Por
Silvina Friera
La poesía es considerada, por algunos, un género bastardo
dentro de la literatura. Con el propósito de desmitificar este
prejuicio extendido incluso dentro del stablishment cultural, Susana Villalba,
directora de la Casa Nacional de Poesía, decidió que era
imprescindible organizar un encuentro internacional. Buscamos llamar
la atención, inquietar al lector, demostrar que la poesía
es tan importante como el cine o el teatro, explica Villalba a Página/12.
En el Café del Centro Cultural Torcuato Tasso (Defensa 1575) comienza
hoy a las 19 el Festival Internacional de Poesía, en el que participarán
poetas de reconocida trayectoria como el francés Bernard Noël,
el chileno Raúl Zurita, último premio nacional de literatura;
y autores noveles del exterior y el interior del país: la mexicana
Natalia Toledo, el alemán Gerhard Falkner, el paraguayo Fernando
Pistilli, la cordobesa Susana Arévalo, entre otros.
La idea del encuentro, con entrada libre y gratuita, es transmitir la
imagen del poeta como hacedor, como un creador que produce en estado de
tensión y de emoción. Villalba, poeta, autora de Caminatas,
entre otros títulos, organizó las tres jornadas del festival
(que finaliza pasado mañana) de una manera artesanal y sencilla.
No me gustan los encuentros maratónicos, repletos con mesas
de debate, presentaciones de libros y actividades paralelas que no te
permiten disfrutar apunta. Simplemente, los poetas recitarán
sus últimas creaciones en su lengua original. Los poetas
argentinos, que colaboraron en la selección y traducción
de los textos que se conocerán en el festival, como Alicia Genovese,
Eduardo Mileo, Juan García, Mirta Rosenberg y Sara Cohen leerán
simultáneamente en castellano la traducción de cada uno
de los poemas recitados en otros idiomas. Además, más de
30 editoriales dedicadas exclusivamente a publicar poemarios, como Ultimo
Reino (del poeta Víctor Redondo), Siestas, Tierra Firme, Botella
al mar, Bohemia, entre otras, exhibirán en un stand los libros
y antologías poéticas editados. Lamentablemente, la
poesía no es redituable y los poetas nos encontramos asfixiados
económicamente porque no conseguimos publicar nuestros libros,
reconoce Villalba. En el mercado las reglas las imponen las grandes
editoriales, que necesitan vender cantidades siderales para tener un inmediato
recupero de la inversión. La poesía no puede vender como
un best seller, aclara la directora de la Casa Nacional de Poesía,
entidad dependiente de la Secretaría de Cultura y Medios de Comunicación
de la Nación.
Si la poesía significa, entre otras cosas, abrirse hacia el sufrimiento
individual y colectivo, el poeta carga con el estigma del personaje maldito
de la sociedad. La poesía sigue siendo una amenaza, los poetas
tienen la osadía de levantar la voz y estimular el pensamiento,
despertar la conciencia crítica y rescatar lo espiritual del individuo,
sugiere Villalba. La poeta bilingüe Natalia Toledo (México,
1967) es una de las mujeres más jóvenes que participan en
el Festival. Nació en Juchitán (Oxaca) y se educó
en escuelas españolas. Recién a los 20 años empezó
a escribir en su lengua materna, el zapoteco. El mayor problema
para las lenguas indígenas es que se utilizan para comunicar pero
prácticamente no existen libros publicados, no se escribe y no
se lee en esas lenguas, cuenta la autora, que visita por primera
vez Argentina y acaba de representar a su país en un encuentro
de poesía en Quebec (Canadá). Con respecto a la utilidad
de los festivales, Toledo considera que son fundamentales para conocer
lo que están elaborando otros colegas. Para el cubano Víctor
Casaus (La Habana, 1944), los festivales son ámbitos de encuentro
y retroalimentación. Me interesan por el aspecto humano y
profesional. Sirven para conectarte con artistas nuevos y actualizar el
panorama de las poéticas, sostiene. Casaus perteneció
a la generación que se dio a conocer en los 60 a través
de las páginas de la revista literariaEl Caimán Barbudo.
El poeta cubano (autor de Los ojos sobre el pañuelo y Amar sin
papeles) ofrecerá un puñado de poemas de amor de su último
trabajo, El libro de María, prologado por su amigo Juan Gelman.
Argentina no es una isla aclara Toledo, autora de Paraíso
de Fisuras y Curanderas. En todos los países la poesía
tiene serias dificultades para llegar a los lectores. En México,
según los últimos estudios realizados, un mexicano lee apenas
un libro por año. Así resulta muy fácil comprender
por qué los editores no apuestan por la poesía. La
mexicana recitará material de su último poemario bilingüe
Mujeres de sol, mujeres de oro. La asturiana Olvido García Valdés
(1950) asegura que en España la poesía está viviendo
un momento creativo magnífico. Sin embargo, a los poetas
jóvenes les cuesta cada vez más publicar porque la poesía
no es un género comercial y creo que nunca lo será,
señala García Valdés, que acercará al público
argentino una selección de poemas de Del ojo al hueso.
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