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EL SUBSECRETARIO DEL TESORO DE ESTADOS UNIDOS CON ACREEDORES
La deuda se negocia fuera de casa

John Taylor convocó a bancos de inversión y a tenedores de títulos de deuda argentina para empezar a testear el canje �voluntario�.

Inicio: En el microcen-tro porteño y en Nueva York coincidieron en que los encuentros a realizar-se esta semana forman parte del primer capítulo de un libro extenso.

John Taylor, subsecretario
del Tesoro de Estados Unidos.
Una mano al país, sin participación
de funcionarios argentinos.

En medio de un total hermetismo, y a pesar del deseo de Domingo Cavallo de mantener el bajo perfil sobre este tema, ayer se inauguró el camino que desembocará en una reestructuración “voluntaria y amistosa” de la deuda argentina. Precisamente, tratando de ahuyentar los temores y a los fantasmas, ésta fue la principal definición que John Taylor, subsecretario del Tesoro de los Estados Unidos, les dejó a los grandes inversores en bonos argentinos que se acercaron a la sede del organismo en Washington. Después de casi una década –tras la implementación del Plan Brady– el gobierno estadounidense vuelve a involucrarse directamente en el problema de la deuda de la Argentina. Hoy habrá una reunión similar organizada por el Deutsche Bank, confirmando que la administración Bush quiere liderar el proceso para aliviar el peso de la deuda e intentar así que la Argentina tenga una economía “sustentable”. La operación ya provocó los primeros chispazos entre los bancos de la city porteña.
El encuentro de ayer fue agendado por el estadounidense JP Morgan-Chase. Desde temprano, los directores de los fondos de inversión más importantes, como Alliance Capital Management, Dresdner Global Investors y Morgan Stanley, se dieron cita en las oficinas de la secretaría del Tesoro. Este tipo de reuniones, entre funcionarios y bancos y fondos de Wall Street en las que se analiza la evolución económica de un país emergente, son comunes en Washington. Esta vez, el centro de atención es la Argentina.
Fuentes del microcentro porteño y de Nueva York coincidieron en señalar que los encuentros a realizarse esta semana forman parte del primer capítulo de un libro extenso. Y que todavía deben transcurrir entre cuatro a seis meses ante de que la operación se concrete.
En la reunión inaugural, Taylor cumplió con los dos objetivos que llevaba en carpeta: asegurarles a los financistas de que la reestructuración de la deuda no será forzosa y, a su vez, tomar apuntes de los cuestionamientos y recomendaciones que los inversores realizaron a lo largo de la reunión sobre el “caso argentino”.
En este marco, ayer se comenzaron a evaluar las distintas alternativas para llevar a cabo la reestructuración: las características de los nuevos bonos que se emitirán, los tipos de garantías y cuáles serán los títulos que se sacarán de circulación. En cualquier caso, el objetivo es uno solo: aliviar el peso de la deuda argentina.
–¿Por qué los inversores cambiarían sus bonos de rendimientos altos por otros que les redituarían menores ganancias? –preguntó Página/12 al administrador de un fondo de inversión.
–Los fondos no siempre buscamos la máxima rentabilidad. De lo contrario, nos volcaríamos a comprar bonos de Nigeria. Pero eso no sucede. Muchos de nosotros quiere títulos de alta calidad, y a eso apuntaría este canje: los nuevos bonos estarán parcialmente garantizados por organismos internacionales.
Sin embargo, en los bancos de la city porteña ya pusieron el grito en el cielo. Los banqueros se quejaron de haber quedado afuera de las primeras conversaciones con el Tesoro americano. Informalmente sugirieron a Economía que la reestructuración se concrete en diversos tramos: dejando los bonos de mayor calidad –y costos más bajos– para los inversores extranjeros y otros, con un mayor atractivo pero también más riesgosos, para las entidades locales. “No vamos a aceptar bonos que rindan menos de lo que nosotros pagamos por fondearnos”, alegan los banqueros para justificarse. En la práctica, en las entidades no quieren perder uno de sus principales ingresos de los últimos tiempos: los jugosos rendimientos que les dejaron los títulos públicos.
En principio, el dinero destinado para reprogramar voluntariamente la deuda ascenderá a 3000 millones de dólares. Pero en los próximos días el Gobierno saldrá a buscar más avales. Según fuentes bancarias, el objetivo sería conseguir entre 7000 y 9000 millones, aportados por el Banco Mundial, el BID y, quizás, de algún país integrante del Grupo de los Siete. Con esas garantías en la mano, los financistas creen que DomingoCavallo podría rescatar –como mínimo– 20.000 millones de dólares de la deuda con costos altos.
Pese a que la atención de los financistas está puesta en esta operación, en Economía sostienen que recién se realizará hacia fines de este año o comienzos del próximo. “Nunca antes de que el riesgo baje de los 1000 puntos”, afirman.

 

El blindaje paga

Como parte del blindaje, el Banco Mundial (BM) aprobó ayer un desembolso por 400 millones de dólares para apoyar programas sociales, regulación del seguro médico, administración de impuestos y mejoramientos a la gestión fiscal en las provincias argentinas, informó la entidad desde Washington. El préstamo se otorgará en dos tramos de 200 millones cada uno. El primero se otorgará de inmediato y el segundo recién cuando se completen las reformas acordadas. En total, el BM se comprometió a entregar 2400 millones. El crédito se pagará en 15 años, con tres años de gracia. El préstamo apoyará el programa del gobierno de mejorar la administración de los programas sociales federales como las pensiones, el subsidio familiar y los pagos de asistencia social. Al mismo tiempo, señala el comunicado del BM, deberá mejorar también el sistema de recaudación de impuestos que financia estos gastos sociales en todos los niveles gubernamentales. El vicepresidente del BM para América Latina y el Caribe, David de Ferranti, expresó el respaldo a las medidas de ajuste adoptadas por Fernando de la Rúa.

 

LEVE RECUPERACION DE DEPOSITOS Y BAJA DEL RIESGO
Eufóricos, aunque sea poco

“Las estadísticas muestran un significativo aumento de los depósitos”, se entusiasmó ayer Domingo Cavallo, después de un día de calma en los mercados financieros. La caída de 38 puntos del riesgo país –hasta los 1419– y el derrumbe de las tasas interbancarias le permitieron al jefe de Economía transmitir un mensaje cargado de optimismo, como hacía semanas no tenía oportunidad de pronunciar. Dijo que “la situación financiera se está normalizando” y que en poco tiempo se podrá regenerar el círculo virtuoso –siempre anunciado, nunca visto– de caída de las tasas de interés, aumento de la oferta crediticia, recuperación de la producción y del empleo. Si bien es cierto que ayer hubo datos positivos, Cavallo quiso darles más brillo del que tuvieron. Por caso, los depósitos crecieron 150 millones el último viernes, pero en toda la semana pasada bajaron 378 millones, mientras que los plazos fijos cayeron 523 millones.
Fuentes bancarias dijeron a Página/12 que los dos primeros días de esta semana volvieron a crecer los depósitos, lo que empezaría a marcar un cambio de tendencia. Cavallo resaltó el cambio de humor que habrían empezado a exhibir los ahorristas. “Las tasas interbancarias bajaron al 5,5 por ciento, lo que muestra una vuelta de los fondos al sistema bancario y preanuncia que volverá a existir crédito para el sector privado”, subrayó. El mejor dato financiero que se registró ayer fue la baja de la tasa interbancaria en pesos al 5,5 por ciento anual, nivel que no se daba desde el 27 de junio último.
Frente a esos datos, la Bolsa subió 2,2 por ciento y el riesgo país descendió a 1419. Fuentes del mercado indicaron a Página/12 que un elemento que pesó ayer entre los operadores fue la versión de que Rusia estaría estructurando un plan de recompra de deuda de corto plazo, similar al que planea la Argentina. Lo haría con el apoyo del FMI. De concretarse esa operación, el caso ruso serviría como precedente al argentino y ahuyentaría los temores a una reestructuración forzosa de la deuda. Además, quedaría probado que el mecanismo que impulsa el Tesoro de Estados Unidos y el FMI es aplicable.
En relación con ese plan, los operadores también estuvieron atentos a la reunión de fondos de inversión estadounidenses, tenedores de títulos argentinos, con el Departamento del Tesoro. Especialmente, en la city se siguieron los movimientos de los bancos JP Morgan y Goldman Sachs, que participaron del encuentro con el subsecretario John Taylor. JP Morgan fue el promotor de la reunión, por lo tanto, sus operaciones con títulos argentinos tras la charla con Taylor fueron escasos. Pero Goldman Sachs salió a comprar bonos argentinos y a recomendar a sus clientes que lo imitaran. En Buenos Aires, ese gesto se interpretó como una buena señal de lo que ocurrió en la reunión entre inversores y el alto funcionario del Departamento del Tesoro.
Cavallo no hizo mención a este tema en su conferencia de prensa, pero en todas sus declaraciones previas enfatizó que la reprogramación de la deuda no afectará al mercado, sino que las operaciones que puedan realizarse serán completamente voluntarias. El otro tema que más le preocupa al ministro es la huida de depósitos bancarios, que ahora espera ver finalizada. Ayer volvió a pedir a los argentinos que tengan confianza y lleven su dinero a los bancos. Sostuvo que la “normalización de la situación financiera” pronto permitirá que vuelva el crédito al sector privado.

 


 

“NI MORATORIA NI DEVALUACION”
Promesas de Marx en Brasil

Ni moratoria ni devaluación. En las últimas semanas, la misma aseveración fue pronunciada en diferentes idiomas. La semana pasada, por Domingo Cavallo, en inglés. Y ayer, por Arminio Fraga, el presidente del Banco Central de Brasil, en portugués. “Marx me aseguró que no habrá sorpresas”, dijo Fraga tras la reunión que mantuvo con el viceministro argentino. “Ni moratoria ni devaluación”, completó, para continuar con la racha de afirmaciones en el mismo sentido.
“Ellos van a resolver el problema con reformas fiscales y estructurales”, agregó Fraga, en declaraciones a la prensa ayer al mediodía, cuando Marx ya viajaba de regreso a Buenos Aires. Junto a Marx viajó Mario Blejer, vicepresidente del Banco Central.”Marx reiteró que el suyo es un modelo que sacó la a Argentina de un estancamiento de 50 años”, añadió, dando cuenta de la negativa del funcionario argentino a una posible salida de la paridad uno a uno entre el peso y el dólar.
Fuentes de la delegación dijeron a este diario que el motivo del viaje al vecino país se debió a que los brasileños querían tener precisiones de primera mano sobre el último acuerdo rubricado con el Fondo. En especial al capítulo sobre la reestructuración amistosa de la deuda. “Quisimos evitar que salgan por los diarios a criticar al gobierno argentino porque no les contamos lo que sucede”, graficó un funcionario a Página/12.

 

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