Por Maximiliano
Montenegro
(Armando) Caro Figueroa
va a terminar de cerrar el círculo informático sobre los
evasores, para que no quede un solo evasor sin ser detectado, prometió
ayer Domingo Cavallo al presentar al nuevo titular de la AFIP (Administración
Federal de Ingresos Públicos), en reemplazo del radical Héctor
Rodríguez. Minutos después, tomó las valijas que
ya tenía preparadas en su despacho del quinto piso del Ministerio
de Economía y partió rumbo a Washington, donde usará
la designación de su hombre de confianza para anticiparse a la
noticia, que se conocerá en los próximos días, de
que la recaudación de agosto cayó más del 10 por
ciento. Así, quiere dar una señal de que hará todo
por cumplir a rajatabla con la ley de déficit cero, la condición
primordial del acuerdo alcanzado con el Fondo Monetario. Sin embargo,
las cosas no serán fáciles, ya que como sostiene en
privado el propio Rodríguez con estas tasas de interés
es imposible aumentar la recaudación. El ministro apuesta
a que la normalización de la situación financiera,
que anunció ayer, permita mejorar los ingresos. En tanto, instrumentará
un nuevo sistema bancarizado de liquidación de los aportes personales
y patronales sobre la nómina salarial.
Cavallo logró dar ayer el paso más importante para cumplir
una aspiración suya desde que llegó al Ministerio de Economía
en marzo último: limpiar la AFIP de radicales, a quienes
el ministro considera ineptos en el manejo de los puestos
claves de la administración económica. Y no fue poco lo
que le costó. A días de asumir, consiguió que el
organismo recaudador volviera a la órbita de Economía, después
de permanecer un breve período subordinado a la Jefatura de Gabinete,
una concesión de un vencido José Luis Machinea a Chrystian
Colombo. Pero entonces no pudo dar el zarpazo definitivo y tuvo que resignarse
a convivir con Rodríguez, un radical de pura cepa, quien ayer recibió
la solidaridad de Raúl Alfonsín: La designación
(de Caro) me parece mala, porque es el jefe de un partido político
ajeno a la Alianza gobernante y porque Rodríguez estaba cumpliendo
una gestión eficaz, aseguró.
No nos dejaron avanzar en la Anses y nos terminaron echando. Pero
ahora en la AFIP va a ser distinto. Es como una revancha, dijo a
este diario un colaborador de Caro Figueroa hasta ayer vicejefe
de Gabinete, entusiasmado con la batalla ganada al radicalismo y
con la posibilidad de reducir en la evasión previsional. Otro que
festejaba era el diputado cavallista José Luis Fernández
Valoni quien, en el mismo Palacio de Hacienda, afirmó a Página/12
que este puesto es muy importante para el partido (Acción
para la República), porque da mucha visibilidad política
y se puede lograr resultados muy importantes.
Sabiendo de las implicancias políticas de la designación,
Cavallo se cuidó durante la conferencia de prensa de poner en cabeza
del presidente la iniciativa y darle una salida decorosa a Rodríguez:
El señor Presidente me dijo que quiere a Héctor Rodríguez
para la reforma del Estado, pensó en nombrarlo vicejefe de Gabinete
y me propuso este cambio de roles, aseguró.
Sea como fuere, la movida va mucho más allá de las especulaciones
políticas o del clásico enfrentamiento por el control de
los resortes clave del Estado entre Cavallo y el radicalismo. Si bien
hace días que el ministro le venía reclamando al presidente
el anuncio de la decisión, recién pudo concretarlo ayer,
a sólo unas horas de abordar el avión que lo trasladó
a Washington. Y la oportunidad no fue casual.
En el Ministerio de Economía manejan en secreto los últimos
datos de la recaudación de agosto, que muestran un bajón
de hasta el 12 por ciento, en relación con igual mes del año
pasado. Con semejante caída en los ingresos tributarios, el ministro
tendrá que hacer magia en los próximos meses para que alguien
le crea que será capaz de cumplir con la regla del déficit
cero en lo que resta del año.
En Washington, además de participar en la cena de despedida al
número dos del FMI, Stanley Fischer, Cavallo se reunirá
con su titular, el alemán Horst Koehler, en un encuentro que será
mucho menos risueño. En el Fondo quieren garantías de que
el Gobierno podrá cumplir con esa meta, la condición principal
del último acuerdo. Tanto es así que el propio Cavallo reveló
ayer todavía no firmó el memorando de entendimiento
negociado porque quiero estar seguro de que sea un programa cumplible
en todos sus detalles. El ministro lo firmará en Washington
y lo dará a conocer el viernes en Buenos Aires. Pero el problema
no es su firma sino la del directorio del organismo, que quiere señales
claras de que el gobierno podrá cumplir, antes de aprobar formalmente
el documento en la primera semana de septiembre. En especial, después
de que Cavallo admitiera que no podrá violar la garantía
de 1364 millones de pesos mensuales que debe girarle mensualmente a las
provincias en concepto de coparticipación de impuestos.
La designación de Caro Figueroa le servirá para demostrarle
a Koehler que avanzará sin restricciones políticas para
lograr un repunte de la recaudación impositiva y previsional, sin
el cual el ajuste del gasto público necesario para cumplir con
el déficit cero sería tan superior al 13 por ciento vigente
que sonaría ridículo desde el punto de vista de su implementación
política: hay analistas que hablan de un recorte de salarios y
jubilaciones mayor al 35 por ciento.
Pero en Washington saben que no es solo una cuestión de voluntad
para luchar contra evasión. Ahora me quieren echar todo el
fardo a mí, cuando cualquiera que conozca como funciona esto sabe
que es imposible recaudar con estas tasas de interés, dice,
en privado, a quien quiera oírlo, Rodríguez, quien más
allá de su (falta de) voluntad política para luchar contra
la evasión trabajó durante más de 20 años
como técnico de la AFIP.
Cavallo sabe de ese límite. Y, por eso, ayer se preocupó
por destacar que simultáneamente con la vuelta de los depósitos
y el retorno de la normalidad financiera, empezará
a mejorar la recaudación. Pero, a la hora de barajar proyectos
para dar la madre de todas las batallas, en el cavallismo ya hablan de
revertir el vaciamiento de la AFIP que acusan- provocó
el retiro voluntario propuesto por Machinea el año pasado. También
lanzarán un nuevo sistema de liquidación de aportes previsionales
y ganancias sobre la nómina salarial (ver página 4), lo
que Cavallo llama cerrar el círculo informático sobre
los evasores. E insistirán con la terciarización de
servicios del organismo, como ser la delegación de la cartera de
juicios iniciados contra infractores en estudios privados.
Hoy a las ocho de la mañana, Caro Figueroa se reunirá con
Rodríguez y allí definirán la suerte de los actuales
titulares de la DGI y la Aduana, Roberto Sericano y Eduardo Casullo, respectivamente.
Son puestos demasiado sensibles como para no tener ahí a
personas alineadas con el administrador, comentó un cavallista
a este diario.
LA
RECAUDACION HABRIA CAIDO 12%
En el momento justo
Por David Cufré
El desplazamiento de Héctor
Rodríguez de la AFIP se produjo al final de un mes en que la recaudación
impositiva habría caído de manera estrepitosa. Fuentes del
organismo confiaron a Página/12 que los últimos datos marcan
una reducción de los ingresos del 12 por ciento. Con fondos tan
escasos, Domingo Cavallo no tendrá más opción que
profundizar el recorte de jubilaciones y salarios para cumplir con el
déficit cero. O buscar otras alternativas de reducción de
gastos, como transferir menos recursos a las provincias, achicar las partidas
universitarias o afectar el Fondo de Incentivo Docente. Con una baja de
la recaudación del 12 por ciento, el ajuste al que queda forzado
el Gobierno para respetar la regla del déficit cero sería
tan fuerte que lo tornaría socialmente impracticable.
Cavallo quería que los cambios en la AFIP se concretaran antes
de que el próximo lunes se informen los datos de la recaudación.
Hasta el momento los resultados son desastrosos, pero faltan los ingresos
de esta semana, que eventualmente podrían amortiguar la caída.
Pero si el milagro no ocurre y se confirma la baja superior al 10 por
ciento, el ministro ya habrá mostrado que intervino para solucionar
el problema con el cambio de Rodríguez por Armando Caro Figueroa.
A Rodríguez no le causa ninguna gracia que lo hayan desplazado,
por más que su amistad con Fernando de la Rúa le permitió
conservar un alto puesto en el Gobierno. Pero su relación con Cavallo
ya estaba muy dañada. Uno de los motivos fue que el ministro ignoró
su oposición al proyecto para autorizar el pago de impuestos con
bonos de la deuda. Rodríguez argumentó que esa iniciativa
hundirá todavía más la recaudación, ya que
en lugar de los aportes en efectivo de las empresas, ahora recibirá
títulos públicos. Anteriormente, Rodríguez le advirtió
a Cavallo que los planes de competitividad dificultan seriamente la fiscalización
impositiva, ya que el sistema tributario es cada vez más intrincado.
Pero el ministro no le prestó mayor atención.
Por otra parte, la designación de Caro Figueroa como nuevo titular
de la AFIP sorprendió a tributaristas y a funcionarios de carrera
en la DGI. Fuentes del organismo comentaron a este diario que si bien
el presidente de Acción por la República figura como nuevo
jefe de la AFIP, en los hechos quien se encargará de la administración
será Ricardo Cossio. El ex titular de la DGI cuando Cavallo fue
ministro de Carlos Menem hoy se encuentra procesado en la causa IBM-DGI.
Justamente por sus problemas con la Justicia y por la resistencia política
que genera su figura, Cavallo no se animó a designarlo abiertamente.
Otras fuentes indicaron que Osvaldo Giordano, de la cavallista Fundación
Novum Millenium, también participará como asesor de Caro
Figueroa.
Pago en bonos
El Ministerio de Economía fijó en 12.720 millones
de pesos el monto máximo que el Estado recibirá en
títulos públicos de los contribuyentes que quieran
abonar deudas impositivas vencidas al 30 de junio de este año.
Según la resolución, para este año el Gobierno
aceptará títulos por 3678 millones. A partir del 2002,
el monto ascenderá a 9041 millones. La AFIP dictará
hoy nuevas medidas reglamentarias. La resolución que emitió
Economía establece que el Estado tomará los títulos
a su valor nominal, lo cual resulta un importante descuento para
los tenedores que pueden comprarlos en el mercado a precios mucho
más bajos.
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Jubilarse
a los 35 años o a los 41 es muy Caro para el Estado
La ANSeS y la Justicia disponen de documentación según la
cual Caro Figueroa, cuando era ministro de Trabajo, firmó tres
actas especiales legitimando jubilaciones riojanas de empleados
que se retiraron muy jóvenes.
El
gobernador Maza fue uno de los firmantes de las actas que contenían
las jubilaciones irregulares.
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Por
Irina Hauser
Tarde o temprano,
el nuevo titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos
(AFIP), Armando Caro Figueroa, tendrá que explicar ante la Justicia
por qué, cuando era ministro de Trabajo, firmó al menos
tres actas especiales que daban por irreprochables más de mil jubilaciones
que la propia ANSeS había rechazado por ilegítimas. Esos
documentos avalaban, entre otras, jubilaciones otorgadas por el Banco
de La Rioja para comprar votos o favorecer a funcionarios, parientes
y amigos que según ya comprobó el fiscal Guillermo
Marijuán se tramitaron con papeles y datos totalmente falsos. Las
actas están en poder de la ANSeS y Marijuán espera recibirlas
en los próximos días. Podría pedirle al juez Rodolfo
Canicoba Corral que llame a indagatoria tanto a Caro Figueroa como a otros
funcionarios firmantes por falsificación de documento.
Ejemplos prácticos. Pedro José Páez, actual diputado
provincial por el departamento de Sanagasta, se jubiló a los 35
años como empleado bancario aunque nunca lo fue con un beneficio
de 5.927 pesos, según consta en el expediente judicial. José
Ramón Daher, ex diputado provincial, se jubiló como bancario
a los 41 años con un pago mensual de 6.778 pesos. Silvia Rosa Quiroz,
es una jubilada-record, retirada a los 32 años a pesar de que no
le alcanzaba la antigüedad como bancaria. Estos son sólo algunos
de los casos más escandalosos. Ellos y otros personajes pudieron
jubilarse presentando contratos de locación de servicio truchos
y falsificando las firmas de ex gerentes del Banco de La Rioja, según
registra la pesquisa.
Más aún, esas y otras miles de jubilaciones irregulares
fueron refrendadas por Caro Figueroa durante el gobierno de Carlos Menem
en actas complementarias del convenio que transfirió el sistema
de previsión social provincial al Estado, y que incluso reconocen
que habían sido cuestionadas por la ANSeS. En dos de las escritos
que iban acompañados por el listado de jubilaciones a destrabar
la firma del ahora director de la AFIP se unía con la del ex ministro
del Interior, Carlos Corach, el ex ministro de Economía, Roque
Fernández, y el gobernador de La Rioja, Angel Maza.
Las actas firmadas el 23 de junio y el 22 de octubre de 1997 dicen: Los
representantes de la provincia constataron expresamente el cumplimiento
de la totalidad de los requisitos legales mediante la incorporación
de nuevos elementos de prueba, en un cierto número de beneficios
correspondientes a ex empleados públicos provinciales cuyo visado
fuera rechazado por la ANSeS en un estadio procesal anterior.
La causa judicial sobre las jubilaciones del Banco de La Rioja se inició
con una denuncia de la ANSeS que alude a una posible asociación
ilícita. Por ahora están llamados a indagatoria 148 jubilados
truchos, que comenzarán a declarar el próximo lunes y entre
quienes figuran el profesor de tenis de Zulemita, el masajista de Menem,
y hasta familiares de Maza. Más adelante, serían citados
los funcionarios responsables del otorgamiento de las jubilaciones falsas.
Según calcularon el fiscal y los investigadores del ente de la
seguridad social, solamente con las jubilaciones riojanas bancarias el
fraude fue de por lo menos 60 millones de dólares. A esa cifra
habría que agregarle unos 105 millones del sistema de retiros de
amas de casa del reino de Menem, y otros 100 millones del sistema jubilatorio
común. En otras provincias se detectaron maniobras similares. Todas
ellas se desprenden de la transferencia de los sistemas previsionales
provinciales a la Nación, que impulsó Domingo Cavallo cuando
era ministro de Economía del gabinete de Menem. En aquel momento
el Gobierno aceptó que las provincias dieran a sus empleados la
chance de retirarse con privilegios, total los pagaba el Estado. ¿Cuál
fue el negocio?, se preguntan los aliancistas de la ANSeS.
Caro Figueroa pretendía, igual que su líder Cavallo, llegar
a interventor de la ANSeS, un proyecto que naufraga. El intríngulis
de las jubilaciones a lo largo y a lo ancho del país y los proyectos
de reestructuración, motorizaron días atrás un intento
del cavallismo por avanzar dentro del organismo regulador del sistema
jubilatorio desplazandoa los radicales Juan José Laxageborde, gerente
de Control y Prevención del Fraude, y Miguel Fernández Pastor,
gerente de prestaciones y servicios. Las gestiones de Raúl Alfonsín
ante el jefe de gabinete, Chrystian Colombo, y de Leopoldo Moreau ante
la ministra de trabajo, Patricia Bullrich, ayer frenaron por el momento
las gestiones.
De la Rúa quiere
hechos
En la reunión de gabinete de ayer, el presidente Fernando
de la Rúa les pidió a sus ministros redoblar
sus esfuerzos para producir hechos que sirvan
para recuperar la confianza en el país. De la Rúa
inició el encuentro destacando el acuerdo conseguido con
el FMI e instó a sus colaboradores a aprovechar la
oportunidad. Luego, el ministro Domingo Cavallo se dedicó
a detallar los alcances de la regla del déficit cero. Por
la mañana, el vocero Juan Pablo Baylac había anunciado
que los ministros utilizarían la reunión para analizar
las reformas del PAMI y la ANSES, fuertemente resistidas por el
radicalismo que quiere evitar el avance del cavallismo. Luego, Baylac
debió aclarar que el tema ni se conversó
y que, oportunamente, el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, detallará
cómo seguirán esas reformas. Luego se conoció
el enroque entre Armando Caro Figueroa y Héctor Rodríguez.
Y con ello las versiones de que los despidos en ANSES quedarían
para después de las elecciones.
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PARA
CAVALLO NO HAY NADA MEJOR QUE UN CAVALLISTA
El Gobierno hizo una inversión muy Cara
Por José
Natanson
Con el sorpresivo enroque de
ayer, Fernando de la Rúa busca evitar tironeos e internas en dos
lugares claves del gabinete. En la AFIP, el desembarco de Armando Caro
Figueroa le garantiza a Domingo Cavallo el control total de la recaudación,
hasta entonces a cargo de un funcionario radical. Por otro lado, la designación
de Héctor Rodríguez en la vicejefatura de Gabinete termina
de homogeneizar el staff que se ocupa de la reforma del Estado que
incluye los planes para transformar el Pami y el Anses y salda una
vieja disputa entre Economía y el radicalismo. Es la lógica
de la formación de equipos, era la definición de daba
anoche una alta fuente de la Rosada.
El cambio de Caro Figueroa por Rodríguez descripto como consensuado
por todas las fuentes consultadas por este diario fue anunciado
por De la Rúa en una conferencia de prensa ayer por la tarde. Se
había terminado de sellar unas horas antes, luego de una reunión
entre el Presidente y el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, en el primer
piso de la Rosada. Se venía conversando desde hace tiempo.
Prácticamente desde que asumió el Ministerio de Economía,
Cavallo reclamó el control de la recaudación. Hubo muchos
planes, pero siempre pensó en Caro Figueroa para ese lugar,
explicaban ayer en el Gobierno.
El cambio de mando en la AFIP no deja dudas sobre quién será,
de aquí en más, el responsable absoluto de la recaudación
fiscal. Caro Figueroa no sólo es amigo de Cavallo, sino que además
es el presidente de Acción por la República, la criatura
política del ministro de Economía. Termina de cerrarse
un proceso: la AFIP primero dependía de la Jefatura de Gabinete
y después pasó a Economía, pero siguió a cargo
de Rodríguez. Ahora, con la designación de Caro, Cavallo
se asegura el control absoluto. El área depende sólo de
Economía, festejaban en Hacienda.
La afirmación también puede leerse de otro modo. Con la
decisión de ayer, De la Rúa compromete definitivamente a
Cavallo con la gestión aliancista y, en particular, con la poco
atractiva política del déficit cero. En efecto, aunque implica
un incremento de su poder interno, la movida le quita al jefe de Hacienda
un argumento que, si sobreviene la debacle, siempre conviene tener a mano
para justificar un portazo: aquel que dice que los funcionarios radicales
le ponen trabas y que no lo dejan gestionar adecuadamente la economía.
El Mingo está jugado, decía un funcionario del
entorno presidencial luego de la reunión de Gabinete.
Con el pase de Rodríguez a la vicejefatura de Gabinete ocurre algo
similar. Según explicaban en la Rosada, la movida garantiza que
el complicado proceso de reforma del Estado quede en manos de un radical
histórico y de diálogo directo con el Presidente. Porque,
aunque incluye una larguísima serie de temas, la reforma apunta
básicamente a transformar el PAMI y el ANSES: dos organismos claves
del Estado, cuyo control ha generado más de un enfrentamiento.
Ayer, por ejemplo, la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich bajo
cuya órbita se encuentra el Anses, dijo que la reforma se
va a hacer a rajatabla y que no va a permitir la injerencia
de nadie. Fue una respuesta directa a las declaraciones de Raúl
Alfonsín: siempre pendiente de la posibilidad de que Cavallo avance
en la privatización de los organismos, el jefe radical había
advertido que su partido no tolerará ninguna intromisión
neoliberal. El enroque le permite a De la Rúa neutralizar la interna
entre el radicalismo y Economía. Una puja que, aunque viene de
lejos, había recrudecido últimamente: el acuerdo con el
FMI incluyó una serie de condiciones para la Argentina y reactivó
las presiones para recortar los fondos del Pami y el Anses.
En palabras de un importante funcionario, el Presidente homogeneizó
el equipo de trabajo en la jefatura de Gabinete, que quedó integrado
por Colombo, Rodríguez y Marcos Makón. La idea es
darle un perfil de coordinación, con especial énfasis en
la reforma del Estado, explicabauna fuente de la Rosada. Quedó
claro que van a ser funcionarios radicales los que se ocupen del tema,
resumía. Igual, Cavallo no pierde del todo el control del asunto:
Makón, el más cavallista de los frepasistas, tiene una excelente
relación con el ministro de Economía.
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