Por
Fernando Cibeira
La
ayuda del Fondo llegó y los mercados comenzaron a responder favorablemente.
Sin embargo, el Gobierno siempre encuentra nuevos motivos de preocupación.
Desde la semana pasada, algunos funcionarios de militancia radical comenzaron
a inquietarse por las noticias que recibían sobre lo que será
el plenario del Comité Nacional de la UCR convocado para el viernes
y que tendrá como orador de fondo a su presidente, Raúl
Alfonsín. El plenario será uno de los últimos actos
de Alfonsín como jefe radical y oficiará como virtual lanzamiento
de su campaña como candidato a senador. En la Rosada saben que
la convocatoria a un gobierno de unión nacional será el
incómodo eje de la presentación de Alfonsín. Pero,
según los datos que manejan, el ex presidente también detallará
su propuesta para reactivar la economía, la postura a tomar frente
a la deuda externa y la posición argentina ante el ALCA. En un
momento que Fernando de la Rúa definió como la última
oportunidad para sacar la economía de la recesión,
lo menos que quiere el Gobierno es ver a Alfonsín presentando un
plan de gobierno propio, ayudando a la imagen de debilidad oficial.
Estamos preocupados por lo que pueda decir ahora Alfonsín,
se sinceraba la semana pasada un delarruista con despacho en la Rosada.
La gestión presidencial siempre tuvo especial escozor por las manifestaciones
públicas de Alfonsín, sobre todo si venían acompañadas
por una suba del riesgo país. Esa relación conflictiva tuvo
su clímax el mes pasado, cuando el ex presidente criticó
la poda de las jubilaciones. Como pese a la aprobación del déficit
cero los mercados reaccionaron en contra, el Gobierno culpó solapadamente
a Alfonsín por la contrariedad. Al secretario general de la Presidencia,
Nicolás Gallo, se le ocurrió pedir una tregua de silencio
de 200 días, una declaración de la que luego se arrepintió.
La actual encrucijada no es menos complicada. Y en el Gobierno quieren
evitar cualquier situación que pueda detener el repunte de la semana
pasada en los mercados. Si la economía se vuelve a caer,
la situación se torna dramática, analizaba el funcionario
cercano al Presidente.
Ellos siempre están preocupados, respondía ayer
un colaborador de Alfonsín. El dirigente confirmó que el
discurso de cierre del ex presidente tendrá un fuerte contenido
político y que la propuesta del gobierno de unidad nacional por
la que Alfonsín ha mantenido una serie de encuentros con políticos,
gremialistas y empresarios estará en el núcleo del
mensaje. Durante esta semana, el jefe radical se reunirá con las
personas a las que suele consultar en estas ocasiones los ex funcionarios
Mario Brodersohn, Juan Sourrouille y Raúl Alconada Sempé,
y su vocero Raúl Borrás para terminar de delinear
el mensaje que, aseguran, todavía no está cerrado ni mucho
menos.
Como todo plenario anual, del encuentro participarán más
de 100 representantes de todo el país, incluyendo gobernadores
y legisladores. El cónclave comenzará con el informe de
lo realizado por los jefes de los dos bloques legislativos. El cierre,
como es habitual, le corresponde al presidente del partido. No va
a hablar sólo de la unidad sino de la unidad hacia dónde,
explicó un dirigente alfonsinista, en cierta manera, dándole
la razón a los resquemores de los funcionarios delarruistas que
adelantan la presentación de un plan de gobierno paralelo.
No va a ser una repetición de consignas, se analizará
el contenido de las políticas que hay que poner en marcha,
remarcaban en el Comité Nacional.
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