Por Cristian Alarcón
Consenso. Esa es la palabra
que más resonó ayer antes, durante y después de la
presentación del proyecto de ley de unión civil entre gays
o lesbianas, en el tercer piso de la Legislatura porteña. En la
sala de reuniones que da a la Casa Rosada la Comisión de Derechos
Humanos recibió con un apoyo mayoritario al espíritu
del proyecto de los integrantes de la comisión la iniciativa
de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA). El impacto que la noticia
adelantada el domingo por Página/12 generó no
sólo en los medios que pusieron el tema a debate, sino entre organizaciones
no gubernamentales que salieron a apoyar la idea, se reflejó también
en la toma de posiciones de los legisladores. El bloque íntegro
del Frepaso, buena parte del radicalismo, diputados de Nueva Dirigencia,
de Encuentro por la Ciudad y todos los del bloque de izquierda y del ARI
se mostraron ayer a favor de que las parejas homosexuales porteñas
puedan inscribir sus relaciones en un registro, gozar de derechos como
la licencia por enfermedad del cónyuge, créditos para planes
de viviendas, y ayudas sociales.
Le vamos a agradecer a la CHA que por fin nos dio quórum,
fue la frase con la que la presidenta de la Comisión, Alicia Pierini,
dio risueño comienzo a la reunión. Hacía tres encuentros
que no se alcanzaba el quórum necesario, con lo cual llevaban más
de un mes sin concretar lo que ayer comenzó casi puntualmente.
El chiste de Pierini apuntaba a la convocatoria mediática que despertó
la reunión. Diez minutos antes, cuando la presidenta de la comisión,
después de dar varias notas a los canales, estaba por comenzar
con lo suyo, una productora irrumpió para pedirles por favor tiempo
para una salida al aire más. Les damos la bienvenida a la
presentación de este proyecto tan anunciado, festejó
en tono solemne pero irónico la diputada del PJ y ex subsecretaria
de Derechos Humanos.
César Cigliutti, presidente de la CHA, empezaba su exposición
cuando entró al salón la diputada de Izquierda Unida, Vilma
Ripoll. No puedo quedarme a la reunión pero quiero dejarles
claro que avalamos el proyecto presentado por la CHA, dijo, y quedó
en el aire si sería ella quien firmaría como legisladora
el proyecto para que pase a tener tratamiento legislativo. Cigliutti avanzó
entonces con la argumentación política: existe un
consenso en la sociedad para aprobar esa ley y más allá
de eso existe el artículo 11 de la Constitución que está
en contra de la discriminación por orientación sexual.
A la cabeza de la mesa, en la que escuchaban el frepasista Roque Bellomo,
Roy Cortina (PSD), la radical Irma Gersch, Pablo Caulier (Encuentro por
la ciudad), habló la jueza Graciela Medina, la redactora del proyecto.
Medina, camarista en lo civil y comercial de San Isidro, y profesora de
derecho de Familia en la UBA, la Universidad Torcuato Di Tella y la UADE,
comenzó por remarcar que el proyecto no sólo tiene el apoyo
de los gays y las lesbianas de la ciudad, sino de un arco de opiniones
que van desde las ONGs a la Subsecretaría de Derechos Humanos Nacional,
el INADI y la Defensoría del Pueblo porteña. Ella misma,
dijo, es una mujer heterosexual, casada y con tres hijos que
hace tres años investiga el tema de las uniones de hecho de personas
del mismo sexo. Lo de Medina fue como una clase magistral intensiva sobre
la cuestión. Comenzó por explicar los diferentes criterios
adoptados por los cuarenta estados en el mundo que han legislado sobre
uniones lésbicas y gays, desde aquellos que, como sería
en el caso de la Ciudad Autónoma, equiparan la unión de
hecho entre homosexuales al concubinato, lejos del matrimonio y de la
adopción, hasta el caso de Holanda, el único en el que existe
el casamiento entre gays o entre lesbianas.
La exposición de Medina fue contundente a criterio
de los legisladores que la escucharon. Roque Bellomo, del Frepaso, después
de algunas preguntas técnicas anunció que él mismo
firmaría el proyecto ingresado por la CHA por mesa de entradas.
Lo mismo hizo luego Roy Cortina, quien garantizó el apoyo de los
legisladores de su partido. Por la tarde elproyecto recorría los
despachos de otros frepasistas que, como Bellomo, estamparon también
su firma en el apoyo para que no pase demasiado tiempo hasta que
se le de tratamiento en el recinto. Creo que va a tener un
apoyo generalizado, no conozco quien no esté a favor. Es prudente,
muy razonable, diría que este es un hecho al que nadie se puede
oponer, le dijo el diputado a Página/12. En la reunión
también se mostraron de acuerdo con el espíritu
de la futura ley, Pablo Caulier, de ND en principio porque
soy un liberal e Irma Gersch, de la UCR. El tema está
instalado, basta ver las revistas de la última semana reconoció.
Tenemos que ser maduros y aceptar lo que ya existe. La legisladora
delarruista adelantó también que la votación por
la ley de Unión Civil seguramente no será en bloque
sino a nivel personal.
Los derechos que daría
la nueva ley
Por C. A.
Ayer en la mesa oval sobre la que apoyaban sus brazos los miembros
de la Comisión de Derechos Humanos de la legislatura porteña,
la jueza Graciela Medina les resumió los alcances de la ley
de Unión Civil de Solidaridad.
Primero, que (las uniones) son reconocidas como familia, segundo
que pueden inscribir esa unión con lo cual prueban el vínculo,
y tercero que les permite hacer contratos, les dijo.
Al ser reconocida la
unión de hecho entre dos personas del mismo sexo como una
familia, se pasa, en el ámbito de la ciudad, a otorgarle
a esas parejas los mismos derechos que rigen para parejas heterosexuales
en concubinato. Esto es, para quien trabaje para el estado porteño:
obra social, ayudas económicas para familias, licencias por
enfermedad o muerte de la pareja, y la posibilidad de visitar a
la pareja en cualquier hospital sin ser rechazado por no ser familiar
o cónyuge. He tenido un caso en el que a una persona
después de 25 años de convivencia al momento de la
muerte de su pareja ni siquiera pudo tener disposición del
cadáver, ejemplificó Medina.
Ese reconocimiento tendría
también efecto en la jurisprudencia a nivel nacional. Ayer
la camarista habló de inseguridad jurídica
para los homosexuales a raíz de que algunos jueces civiles,
cuando gays o lesbianas piden que se les reconozcan los derechos
de los concubinos por ejemplo en materia de acceso a obras sociales
o disolución de la comunidad de bienes, optan por el sí,
mientras que otros se los niegan.
La Unión Civil
le zanjará el camino a todos aquellos que cuando su pareja
se muere deben hacer un juicio civil para que un magistrado, antes
de estudiar si les corresponde un derecho, diga si considera probado
el vínculo o no. Esto ocurre por ejemplo a los gays o lesbianas
que reclaman una indemnización porque su pareja fue muerta
en un accidente de tránsito o de trabajo.
El proyecto de ley prevé
que la pareja puede establecer acuerdos patrimoniales privados.
Es importante que las parejas se acostumbren a
hacer acuerdos porque se esa manera se solucionan conflictos en
el futuro.
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