En medio de un total hermetismo,
y a pesar del deseo de Domingo Cavallo de mantener el bajo perfil sobre
este tema, ayer se inauguró el camino que desembocará en
una reestructuración voluntaria y amistosa de la deuda
argentina. Precisamente, tratando de ahuyentar los temores y a los fantasmas,
ésta fue la principal definición que John Taylor, subsecretario
del Tesoro de los Estados Unidos, les dejó a los grandes inversores
en bonos argentinos que se acercaron a la sede del organismo en Washington.
Después de casi una década tras la implementación
del Plan Brady el gobierno estadounidense vuelve a involucrarse
directamente en el problema de la deuda de la Argentina. Hoy habrá
una reunión similar organizada por el Deutsche Bank, confirmando
que la administración Bush quiere liderar el proceso para aliviar
el peso de la deuda e intentar así que la Argentina tenga una economía
sustentable. La operación ya provocó los primeros
chispazos entre los bancos de la city porteña.
El encuentro de ayer fue agendado por el estadounidense JP Morgan-Chase.
Desde temprano, los directores de los fondos de inversión más
importantes, como Alliance Capital Management, Dresdner Global Investors
y Morgan Stanley, se dieron cita en las oficinas de la secretaría
del Tesoro. Este tipo de reuniones, entre funcionarios y bancos y fondos
de Wall Street en las que se analiza la evolución económica
de un país emergente, son comunes en Washington. Esta vez, el centro
de atención es la Argentina.
Fuentes del microcentro porteño y de Nueva York coincidieron en
señalar que los encuentros a realizarse esta semana forman parte
del primer capítulo de un libro extenso. Y que todavía deben
transcurrir entre cuatro a seis meses ante de que la operación
se concrete.
En la reunión inaugural, Taylor cumplió con los dos objetivos
que llevaba en carpeta: asegurarles a los financistas de que la reestructuración
de la deuda no será forzosa y, a su vez, tomar apuntes de los cuestionamientos
y recomendaciones que los inversores realizaron a lo largo de la reunión
sobre el caso argentino.
En este marco, ayer se comenzaron a evaluar las distintas alternativas
para llevar a cabo la reestructuración: las características
de los nuevos bonos que se emitirán, los tipos de garantías
y cuáles serán los títulos que se sacarán
de circulación. En cualquier caso, el objetivo es uno solo: aliviar
el peso de la deuda argentina.
¿Por qué los inversores cambiarían sus bonos
de rendimientos altos por otros que les redituarían menores ganancias?
preguntó Página/12 al administrador de un fondo de
inversión.
Los fondos no siempre buscamos la máxima rentabilidad. De
lo contrario, nos volcaríamos a comprar bonos de Nigeria. Pero
eso no sucede. Muchos de nosotros quiere títulos de alta calidad,
y a eso apuntaría este canje: los nuevos bonos estarán parcialmente
garantizados por organismos internacionales.
Sin embargo, en los bancos de la city porteña ya pusieron el grito
en el cielo. Los banqueros se quejaron de haber quedado afuera de las
primeras conversaciones con el Tesoro americano. Informalmente sugirieron
a Economía que la reestructuración se concrete en diversos
tramos: dejando los bonos de mayor calidad y costos más bajos
para los inversores extranjeros y otros, con un mayor atractivo pero también
más riesgosos, para las entidades locales. No vamos a aceptar
bonos que rindan menos de lo que nosotros pagamos por fondearnos,
alegan los banqueros para justificarse. En la práctica, en las
entidades no quieren perder uno de sus principales ingresos de los últimos
tiempos: los jugosos rendimientos que les dejaron los títulos públicos.
En principio, el dinero destinado para reprogramar voluntariamente la
deuda ascenderá a 3000 millones de dólares. Pero en los
próximos días el Gobierno saldrá a buscar más
avales. Según fuentes bancarias, el objetivo sería conseguir
entre 7000 y 9000 millones, aportados por el Banco Mundial, el BID y,
quizás, de algún país integrante del Grupo de los
Siete. Con esas garantías en la mano, los financistas creen que
DomingoCavallo podría rescatar como mínimo 20.000
millones de dólares de la deuda con costos altos.
Pese a que la atención de los financistas está puesta en
esta operación, en Economía sostienen que recién
se realizará hacia fines de este año o comienzos del próximo.
Nunca antes de que el riesgo baje de los 1000 puntos, afirman.
El blindaje paga
Como parte del blindaje, el Banco Mundial (BM) aprobó ayer
un desembolso por 400 millones de dólares para apoyar programas
sociales, regulación del seguro médico, administración
de impuestos y mejoramientos a la gestión fiscal en las provincias
argentinas, informó la entidad desde Washington. El préstamo
se otorgará en dos tramos de 200 millones cada uno. El primero
se otorgará de inmediato y el segundo recién cuando
se completen las reformas acordadas. En total, el BM se comprometió
a entregar 2400 millones. El crédito se pagará en
15 años, con tres años de gracia. El préstamo
apoyará el programa del gobierno de mejorar la administración
de los programas sociales federales como las pensiones, el subsidio
familiar y los pagos de asistencia social. Al mismo tiempo, señala
el comunicado del BM, deberá mejorar también el sistema
de recaudación de impuestos que financia estos gastos sociales
en todos los niveles gubernamentales. El vicepresidente del BM para
América Latina y el Caribe, David de Ferranti, expresó
el respaldo a las medidas de ajuste adoptadas por Fernando de la
Rúa.
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LEVE
RECUPERACION DE DEPOSITOS Y BAJA DEL RIESGO
Eufóricos, aunque sea poco
Las estadísticas
muestran un significativo aumento de los depósitos, se entusiasmó
ayer Domingo Cavallo, después de un día de calma en los
mercados financieros. La caída de 38 puntos del riesgo país
hasta los 1419 y el derrumbe de las tasas interbancarias le
permitieron al jefe de Economía transmitir un mensaje cargado de
optimismo, como hacía semanas no tenía oportunidad de pronunciar.
Dijo que la situación financiera se está normalizando
y que en poco tiempo se podrá regenerar el círculo virtuoso
siempre anunciado, nunca visto de caída de las tasas
de interés, aumento de la oferta crediticia, recuperación
de la producción y del empleo. Si bien es cierto que ayer hubo
datos positivos, Cavallo quiso darles más brillo del que tuvieron.
Por caso, los depósitos crecieron 150 millones el último
viernes, pero en toda la semana pasada bajaron 378 millones, mientras
que los plazos fijos cayeron 523 millones.
Fuentes bancarias dijeron a Página/12 que los dos primeros días
de esta semana volvieron a crecer los depósitos, lo que empezaría
a marcar un cambio de tendencia. Cavallo resaltó el cambio de humor
que habrían empezado a exhibir los ahorristas. Las tasas
interbancarias bajaron al 5,5 por ciento, lo que muestra una vuelta de
los fondos al sistema bancario y preanuncia que volverá a existir
crédito para el sector privado, subrayó. El mejor
dato financiero que se registró ayer fue la baja de la tasa interbancaria
en pesos al 5,5 por ciento anual, nivel que no se daba desde el 27 de
junio último.
Frente a esos datos, la Bolsa subió 2,2 por ciento y el riesgo
país descendió a 1419. Fuentes del mercado indicaron a Página/12
que un elemento que pesó ayer entre los operadores fue la versión
de que Rusia estaría estructurando un plan de recompra de deuda
de corto plazo, similar al que planea la Argentina. Lo haría con
el apoyo del FMI. De concretarse esa operación, el caso ruso serviría
como precedente al argentino y ahuyentaría los temores a una reestructuración
forzosa de la deuda. Además, quedaría probado que el mecanismo
que impulsa el Tesoro de Estados Unidos y el FMI es aplicable.
En relación con ese plan, los operadores también estuvieron
atentos a la reunión de fondos de inversión estadounidenses,
tenedores de títulos argentinos, con el Departamento del Tesoro.
Especialmente, en la city se siguieron los movimientos de los bancos JP
Morgan y Goldman Sachs, que participaron del encuentro con el subsecretario
John Taylor. JP Morgan fue el promotor de la reunión, por lo tanto,
sus operaciones con títulos argentinos tras la charla con Taylor
fueron escasos. Pero Goldman Sachs salió a comprar bonos argentinos
y a recomendar a sus clientes que lo imitaran. En Buenos Aires, ese gesto
se interpretó como una buena señal de lo que ocurrió
en la reunión entre inversores y el alto funcionario del Departamento
del Tesoro.
Cavallo no hizo mención a este tema en su conferencia de prensa,
pero en todas sus declaraciones previas enfatizó que la reprogramación
de la deuda no afectará al mercado, sino que las operaciones que
puedan realizarse serán completamente voluntarias. El otro tema
que más le preocupa al ministro es la huida de depósitos
bancarios, que ahora espera ver finalizada. Ayer volvió a pedir
a los argentinos que tengan confianza y lleven su dinero a los bancos.
Sostuvo que la normalización de la situación financiera
pronto permitirá que vuelva el crédito al sector privado.
NI
MORATORIA NI DEVALUACION
Promesas de Marx en Brasil
Ni moratoria ni devaluación.
En las últimas semanas, la misma aseveración fue pronunciada
en diferentes idiomas. La semana pasada, por Domingo Cavallo, en inglés.
Y ayer, por Arminio Fraga, el presidente del Banco Central de Brasil,
en portugués. Marx me aseguró que no habrá
sorpresas, dijo Fraga tras la reunión que mantuvo con el
viceministro argentino. Ni moratoria ni devaluación,
completó, para continuar con la racha de afirmaciones en el mismo
sentido.
Ellos van a resolver el problema con reformas fiscales y estructurales,
agregó Fraga, en declaraciones a la prensa ayer al mediodía,
cuando Marx ya viajaba de regreso a Buenos Aires. Junto a Marx viajó
Mario Blejer, vicepresidente del Banco Central.Marx reiteró
que el suyo es un modelo que sacó la a Argentina de un estancamiento
de 50 años, añadió, dando cuenta de la negativa
del funcionario argentino a una posible salida de la paridad uno a uno
entre el peso y el dólar.
Fuentes de la delegación dijeron a este diario que el motivo del
viaje al vecino país se debió a que los brasileños
querían tener precisiones de primera mano sobre el último
acuerdo rubricado con el Fondo. En especial al capítulo sobre la
reestructuración amistosa de la deuda. Quisimos evitar que
salgan por los diarios a criticar al gobierno argentino porque no les
contamos lo que sucede, graficó un funcionario a Página/12.
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