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EL PARO EN EL COLEGIO UNIVERSITARIO DE LA PLATA
La Justicia metió la cola

A pedido de un grupo de padres de los alumnos del Colegio Nacional Rafael Hernández, la Justicia le pidió al rectorado de la Universidad información sobre las causas del paro que realizan los docentes.

Los estudiantes del Colegio de la Universidad de La Plata creen que el lunes habrá clases.

El juez federal de La Plata Julio Miralles les pidió a las autoridades de la Universidad Nacional de esa ciudad que le brinden un informe sobre las causas del paro que realizan los docentes de esa casa de estudios, en respuesta a un pedido de un grupo de padres de alumnos del Colegio Nacional Rafael Hernández, que presentaron un recurso de amparo para que se vuelva a dar clases en ese establecimiento. “El juez evalúa que hay un conflicto entre el derecho a huelga y el derecho a recibir educación y nos pidió un informe para poder definir el tema”, explicó el secretario general de la UNLP, Guillermo Tamarit. En base a la respuesta de la Universidad, el magistrado podría excusarse, hacer lugar al amparo o girar las actuaciones al Ministerio de Trabajo nacional.
La presentación que originó el pedido de Miralles fue hecha por treinta padres, ante el Tribunal Federal número 4 de La Plata, al considerar que la huelga docente afecta “el derecho de aprender” de sus hijos. “Las conductas concretas y omisivas de las autoridades, de ambas estructuras (del Colegio Nacional y de la UNLP, de quien depende el primer establecimiento) están afectando severamente el derecho de aprender de nuestros hijos y no se garantiza el derecho de enseñar de un conjunto de docentes que estarán dispuestos a hacerlo, en la medida que ello sea asegurado por dichas autoridades en condiciones de no discriminación ni represalias”, dicen los padres en pedido de amparo.
Los profesores de la UNLP llevan un paro activo desde hace 33 días, en contra del ajuste que lanzó el gobierno nacional, y anunciaron que seguirán con la medidas al menos hasta este lunes. Además, como en estos momentos el Poder Ejecutivo se encuentra elaborando el Presupuesto para el año próximo, que podría contemplar una fuerte rebaja de las partidas universitarias, los docentes están alertas.
“Los profesores hacen un paro contra el ajuste a nivel nacional, así que nosotros no tenemos poder para revertir esa situación. Inclusive nosotros absorbimos el recorte del 13 por ciento, y sólo les bajamos los sueldos al 4 por ciento de los docentes. Así que consideramos que el paro es desproporcionado”, afirmó a Página/12 Tamarit, desde Resistencia, en donde acompaña al rector Alberto Dibbern en la reunión del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) (ver aparte).
Sin embargo, las autoridades de la UNLP creen que el lunes se levantará la medida, y la cuestión que tiene en sus manos Miralles se volverá “abstracta”. En rigor de verdad, la posibilidad de que se revea la huelga que realizan los docentes universitarios está cada vez más presente en todas las casas de estudios. Tal como sucediera con el paro de docentes primario y secundarios que terminó esta semana en la provincia de Buenos Aires, los profesores comienzan a evaluar que no pueden seguir sosteniendo la medida; en el caso de la UBA el recorte de sueldos no ha sido aplicado, y la nueva rebaja presupuestaria todavía no se definió.
Por su parte, un directivo gremial de los docentes universitarios bonaerenses se sinceró; “probablemente este lunes se pueda llegar a levantar el paro. Hay que pensar otras metodologías de protesta. Tenemos que ver otros métodos, pero no perder el tema de la situación universitaria, que es absolutamente crítica”.
Otro problema que se les presenta a los docentes es que no lograron agrupar a todas las facultades con la protesta. En el caso de la UBA, en Ciencias Económicas y en Derecho, que son los centros de estudios más poblados, están con sus actividades casi normales, y el paro prácticamente ni se siente. En este panorama, Miralles hoy podría cambiar el rumbo del conflicto universitario, al menos en La Plata, mientras los profesores planean variantes a su plan de lucha.
Informe: Alejandro Cánepa.

 


 

LOS RECTORES Y EL PRESUPUESTO UNIVERSITARIO
Hay garantías, pero no tanto

Por Javier Lorca
Desde Resistencia

Frente a los insistentes rumores de que el próximo presupuesto universitario sufrirá una profunda poda a cargo de la tijera oficial, el secretario de Educación Superior, Juan Carlos Gottifredi, repitió ayer –en el plenario del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN)– que la cartera educativa proyectó el mismo presupuesto que este año: 1800 millones de pesos. Pero, enseguida, matizó. Advirtió que el proyecto aún no se discutió en el Gobierno. Admitió que “es posible que se origine un recorte, si es que hay que ajustar seis mil millones en el Estado”. Y avisó: “No creo que el presupuesto se envíe al Congreso antes del 15 de setiembre. Creo que estará para el 15 de octubre”. Las elecciones ya serán cosa del pasado.
Delante de todos los rectores, que ayer eligieron a Héctor Brotto (UTN) como nuevo titular del CIN, Gottifredi también dijo que un porcentaje a determinar del presupuesto 2002 deberá ser distribuido entre las universidades mediante “pautas y criterios objetivos” (por ejemplo: cantidad de alumnos y docentes, tipo de carreras dictadas, etc.). Esta vez, después de años de dilaciones, los rectores tendrán que definir esos criterios para diciembre.
Antes del plenario, los rectores y el funcionario se encerraron en un aula de la Universidad del Nordeste. Se pronosticaba clima tórrido, por los salarios de docentes y universitarios sacrificados para honrar al Déficit Cero. Pero allí dentro se limitaron a debatir y acordar la creación de una nueva comisión, ahora para consensuar cómo dar por concluidos los juicios cruzados que mantienen universidades y Estado. Como ya informó Página/12, “la idea es terminar con los juicios iniciados por los aportes patronales y por la subejecución presupuestaria de los últimos años”, tales las palabras del rector de la UBA, Oscar Shuberoff. De los presupuestos de 1999 y 2000, el Estado les adeuda 88 millones a las casas de estudios. Y éstas deben varios años de aportes patronales porque, mientras reclamaban la misma exención que las universidades privadas, dejaron de pagarlos. Varias universidades (no todas) se cubrieron depositando el dinero que debieron aportar. Hoy hay más de 110 millones en depósitos judiciales que ni el fisco ni el sistema educativo pueden aprovechar. De esos millones, parte volvería al Estado, parte iría para cubrir las deudas con las universidades y “el resto se usaría solidariamente con el sistema”, según confió un funcionario. Resta acordar la magnitud de esas partes.

 

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