Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


DEBATES Y LINEAMIENTOS A DIEZ DIAS DE LA SEGUNDA ASAMBLEA NACIONAL EN SAN JUSTO
Piqueteros, en busca de una identidad propia

Algunos quieren salir del reclamo de planes Trabajar y pedir soluciones locales o regionales para crear empleo. Otros quieren encuadrar lo que sigue siendo un fenómeno espontáneo. La historia de un movimiento, las líneas de discusión, los actores partidarios.

Por Laura Vales

Con sus neumáticos quemados, sus carpas destrozadas y sus marchas a pie de doce horas, el movimiento piquetero asoma como la vuelta de los sectores más castigados de la sociedad a la acción política. En la mayoría de los casos, de los que fueron durante años nada más que sus clientes; en otros, de militantes que se refugiaron en el trabajo social, atendiendo comedores barriales, colaborando en guarderías o roperos, organizando salas de salud. Pero el de los piqueteros es un andar desparejo, en direcciones no siempre convergentes, tan poco previsible como puede serlo lo nuevo o lo que está en sus comienzos. A diez días de reunirse en un nuevo congreso de desocupados de todo el país (la segunda asamblea nacional está anunciada para el 4 de setiembre, en San Justo), en las organizaciones hay reacomodamientos. En ese trajín se ve un poco de todo:
Grupos sueltos (más cercanos a la idea de autorrepresentarse que a la de unirse a las organizaciones existentes), impacientes por instalar la discusión pública en cómo crear fuentes de trabajo estable. Son los que quieren, como prioridad, pasar a discutir propuestas concretas en las ciudades donde viven, poniendo en un segundo plano los reclamos por planes Trabajar. “Los programas tienen una duración de tres meses; cada vez que vencen hay que salir a cortar la ruta para que los renueven. Me siento mal de sólo pensar que en un tiempo voy a tener que volver al piquete”, dice desde Neuquén Albino Trecanao.
En las organizaciones más grandes y asentadas, en cambio, los dirigentes parecen estar pensando en cómo ponerle riendas al movimiento piquetero. No quieren, entre otras cosas, que se repitan episodios como la silbatina a Hugo Moyano. Lo convencieron de concurrir al primer congreso de desocupados, pero el titular de la CGT Rebelde terminó abucheado por la gente y prácticamente sin poder hablar. Luis D’Elía (de la Federación de Tierra y Vivienda), Juan Carlos Alderete (de la Corriente Clasista y Combativa) y otros dirigentes del Futrade (los desocupados vinculados al Partido Obrero) quieren que el segundo congreso sirva para encauzar el sector.
De manera simultánea, los partidos de izquierda que llegaron más tarde organizan sus propias líneas piqueteras, aun lidiando con el hecho de que en los barrios, como característica extendida, hay un gran reclamo de horizontalidad y se cuestiona y desconfía de las formas tradicionales de hacer política.
Una historia reciente Vale la pena contar algo de la historia de las dos organizaciones más crecidas en número y con extensión nacional, la Federación de Tierra y Vivienda (que integra la Central de Trabajadores Argentinos) y los desocupados de la Corriente Clasista y Combativa. Las dos tienen como centro a La Matanza, con D’Elía y Alderete, que vienen de la experiencia de toma de tierras y de la creación de iniciativas que fueron llenando los baches dejados por el Estado.
En el ‘96, el barrio de Alderete montó una olla popular en la plaza de San Justo para pedir comida. Llegaron a esa decisión después de fuertes discusiones internas –algunos consideraban que reclamar alimentos era indigno– y con un relevamiento de la sala de salud que indicaba que el 20 por ciento de los chicos del asentamiento tenía problemas vinculados a la desnutrición. La protesta se mantuvo por varios días hasta que el municipio, por entonces comandado por Alberto Pierri, acordó entregarles asistencia alimentaria cada 15 días y hacer un padrón de beneficiarios. El pedido de empadronamiento a la Municipalidad buscaba cortar con las redes del clientelismo político.
En el ‘97, después de sucesivas marchas, alianzas y rupturas con otra veintena de barrios, la provincia les otorgó 70 planes de empleo transitorio. A principios del ‘98 convocaron a un plenario de desocupadosen el que participaron ocho asentamientos; a fines de ese año las asambleas reunían 500 personas cada sábado. En ese período se conformó de manera oficial a los desocupados de la CCC. Al mismo tiempo, los que conformarían el núcleo de la Federación de Tierra y Vivienda de La Matanza comenzaban a movilizarse.
Su primera acción de peso fue la ocupación del santuario del Sagrado Corazón de San Justo, en el que participaron vecinos de 25 barrios. Después de 40 días de toma obtuvieron de la provincia alimentos –y la firma de convenios que garantizaban nuevas entregas– más becas para las guarderías. D’Elía recuerda que mientras ellos llevaban adelante la ocupación, Alderete y los suyos mantenían en otro punto un corte de ruta. Los dos grupos empezaron a hacer juntos cortes de ruta hace un poco más de un año.
Sus dirigentes consideran que las asambleas y la toma en conjunto de las decisiones sobre cómo repartir lo conseguido, en contraste con los métodos de los punteros políticos, fueron claves para el crecimiento de cada sector. Una de los criterios votados dentro de la CCC fue, por ejemplo, que los capataces de los planes de empleo, que cobran más que los beneficiarios rasos, dejaran en un fondo común ese sobresueldo, que finalmente se repartiría entre todos los asentamientos. En algún momento los capataces se negaron a seguir haciéndolo, más tarde lo retomaron, en otro se decidió que todos los beneficiarios pondrían una suma mínima para cubrir los costos de las movilizaciones. Ahora, por la cantidad de participantes, están haciendo dos asambleas cada sábado.
El interior y Buenos Aires El mapa de los desocupados que se volverán a reunir en el congreso del 4 de septiembre incluye al Futrade –del Partido Obrero–, los piqueteros salteños encabezados por Pepino Fernández, los cordobeses de Río Cuarto y Cruz del Eje, las organizaciones intermedias de La Boca con referentes ligados al Polo Social, la Corriente 1 de Mayo -integrado por Patria Libre y el Movimiento Campesino Santiagueño–, el Movimiento Teresa Rodríguez –del que se separó un sector para formar el Movimiento de Trabajadores Desocupados– y asociaciones parroquiales del conurbano. También grupos de aparición más reciente, como el Movimiento Territorial de Liberación, ligado al Partido Comunista, y organizaciones piqueteras con eje en Cutral-Có.
En esa localidad de Neuquén, donde tras la privatización de YPF surgieron los primeros piquetes de desocupados, el interés es llegar al próximo congreso de San Justo con propuestas sobre cómo crear puestos de trabajo permanentes. “Mientras sigamos centrados en pedir planes Trabajar vamos a tener que volver a la ruta una y otra vez”, dicen allí Albino Trecanao, técnico químico, desocupado hace más de cuatro años y con una causa judicial abierta por cada corte. “Lo que buscamos ahora es conseguir soluciones y no parches.”
Finalmente se debería mencionar a una diversidad de grupos sueltos, multiplicados por la crisis y la generalización del corte como método de protesta. “Todas las semanas aparecen cortes de gente que no está con nadie. Si nos queda cerca, tratamos de que alguno de nosotros vaya a contactarlos”, señaló sobre este punto un dirigente piquetero del conurbano. “A veces el contacto sigue y se terminan integrando a la organización; otras no quieren, por lo que se mantiene el contacto pero sin que respondan a nadie.” En el primer congreso de desocupados se vieron algunos de estos casos, como el de un pequeño contingente de José C. Paz, una de las localidades más pobres del conurbano.
La próxima asamblea piquetera se prepara con la vista puesta en comenzar a institucionalizar al movimiento de desocupados. En principio, los referentes del sector como D’Elía y Alderete están planteando que todos los delegados que vayan al congreso lleven algún tipo de acta que losacredite como tales. Si en el primer encuentro no se vieron mayores distinciones entre los asistentes, en éste habrá delegados y público. Y aunque el tema central será cómo continúa la protesta iniciada en agosto, en la agenda del encuentro figura la elección de una conducción nacional. También impulsarán la creación de autoridades en cada provincia.
Al encuentro fueron invitados un abanico de dirigentes gremiales de la CTA y de la Corriente. Además del titular de la CTA, Víctor De Gennaro, la lista incluye a Carlos “El Perro” Santillán, Marta Maffei y Juan González. Lo que no se ve en el listado, al menos por ahora, es el nombre de Moyano. En recuerdo al episodio de la silbatina, que el secretario general de la CGT Rebelde todavía no les perdonó, los jefes piqueteros fijaron como punto inicial de la asamblea (después del Himno Nacional) un ítem que reza “reglas de juego”. La primera será que “no se abuchee a nadie”.
Como el humo de los neumáticos que tanto molesta a algunos buenos vecinos, sin embargo, estos tipos de obediencias también suelen ser cuestiones difíciles de encauzar.


MARTINEZ, SECRETARIO DE PYMES, FUTURO ENCARGADO DE PLANES TRABAJAR
“Quisiera ir al congreso piquetero”

Por L. V.

A fines de junio, cuando en General Mosconi el desalojo de los piqueteros terminó en enfrentamientos entre gendarmes y francotiradores, dos muertos y el desembarco de 900 uniformados en la zona, el secretario de Pymes, Enrique Martínez, fue el encargado de llevar una propuesta productiva para descomprimir el clima de tensión social. “Me parece que se tiende a pensar que los piqueteros constituyen un problema si cortan la ruta, no si se mueren de hambre”, consideró entonces, a contramano de la línea dura del Gobierno. Ahora, a punto sumar a su área las funciones que dejó vacantes Horacio Viqueira en la Secretaría de Empleo –responsable de la entrega de los planes Trabajar–, Martínez parece dispuesto a mantener el mismo tono. En diálogo con Página/12 aseguró que le gustaría concurrir al próximo congreso piquetero y anticipó que su intención es reformular los planes de empleo.
–¿Para darles qué perfil?
–Básicamente, que sirvan para producir bienes de consumo, que es clave si se quiere que los programas de empleo transitorios generen fuentes de trabajo permanentes. Una de las ideas centrales de las que partimos es que la desocupación genera áreas de subconsumo y zonas desabastecidas. El Estado puede trabajar para corregirlo, impulsando a los propios desocupados a que produzcan los bienes sobre los que hay demanda en su zona.
–¿Es decir que los planes Trabajar se destinen a producir bienes de primera necesidad, como alimentos?
–Desde productos de primera necesidad hasta viviendas, o su equipamiento.
–¿Cuál sería un ejemplo concreto de una de estas situaciones de subconsumo y desabastecimiento?
–Una de las más generalizadas son las poblaciones que a lo largo de todo el país no tienen producción hortícola, y que entonces se abastecen mal y de manera escasa con hortalizas llevadas de quinientos a mil kilómetros de distancia. En todo el norte de Salta, para poner otro caso, no se produce prácticamente ningún alimento para el consumo directo. Ni producción vacuna, ni avicultura; la gente consume bienes producidos hasta en Córdoba. Eso en lo relativo a producir bienes que satisfagan demandas objetivas, o demandas generadas por el aumento en el consumo de los propios beneficiarios de planes de empleo. También queremos trabajar en la articulación con las pymes y con las empresas grandes de cada región. El concepto es que hay que construir el tejido social, más que considerar a los beneficiarios de los planes de empleo como entes aislados.
–¿Existen fondos para financiar este tipo de proyectos?
–Sí; hay un capital inicial en el programa Iniciar, que tiene 230 millones de pesos para prestar, y está el Fondo de Desarrollo de la Ley Pyme, con otros 100 millones de capital. A eso habría que sumar el presupuesto del Ministerio de Trabajo para los planes de empleo temporarios. Nuestra estimación es que se podría partir de un piso de 100 mil puestos permanentes por año.
–¿Son fondos son seguros o están sujetos al recorte?
–Los únicos que pueden sufrir variaciones de acuerdo al presupuesto nacional son los fondos para pagar los planes transitorios, pero el ministerio está haciendo un gran esfuerzo para retenerlos y aún ampliarlos.
–¿Comparte el diagnóstico de que en los piquetes se hace un manejo clientelístico de los planes Trabajar?
–No tengo dudas de que los planes se pueden prestar a un manejo clientelístico por parte de los políticos. Pero no creo que se puedaextender esa acusación en los mismos términos contra los dirigentes piqueteros, que son quienes representan a los desocupados. El problema es que mientras cuando los recursos son escasos siempre hay riesgos de arbitrariedad; por eso la preocupación del Estado debe ser resolver el problema en su conjunto, no sólo la de cómo repartir lo escaso.
–Al comenzar esta charla usted mencionó que le gustaría ir al congreso piquetero.
–Creo que como funcionario debería estar allí, escuchar los planteos de los desocupados y dar mi punto de vista. Habrá que ver si para entonces ya asumí el cargo; pero una vez que lo haga parte de mi misión deberá ser desactivar los piquetes. Que se deje de hablar del movimiento piquetero y se empiece a hablar del movimiento de desocupados, y a discutir qué estrategias existen para que dejen de serlo.

 

 

PRINCIPAL