ENTREVISTA
A VILMA IBARRA, CANDIDATA A SENADORA POR LA ALIANZA
El actual gobierno no es Alianza
Por Santiago Rodríguez
Vilma Ibarra siempre cultivó
el bajo perfil, aun durante el último año como presidenta
de la estratégica Comisión de Presupuesto de la Legislatura
porteña, pero milita en la política desde sus años
de estudiante secundaria y es lo primero que recuerda para aclarar que
no acompaña a Rodolfo Terragno en la boleta aliancista de senadores
en la Capital Federal por ser la hermana de Aníbal Ibarra. Para
ser alguien que se ha manejado poco con los medios, no se desenvuelve
mal: antes de que se encienda el grabador hace a un lado el termo y el
mate con el que pasa las tardes de trabajo en su despacho y ya durante
la entrevista con Página/12 responde sin dudar y con frases concretas.
Así, dice que la Alianza en el gobierno nacional no tiene
presente ni futuro y que hay que construir transversalmente
un proyecto integrador de país. Entre los eventuales compañeros
de ruta en ese futuro cuenta, además de los radicales con sentido
progresista, al ARI y también a peronistas como Néstor Kirchner.
¿Ser la hermana de Ibarra es un punto a favor o en contra?
Estoy en la vida política desde la misma época que
Aníbal. Empezamos a participar en el 73 en el Nacional de
Buenos Aires, estuve en la comisión directiva y fui expulsada del
colegio cuando impulsamos la movilización contra la intervención
de Ivanisevich y Ottalagano. Esto viene de una familia con mucha actividad
política: mi papá es asilado político paraguayo;
mi mamá, peronista de toda la vida. No soy una persona de fuera
de la política a la que vinieron a buscar porque era la hermana
de Ibarra; fui fundadora y apoderada desde el 94 del Frente Grande,
estuve en la Convención Constituyente, en Diputados, en la Prosecretaría
del Senado y hace un año que presido la Comisión de Presupuesto
de la Legislatura.
¿Es consciente, de todos modos, que va a tener que explicarlo
porque hay mucha gente que piensa que es candidata por ser la hermana
de Ibarra?
Sí. A veces las mujeres contamos con la desventaja de tener
que explicar si somos esposas o hermanas de y demostrar que somos capaces
de decidir sobre lo público a la par del hombre. Son las reglas
del juego.
¿Qué necesita la Alianza en el Senado?
Demostrar que cumple con lo que prometió en el 99,
que el actual gobierno de De la Rúa y Cavallo no es Alianza. Hay
que retomar el proyecto integrador de país inicial de cara a la
producción, el empleo y a planes sociales urgentes porque la gente
no puede esperar la reactivación.
¿Cómo se hace eso desde un bloque oficialista?
El esquema de bloques con disciplinas partidarias está perimido.
El límite de un legislador es no votar aquello contrario al mandato
de la gente; en un artículo en Página/12 dije que no se
podía avalar el ajuste porque estaba fuera del mandato que nos
dio la gente. Tenemos que buscar transversalidad para las políticas
de Estado; no apostar a que al gobierno le vaya mal, pero sí corregir
el rumbo, la receta neoliberal que aplicó Menem con Cavallo y ahora
De la Rúa con Cavallo.
¿Cómo resuelve la contradicción de ser candidata
del oficialismo y sostener un discurso de oposición?
La fórmula con Terragno no expresa el oficialismo. Terragno
viene de ganar una elección al delarruismo, se fue del gobierno
en disconformidad, tanto en la batalla por la investigación de
los sobornos del Senado, como en los cambios de gabinete que demostraron
el claro giro a la derecha del Gobierno y las medidas económicas;
además fue opositor a la integración de Cavallo. En la ciudad
no cavallizamos el gabinete, planteamos que eso era una alianza de derecha
y que iba en contra de lo votado por la gente.
¿No teme que De la Rúa se atribuya un eventual triunfo
de la Alianza en la Capital?
La única lectura posible es que se trata de un voto que reclama
rectificaciones urgentes en las medidas económicas y empezar un
proceso integrador de país que incluya el planteo de reestructuración
de la deuda con una masa crítica política suficiente para
sostenerlo. ¿Hubiera sido compañera de fórmula
de Facundo Suárez Lastra?
Acepté la candidatura una vez que supe el resultado de la
interna radical e integro una fórmula que no está liderada
por el delarruismo.
Usted fue una de las que sostuvo que el Frepaso debía presentarse
en el marco de la Alianza. ¿Por qué?
Estamos expresando la construcción política de este
distrito. Acá logramos un gobierno donde están contenidos
los sectores progresistas del radicalismo, el Frepaso; hay gente que hoy
trabaja para el ARI y dirigentes peronistas como Daniel Filmus y Jorge
Telerman. Tenemos una coalición ampliada que expresa una capacidad
de aglutinar.
¿A nivel nacional imagina otra alternativa a la Alianza?
La Alianza en el Gobierno nacional no tiene presente ni futuro.
Después de octubre tenemos que construir transversalmente para
contar con un Estado presente entre la ciudadanía y los mercados,
para que la reforma política se haga para fortalecer las instituciones,
para mejorar la capacidad regulatoria del Estado, para romper con el clientelismo.
¿Que no tenga presente ni futuro quiere decir que está
agotada?
Expresada en los marcos del Gobierno sí. En otros distritos
pudo ir cumpliendo con los compromisos asumidos en el 99, como en
la ciudad.
¿La Alianza se reconstruye desde los distritos como la ciudad?
La opción de ser electa y pasar al Senado tiene que ver con
la voluntad de construir transversalmente un proyecto de país que
esté presente donde debe estar. Apostamos a un proyecto nacional
y el gobierno de la ciudad será muy importante en ese proceso,
como muchos otros que está gobernando el Frepaso o el radicalismo
con un sentido progresista. También tenemos que lograr articular
con sectores progresistas del peronismo porque no hay proyecto para este
país que no los incluya.
¿Qué sectores del peronismo?
Néstor Kirchner, por ejemplo, es un muy buen gobernador;
hay muchas intendencias donde la gente referencia gobiernos peronistas
con una clara visión social y que no trabajan con el clientelismo
político.
¿Qué opina de Eduardo Duhalde?
Es el jefe de un aparato político que lo condiciona; nunca
me terminan de quedar claras sus posiciones con respecto al futuro político
de la Argentina. De todos modos, es un dirigente con el que hay que conversar.
¿Si se busca la transversalidad, no es paradójico
disputar electoralmente con el ARI?
Hubiese sido bueno lograr un acuerdo electoral porque los sectores
que van en la lista de la Alianza 2001, en la cual estamos con Terragno,
María América González y Aldo Neri, tiene muchísimos
puntos de contacto. El ARI tiene una fuerte demanda ética y un
trabajo muy importante con la investigación de Elisa Carrió
sobre lavado de dinero, a la que hay que apoyar. Nosotros sumamos una
visión de desarrollo económico y después de octubre
debemos trabajar juntos.
¿El futuro va de la mano del ARI?
Una cosa son las ofertas electorales y otra una construcción
de políticas de Estado que nos tendremos que dar. Esa articulación
es lo que nos permitirá ir generando ofertas electorales comunes.
No se llegó a una maduración para integrar conjuntamente
listas más amplias y en todo caso es un trabajo que hay que darse
a futuro.
¿Le parece que Ibarra logrará sortear indemne el 14
de octubre si la Alianza pierde en la ciudad?
No está en juego ni su figura, ni su gestión. Esta
es una elección nacional, la temática en debate es básicamente
nacional y no se eligen cargos locales. Ibarra ha demostrado con su gobierno,
más allá de sus aciertos y errores, que se respeta el mandato
popular.
SUSANA
RINALDI, CANDIDATA A SENADORA POR EL ARI
Hablo como agente cultural
Por Romina Calderaro
Llega al bar El Angel, en Sucre
y Cuba. Queda cerca de su casa, en pleno corazón de Belgrano. Saluda
a Laura, su asistente desde hace años. Sorprende que no la tutee,
pero luego ella explica que es una cuestión familiar: Yo
soy básicamente una usteadora. Mi padre me trataba
de usted y me quedó la costumbre. Con Alfredo Bravo nos pasa lo
mismo y eso que nos conocemos desde hace años. Hemos tratado de
tutearnos, pero no nos sale, dice a Página/12 Susana Rinaldi,
cantante y desde hace unos días, candidata de senadora por la Capital
de Alternativa por una República de Iguales (ARI), la fuerza que
conduce Elisa Carrió. Rinaldi lleva el pelo corto, rubio platinado.
Posa para las fotos tranquila, pide un cortado en jarrito y habilita la
charla. No somos tantos. A lo mejor debiéramos ser más.
Estamos como bien empapaditos de cómo defender ciertos espacios,
dice cuando la pregunta es por qué tantos artistas integran las
listas de la elección legislativa del 14 de octubre. Sabe que puede
ser senadora y está entusiasmada.
¿Cómo surge su candidatura?
Me apalabró Alfredo Bravo hace ya un largo tiempo y me fue
convenciendo para una posible aceptación de una candidatura. La
aparición en el campo político de Elisa Carrió fue
un componente importante en mi decisión y terminé de resolverme
a aceptar la oferta cuando volví de Europa y de estar cuatro meses
fuera de casa y Alfredo me pide conformar el rubro como candidata a senadora.
Considero que es necesario. Pero no sólo como figura sino como
ciudadana que necesita revalidar ciertas posturas que alguna vez creímos
perdidas definitivamente y que no lo son. Me hace falta acompañar
dejando de lado la crítica y el deterioro.
¿Por qué ahora?
Siento que es el momento que se toma la República como se
toma la naturaleza de reverdecer todo el tiempo más allá
de los ataques permanentes que el ser humanos le inflige. Y creo que la
República tiene mucho más para darnos de lo que nosotros
como ciudadanos podemos imaginarnos. Hace falta una convicción
de que eso puede ser y al mismo tiempo saber aliarse a las personas que
uno entiende difícilmente lo puedan trampear a uno. Hay conductas,
fórmulas de vida y expresión permanentes a favor del otro
que si uno lo sigue a favor del tiempo difícilmente uno se equivoque.
En este caso yo diría que con Alfredo Bravo nos hemos elegido mutuamente
cuando fue uno de los responsables de que después de tanto tiempo
de aislar los compromisos directos partidarios me hiciera ver la posibilidad
de afiliarme al Partido Socialista Democrático. Decidí ser
candidata porque representé a mi sociedad en tantas oportunidades
que, por qué no, si el pueblo quisiera y así me lo demandare,
hacerme cargo de un espacio de poder desde donde responder a tanto llamamiento
y a tanta demanda que espera respuesta.
¿Qué les dice a los que piensan que los artistas que
ahora están integrando listas partidarias no saben nada de política?
Yo les contestaría que desde nuestra tarea específica
que es la tarea de representar la vida, de volver a hacer presentes hechos
que culturalmente nos determinan ante el mundo es un trabajo de una enorme
paciencia, responsabilidad, que hace conocer mejor las fórmulas
con las que la sociedad se maneja. Cuando digo las fórmulas hablo
de virtudes y defectos. Y sobre todo de esos defectos que se siguen reiterando
y descomponiendo la clase social. Yo siento que hablo como agente cultural.
Ha habido un deterioro de la imagen artística porque nos hemos
olvidado del arte. Porque nos hemos farandulizado.
¿Qué significa la presencia de tantos artistas en
las diferentes listas?
A lo mejor es una casualidad ¿eh? Yo creo que Héctor
Bidonde no milita desde hoy. Norman Briski ni hablar. Claro, uno espera
como ciudadano que aquellos que dicen estar preparando para defendernos,
lo hagan.
Y evidentemente los que estaban preparados...
¿Usted sugiere que fallaron? Yo creo que nos traicionaron.
Simple y llanamente. Cuando uno asume tamaña responsabilidad, uno
tiene que saber cuando levanta la mano para tal o cual cosa. Ese es el
sentido de la libertad que tenemos los artistas y que podemos también
aplicar en este caso. Supongo que estamos acostumbrados a unirnos como
para hacer cuerpo y ser orgánicos. No solamente desde los cuadros
políticos, donde a veces ser orgánico significa ser idiota.
Yo lo que siento es que la propuesta de la Alianza fue una propuesta excelente,
notabilísima. Pero si esa propuesta sirvió para hacer pactos
entre dos o tres para salvar cuentas que tienen con la sociedad hay una
factura de traición que tenemos que revisar.
Pero en su momento usted apoyó la propuesta de la Alianza.
Sí, la apoyé.
¿Qué proyectos de ley impulsaría como senadora?
Una de las cosas que yo miraría con mayor atención
es la educación para que sea para todos y un hecho necesario. No
como ahora. ¿Usted sabe la cantidad de chicos que hoy no van a
la escuela porque ponen la excusa de que tienen que ayudar a su mamá
o a su papá? Y una sociedad sin educación no puede esperar
absolutamente nada. Cuando yo veo el presupuesto que Francia dispensa
para la Educación y la Cultura yo me quiero morir. Pero no de envidia:
de desolación. Porque después de la guerra, el Estado de
Francia supo que la educación era prioritaria. Si la solución
es la plata, el presupuesto, en la Argentina no debiera ser recortado.
Y pediría el acompañamiento de empresas que apuntalan los
llamados círculos culturales para el divertimento y nada más.
Todo este proyecto de descalificación e idiotización de
sociedad que en mi modesto criterio viene desde hace muchos años
alcanza su mejor puesto cuando desde el espectro de la educación
hoy (por ayer) vemos en los diarios las respuestas de un ciclo secundario
donde los chicos no alcanzan los objetivos. ¿Quiénes tuvieron
alguna vez los objetivos bien puestos desde un ministerio o desde una
secretaría? ¿Y, qué más? Ahora me lo dijiste.
¿Quién se hace cargo de esto?
¿Cuál es su opinión de Elisa Carrió?
Yo creo que es lo mejor que le ha pasado al país. Pero no
mesiánicamente. Es una persona instruida, capacitada, de discurso
brillante y una memoria prodigiosa, pero al mismo tiempo con la capacidad
de denostar punto a punto cada uno de los elementos que han destrozado
la credibilidad política. Yo creo que lo que menos perdona en el
fondo es eso. Es una mujer que desde jovencita ha militado políticamente
y se ha formado con gente muy respetable y supongo qué es lo que
ella debe sentir. Es como cuando yo, espero que no, pero que tuviera la
obligación de trabajar con un mal actor: no subo a escena. Creo
que ella de esta manera nos da una confianza que estamos necesitando.
De alguien que...de no votar en blanco. ¿Sabés?
¿Usted votó en blanco?
Sí, lo he vivido. He usufructuado del voto en blanco en otro
momento de mi vida. Pero el voto en blanco sirve como para aplastar a
una generación. El voto en blanco te queda como un aborto. Si alguna
vez como mujer has tenido que abortar, el voto en blanco es eso. Entonces,
que sea una mujer como Elisa Carrió la que dé vuelta la
página y diga momentito señores, acá la verdad
de la milanesa pasa por este lado es significativo. Y lo dice claro,
lo entiende todo el mundo, no me habla con eufemismos. Y cuando ella prometió
que no se va a candidatear a senadora dijo la verdad aunque muchos no
le creyeron. Pero va a ser Presidenta de la Nación en el 2003.
|