo que eso no es posible, que la Alianza ya fue porque así lo dice la realidad nacional, más allá de algún veranito de Terragno o de alguna ilusión con su candidatura que no modifica para nada la situación. Quienes vayan por las listas de la Alianza van a ir representando la política del ajuste por más que tengan un discurso supuestamente opositor. Cuando uno forma parte de un bloque tiene un margen restringido de diferenciación y un bloque oficialista cumple un rol en la democracia que es el de apuntalar la gestión del Ejecutivo. Es bueno no confundir a la gente y blanquear eso de entrada. El fracaso de la Alianza, la separación del Frepaso y el apoyo a la candidatura de Carrió lo fundamenté en la resolución de esta contradicción: si uno ya sabe que no puede acompañar más estas políticas, que no puede presentarse ante lagente diciéndole de nuevo una cosa y después haciendo otra, hay que blanquearlo al momento de la elección.
–Hace poco dijo que ahora coincidía más con Alvarez que con el resto de los compañeros del Frepaso.
–Con Chacho coincidimos hoy en la valoración que le doy a lo que representa Lilita como un emergente de las demandas muy fuertes de la sociedad, que creo que son una continuidad de las que el pueblo depositó en su momento en nosotros. También coincidimos en lo que significa la investigación que está realizando.
–A partir de esa coincidencia con Chacho, ¿se lo imagina participando activamente después de octubre en ese nuevo espacio político?
–No sé si Chacho va a volver en lo inmediato a la política. El con toda claridad se ubicó fuera de la Alianza y salió de la política porque no podía o no quiso ponerse como opositor del Gobierno del cual fue gestor y formó parte. En la Alianza no va a estar seguro porque por eso se fue.

 

 

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