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SE COMPLICA LA SITUACION LEGAL DE ALBERTO FUJIMORI
En el camino de Pinochet

El Congreso peruano aprobó
la acusación por delitos de lesa humanidad contra el ex presidente Fujimori. El gobierno apelará a la comunidad internacional para lograr su extradición de Japón.

Alberto Fujimori y la cárcel: en 1994, en la inauguración de una cárcel de máxima seguridad en Puno.

Por Carlos Noriega
Desde Lima

Desde la noche del lunes, el nombre del destituido ex presidente Alberto Fujimori (1990-2000), refugiado en Japón desde noviembre del 2000, se ha sumado, junto a los de dictadores como el yugoslavo Milosevic y el chileno Pinochet, a la lista negra de ex jefes de Estado denunciados por crímenes de lesa humanidad. Esa noche, el Congreso peruano aprobó por unanimidad acusar a Fujimori por los delitos de homicidio calificado, desaparición forzada de personas y lesiones graves. Los cargos se basan en el asesinato de 15 personas en una modesta vivienda del centro de Lima en noviembre de 1991 y en el secuestro y posterior ejecución de nueve estudiantes y un profesor de la Universidad La Cantuta en julio de 1992, acciones cometidas por el grupo paramilitar Colina, el cual, según diversos testimonios, operaba con la aprobación de Fujimori. Si es encontrado culpable por los tribunales, al ex presidente peruano le esperaría una sentencia a 25 años de prisión. Pero para que sea juzgado, antes tendrá que ser extraditado de Japón.
Si Pinochet se escuda en una supuesta y oportuna demencia senil par evitar responder ante la justicia chilena por sus crímenes, Fujimori lo hace en sus ancestros japoneses, lo que le ha permitido reclamar, y obtener, la ciudadanía nipona. Japón reaccionó rápidamente ante la acusación contra Fujimori y lo hizo para insistir en que, a pesar de la gravedad de los cargos, seguirá dándole protección a su nuevo súbdito. Noriteru Fukushima, director de la Primera División de Latinoamérica de la Cancillería nipona, señaló que Japón “no ha cambiado su posición” en el caso Fujimori. Posición que es la de negar cualquier pedido de extradición basado en las leyes japonesas, que impiden la extradición de sus ciudadanos. Poco después de conocida esta reacción del gobierno japonés, el primer ministro peruano, Roberto Dañino, adelantó a la prensa extranjera acreditada en Lima que para lograr la extradición de Fujimori el Perú apelará a los tratados internacionales, que obligan a los Estados que los han suscrito, como es el caso de Japón, a colaborar en la extradición y juzgamiento de toda persona, incluidos jefes de Estado, acusada de crímenes de lesa humanidad. Y en esta estrategia buscará el apoyo de otros países, especialmente Estados Unidos y la Unión Europea.
En diálogo con Página/12, el congresista Daniel Estrada, quien presidió la comisión parlamentaria encargada de acusar a Fujimori, reaccionó con dureza frente a la postura japonesa. “Si el gobierno de Japón insiste en esa posición, entonces va a pasar de protector de un ciudadano neojaponés a cómplice de un perseguido por crímenes de lesa humanidad y un país no puede darse ese lujo. Perú tiene que realizar una gigantesca campaña mundial y se tendrá que denunciar a Japón en todos los foros mundiales como encubridor de Fujimori”. La de la congresista Martha Chávez, recalcitrante fujimorista, fue la única voz que se escuchó en el Congreso en defensa de Fujimori. Pero antes de la votación abandonó el hemiciclo. Desde su refugio de Tokio, Fujimori ha dicho que la acusación está políticamente motivada y asegura que no tuvo nada que ver con las operaciones de Colina. Estrada considera que “es imposible” que esas acciones criminales se hayan realizado sin la autorización de Fujimori, quien “conocía estas operaciones antes, durante y después de su ejecución”. La acusación del Congreso ha sido remitida a la Fiscalía de la Nación, que formalizará la denuncia ante la Corte Suprema, organismos que deberá nombrar un vocal que se encargue de abrir instrucción penal a Fujimori. Una vez abierta la instrucción se deberá dictar orden de capturay solicitar la extradición del ex presidente. El Grupo Colina se creó a inicios de los años noventa en el seno de los servicios de inteligencia que controlaba el ahora detenido Vladimiro Montesinos y su misión era secuestrar y ejecutar a quienes los militares calificaban como “subversivos”.
El caso Fujimori pondrá a prueba la eficiencia de los tratados internacionales para asegurar el juzgamiento de los autores de crímenes de lesa humanidad. Y esta vez el país que está en la mira como protector de un acusado de crímenes contra la humanidad no es un pequeño país del Tercer Mundo, sino una de las potencias mundiales.

 

Claves

El Congreso peruano acusó al ex presidente Alberto Fujimori de crímenes de lesa humanidad. Fujimori escapó a Japón el año pasado, y este país se ha negado a cooperar con el gobierno peruano, encabezado ahora por Alejandro Toledo, aludiendo a la nacionalidad japonesa de Fujimori.
El gobierno peruano dijo que apelará a la comunidad internacional para lograr la extradición del ex presidente. A pesar de que Japón no permite la extradición de sus nacionales, sí habría firmado convenios internacionales que hasta podrían obligar a juzgarlo en ese país.
La situación pone a prueba las tesis sobre la justicia internacional. Tanto en el caso Pinochet como en el caso Milosevic, los países “protectores”, Chile y Yugoslavia, no pertenecían a las potencias mundiales. Y Japón sí es una potencia mundial.

 

DELEGACION DE EE.UU. EN COLOMBIA
Donde manda capitán...

En plena ofensiva del gobierno de Andrés Pastrana contra las Fuerzas Armadas de Colombia (FARC), Estados Unidos no se ahorra ningún gesto para mostrar hasta qué punto vigila las actividades de quien es beneficiario de una ayuda multimillonaria enmarcada en el Plan Colombia. Hoy llega al país un grupo de altísimos funcionarios norteamericanos para evaluar la aplicación del Plan Colombia. Aún más: el mismísimo secretario de Estado Colin Powell hará una incursión personal en Colombia entre el 11 y el 12 de setiembre para dar su respaldo a la lucha contra el narcotráfico.
El gobierno colombiano negó que exista una polémica con Washington por el manejo que la guerrilla tiene sobre la zona desmilitarizada de 42.000 km2 en el sur del país. Sin embargo, una delegación de George W. Bush someterá a examen a Colombia a partir de hoy. “La idea es hacer una revisión de algunos aspectos relacionados con la implementación del Plan Colombia, las fumigaciones y otros asuntos de la agenda bilateral, como los avances legislativos en materia de derechos humanos”, aseguró el vicepresidente de Colombia, Gustavo Bell. Los funcionarios estadounidenses tienen previsto reunirse con sus pares colombianos y visitar las bases militares que reciben entrenamiento de Washington, desde las cuales se ejecuta el Plan Colombia.

 

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