Por
Eduardo Videla
Si el médico de un centro de salud pide una interconsulta con un
especialista, desde allí mismo, a través de una conexión
on line con el hospital, podrá sacarle un turno al paciente. Si
además le ordena un análisis de sangre, ahí mismo
le harán la extracción, la muestra irá al hospital,
y de allí volverá la información, también
on line, al centro de salud. En el primer caso, el paciente habrá
evitado un madrugón para sacar turno, y en el segundo, tres viajes
al hospital, para el turno, la extracción y la entrega de resultados.
Esas serán algunas de las consecuencias de la informatización
del sistema de salud porteño, que comprende 33 hospitales, otros
tantos centros de salud y 10 centros médicos barriales. La experiencia
comenzará en diciembre en el Hospital Penna, de Parque de los Patricios,
y estará completa en la segunda mitad del año próximo.
Las autoridades prometen que, cuando la red esté en funcionamiento,
se terminarán las penosas colas desde la madrugada, para conseguir
turnos, un sufrimiento adicional para los pacientes que concurren a los
hospitales.
Para el gobierno porteño, la informatización de la red de
salud tiene dos objetivos centrales. Por un lado, mejorar la gestión
y la planificación hospitalaria, y por otro, terminar con esa sensación
de maltrato que genera el sistema primitivo de otorgar turnos, adelantó
a Página/12 el secretario de Salud, Aldo Neri. La ida y vuelta
de información le dará más eficacia a las tareas
agregó el funcionario: las mismas estadísticas
que hoy tenemos de un año para otro, las vamos a tener en el día.
El software fue diseñado por un equipo de técnicos al mando
del director de Información de Salud del gobierno porteño,
Claudio Andrili. El programa está desarrollado en forma modular:
en una primera etapa se pondrán en marcha los módulos de
turnos, admisión y egresos, y facturación. A partir del
2002 se habilitarán otros tres módulos de la red: compras,
laboratorio y diagnóstico por imágenes.
Cuando esté en funcionamiento la primera etapa, se va a poder
sacar turno desde los centros de salud, y será posible pedir turnos
por teléfono con la sola instalación de un call center,
explicó Andrili a este diario. El Gobierno ya llamó a licitación
para la compra de servidores y la instalación de los puestos en
hospitales y centros de salud, con una inversión para este año
de 1,3 millón de pesos.
En cuanto a la facturación, no se trata de cobrarles a los pacientes
-la atención gratuita es obligatoria por ley sino de facilitar
el cobro de las prestaciones a las obras sociales. Hoy, los problemas
burocráticos hacen que para la gente, declarar que tiene una obra
social sea una complicación. Con el nuevo sistema será más
fácil porque habrá una base de datos con todos los afiliados
al PAMI y a las principales obras sociales, agregó el director
de Atención Primaria de la Salud, Gabriel Muntaabski.
Esa base de datos evitará que los pacientes tengan que dar sus
datos cada vez que concurren a un servicio distinto. Estará
identificado con su número de documento, y cada vez que necesite
hacerse un estudio o una internación, sus datos estarán
en el sistema, explicó Andrili.
Según Muntaabski, la implementación del programa fue consensuada
con los dos gremios más importantes del sector: la Asociación
de Médicos Municipales y el Sindicato Unico de Trabajadores y Empleados
del Gobierno de la Ciudad (Sutecba), que agrupa a enfermeras y administrativos.
La eliminación de trámites repetidos traerá como
consecuencia la necesidad de redistribuir el que, además, deberá
hace cursos de capacitación para manejar el nuevo programa. En
el sistema porteño de salud trabajan en total 35.000 agentes, entre
profesionales y no profesionales.
En la ciudad de Buenos Aires se atienden por año unas 8,5 millones
de consultas por año. Por sí solo, el proceso de informatización
no resolverá el problema de las demoras para sacar turno: habrá
que ampliar además los horarios de atención. Pero evitará
movimientos innecesarios de pacientes.El sistema privilegia la atención
en consultorios en los centros de salud. Cuando el paciente necesita una
interconsulta, desde allí se le pide turno al hospital, para evitar
que pierda tiempo haciendo cola. Lo mismo para hacer un diagnóstico
por imágenes o una práctica de alta complejidad. Si necesita
un análisis de sangre, allí se hará la extracción
y los resultados se tomarán luego desde la pantalla, explicó
Andrili.
Muntaabski, además, hace hincapié en la transparencia: Los
auditores pueden revisar las cuentas a través de una terminal;
los datos sobre las compras serán públicos y las licitaciones
se publicarán en Internet, precisó. Otra ventaja:
los hospitales y servicios, que hoy se comunican por teléfonos
de línea, podrán hacerlo a través del correo electrónico,
lo que representa un importante ahorro en pulsos telefónicos.
Población
sin cobertura
A partir
de setiembre, la Secretaría de Salud comenzará a implementar
un programa en los barrios de La Boca y Barracas, que consistirá
en la identificación de la población sin cobertura
médica. El objetivo es el ingreso ordenado al sistema
público para que no quede nadie sin cobertura, dijo
a Página/12 el director de Atención Primaria de Salud,
Gabriel Muntaabski.
El sistema se extenderá a toda la ciudad, pero su primera
etapa se llevará a cabo en uno de los sectores más
postergados de la ciudad. La elección de la zona no es casual:
uno de los hospitales de referencia de esa área es el Penna,
el primero en el que se implementará el proceso de informatización.
Los pacientes tendrán una tarjeta identificatoria, con su
número de documento, con la cual tendrán acceso a
la cobertura médica. Sus datos serán incorporados
a la base de datos del sistema porteño de salud.
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