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Menem declara por contrabando 24
horas antes del “día de la lealtad”

El 17 de octubre declarará Emir.
El juez Speroni los indagará por el contrabando de pólvora en la causa paralela a la de Urso.

Cacho: El magistrado también citó al ex subsecretario general de la Presidencia Esteban Caselli. Speroni no definió si
lo convoca como testigo o imputado.

El juez Speroni ya dictó
prisión a Erman González y a Balza.
Ahora citó para el 16 y 17 de octubre a Menem y a Emir Yoma.

Por Eduardo Tagliaferro

El juez en lo penal económico Julio Speroni puso fecha a la indagatoria de Carlos Menem. El día de la citación le agrega cierta carga simbólica a la ya de por sí histórica escena de un ex presidente subiendo las escalinatas de Comodoro Py para responder por los cargos de contrabando agravado de armas. Menem, que se imaginaba como un conductor capaz de heredar el liderazgo político de Juan Domingo Perón, deberá presentarse en los tribunales el próximo 16 de octubre, un día antes del “día de la lealtad”. Al día siguiente deberá hacerlo su ex cuñado, Emir Yoma. Lejos de buscar una coincidencia con la efemérides peronista, el magistrado debe haber reparado en que la fecha es al día siguiente de las elecciones legislativas, en las que probablemente el presidente Fernando de la Rúa sufra un fuerte revés.
Los camaristas, Carlos Pizzatelli, Marcos Grabivker y Roberto Hornos le habían ordenado a Speroni el pasado 20 de julio, tomarle declaración indagatoria a Menem. La definición de los miembros del tribunal de alzada del fuero no pasó desapercibida en los tribunales. El hecho de que definieran que la declaración del ex presidente debía ser una indagatoria, fue considerada como una virtual acusación. Tanto el dictamen de los camaristas, como la citación resuelta por Speroni, fue tomada muy en cuenta por los integrantes del fuero federal. Más aún cuando los camaristas federales, Horacio Cattani, Eduardo Luraschi y Martín Irurzun, deben resolver la apelación de los defensores de Menem al procesamiento dictado por el juez Jorge Urso, que lo consideró Jefe de la asociación ilícita que realizó la maniobra.
En Comodoro Py se especula que muy probablemente Speroni termine procesando al ex presidente. Tal como sucedió con el ex ministro de Defensa, Antonio Erman González y con el ex jefe del Ejército, general Martín Balza. La figura del contrabando agravado no es excarcelable. Por lo que si Speroni decide procesar a Menem, éste continuaría preso en la quinta de Don Torcuato. En los tribunales especulan con el dilema que enfrentan los camaristas federales. Aunque ellos decidan liberarlo, quizás Menem deba volver a prisión por un fallo de Speroni.
Además de las indagatorias de Menem y de Emir, el magistrado en lo penal económico también citó al ex subsecretario general de la Presidencia, Esteban Caselli. En el caso del ex funcionario de Menem, el juez no definió si lo convoca en condición de testigo o como imputado. En el fuero federal, Caselli sostuvo que la orden para que Luis Sarlenga no fuera removida de la intervención en Fabricaciones Militares se la había transmitido el propio Menem. El dato aparecía como crucial porque confirmó los dichos del ex ministro de Defensa, Oscar Camilión.
Los camaristas de penal económico también recomendaron a Speroni que “realice las diligencias omitidas hasta el momento” y que avance en el esclarecimiento de lo que se conoce como “la ruta del dinero”. Pesquisa que busca esclarecer si a las arcas oficiales ingresó la totalidad del dinero comprometido en la venta, así como si en la maniobra se pagaron coimas. La investigación es análoga a la que lleva adelante Urso. Tal vez por ese motivo, Oscar Roger y Oscar Salvi, defensores del ex presidente, vienen reiterando que pedirán la unificación de ambas causas, ya que para ellos Menem está siendo acusado dos veces por el mismo hecho.
Los conocedores de las investigaciones judiciales afirman que casi todos los defensores de los involucrados en el affaire comienzan sus primeros pasos procesales argumentando la necesidad de la unificación de los dos expedientes. Existe un anterior planteo del abogado Néstor Blondi, en su condición de abogado del traficante Diego Palleros, para que el fuero federal se declarara incompetente. El conflicto fue saldado por el fuero Penal Económico, declarando que las actuaciones de Urso eran pertinentes. De hecho, de unificarse las causas estas tendrían una fuerte posibilidad de que quedaran en manos de Urso. Lo que a juzgar por las últimas definiciones procesales, no aparece como una buena noticia para Menem.

 


 

UNA TESTIGO CLAVE EN EL CASO ARMIAS
A dormir a la sombra

Terminó presa, por mentir, la primera testigo del caso AMIA. No se trata del juicio oral que empezará el 24 de setiembre, sino de una causa paralela conocida como ARMIAS, o sea mitad relacionada con una venta de armas y explosivos y mitad vinculada al caso del atentado. Lo concreto es que Mónica Cañete, que fue una pieza clave para imputar a un grupo de carapintadas, dio marcha atrás en su testimonio: dijo que nunca leyó lo que firmó en sus declaraciones anteriores y dejó entrever lo que siempre se sospechó: que el caso ARMIAS fue un armado de la Policía Bonaerense, una pista falsa, para sacarse de encima las sospechas que estaban apuntando a esa fuerza y dirigirlas hacia un grupo de ex carapintadas que robaban armas de los cuarteles y las vendían a bandas de delincuentes.
Las contradicciones de Cañete no mejoran ni empeoran la situación de los carapintadas en el juicio, pero sí agravan las cosas para el entonces principal investigador policial del atentado, el comisario Angel Salguero.
El expediente se inició cuando Salguero –en momentos que la investigación iba en dirección de su amigo el comisario Juan José Ribelli- le llevó al juez Juan José Galeano una nueva pista: el grupo de militares que supuestamente vendió los explosivos a los terroristas. Esa organización, de acuerdo a un testigo encubierto, operaba en un templo umbanda que regenteaba Mónica Cañete. Ahora se reveló parte del juego: la madre de Cañete es Elba Fernández que, según confesó Cañete, fue amante del comisario Salguero. El alto oficial de la Bonaerense, en cambio, había dicho en el juicio oral que sólo había visto una o dos veces a esa mujer en ocasión de detenerla. También quedó en claro que Fernández –o sea la amante de Salguero–, era la testigo encubierta que denunció a la banda de carapintadas y, según Cañete, ambas recibieron instrucciones del policía sobre qué debían decir y hacer para involucrar a los carapintadas en el caso AMIA.
En resumen, Cañete terminó presa por sus contradicciones. La causa por falso testimonio quedó a cargo del juez Jorge Urso.

 

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