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MANU CHAO VIVE UN PICO DE POPULARIDAD EN EUROPA
“No soy líder de ningún movimiento”

Miles de fans depositan en el ex líder de Mano Negra esperanzas que exceden lo musical. Pero Manu Chao, referente de la �antiglobalización� y nómada por naturaleza, sostuvo antes de un concierto masivo en Bilbao que no quiere �la responsabilidad de ser un símbolo�.

Por Amelia Castilla
Desde Bilbao

Sentado en las escaleras de un café, con un vaso de vino en la mano y un cigarrillo apoyado en la oreja, Manu Chao, nacido en París en 1961, aseguró que ser un personaje público es una carga. Su concierto con Radio Bemba Sound System, que comenzó poco después de la medianoche, revolucionó Bilbao. Manu Chao irrumpió en el escenario entre el delirio de miles de admiradores que siguieron el concierto en vivo desde la plaza del Gas o a través de dos pantallas gigantes instaladas en los alrededores.
El Ayuntamiento, organizador del evento con entrada libre y gratuita, contrató un equipo de seguridad privado de cerca de 200 personas. Estaba previsto cortar el acceso cuando entraran unas 6000 personas, para que las que quedaran fuera del recinto pudieran seguir la actuación sin aglomeraciones. El músico no tiene precio en este momento. Puede pedir lo que quiera por una actuación, pero el Ayuntamiento invirtió más de 55.000 dólares en el concierto estrella de las fiestas.
Manu Chao no necesita director de mercadotecnia. Qué mejor publicidad para un concierto que la que él mismo ha conseguido empeñándose en actuar en la plaza del Gas. El músico ha alegado “motivos sentimentales” para justificar su inamovible decisión de tocar en la plaza céntrica. Se le ofreció un recinto más amplio, pero no hubo manera de que diera su brazo a torcer. “Es el único capricho del cantante en toda la gira. Fue una decisión difícil. Sé que es una molestia y lo siento, pero era muy importante para mí tocar bajo la casa donde nació mi madre y en el sitio donde actué con Mano Negra hace unos años”, aseguró el músico en una conferencia de prensa de más de una hora en la que habló de su música, de su militancia política y de la canción emblemática de su último disco: “Me gustas tú”. “Nunca está acabada. La escribí en caliente en una noche. Creo que es una buena canción, pero si la canto esta noche será con otra letra. Es una canción abierta a cualquier chorrada”, sostuvo.
Manu Chao y su banda llevan dos meses y medio en la ruta. Bilbao es sólo el inicio de una gira que lo llevará por varias ciudades españolas en las que tocará en plazas de toros y estadios de fútbol. Antes de fin de año, seguramente, estará tocando en Latinoamérica. Manu Chao llega a Bilbao procedente de Francia y Alemania.
Su fuerza escénica, su capacidad para cantar, tocar la guitarra y saltar, su provocación controlada y su culto a la fiesta han seducido a ciudades como Berlín, Marsella y Nimes. Próxima estación: Esperanza, su segundo disco desde que se disolvió Mano Negra, lleva vendidos en todo el mundo más de 1,5 millones de copias y Clandestino, el álbum anterior, va por los tres millones.
Pese al éxito y las buenas ventas de sus discos, Chao nunca abandonó lo que él denomina como conciertos clandestinos o espontáneos. Tocar en la calle y mezclarse con la gente de a pie es una de sus debilidades. El Subcomandante Marcos lo aplaudió en Chiapas; viajó por toda Colombia a bordo de un tren y actuó en pueblos perdidos. Brasil es uno de sus puntos de referencia. En julio abarrotó el Central Park neoyorquino y amenizó con su grupo a los manifestantes antiglobalización durante la reciente cumbre del G-8 en Génova.
La dimensión proletaria de todo lo que hace está en el aire aunque él trate de disociar su música de sus ideas políticas. No soporta que se lo considere un símbolo del movimiento antiglobalización, aunque sabe que muchos lo tienen como tal. “No quiero la responsabilidad de ser un símbolo. Lo más importante de ese movimiento es que no tiene líderes, si los hubiera iría en la dirección equivocada. Y yo no quiero ser un líder. En Génova, por suerte, el único líder fue la gente”, asegura. En octubre, cuando termine la gira, Manu Chao podría viajar al Africa, un continente que le fascina, y donde todavía son muchos los que no han oído hablar de este nómada contemporáneo que renuncia a planificar su vida “más allá de dos meses”.

 

 

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