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Duelo al sol entre Australia, el
mundo y un barco de refugiados

460 refugiados afganos que fueron rescatados del naufragio de un ferry en aguas indonesias permanecen frente a las costas de una Australia que se niega a recibirlos en medio de la presión internacional.

Tropas australianas dejan la Isla Christmas para sumarse a las que
ya están en el barco.

Por Patrick Barkham y Owen Bowcott
Desde Sydney

La alta comisionada para las Naciones Unidas por los Derechos Humanos, Mary Robinson, apeló ayer al gobierno de Australia para que admita a 460 refugiados afganos varados en un carguero cerca de la isla Christmas, mientras las tropas australianas SAS se alineaban en la cubierta para evitar que los emigrantes saltaran al océano Indico tratando de nadar hasta las costas. Hablando desde Sudáfrica, donde está coordinando la conferencia de la ONU sobre racismo, Mary Robinson dijo que Australia cargaba con la “primaria responsabilidad por los emigrantes” y que la convención de la ONU sobre los derechos humanos requería que se les permitiera desembarcar. “La convención prevé que sean admitidos en el puerto más cercano. El tema es muy serio –dijo–. Por lo menos su situación debe ser evaluada. Deben ser admitidos, y tratados en forma apropiada.” Sus comentarios se sumaron a las críticas internacionales que se acumulan sobre Australia por negarse a que el carguero noruego Tampa desembarque a los refugiados en la isla Christmas, un puesto de avanzada australiano 1500 kilómetros al oeste del continente.
Los refugiados, que fueron salvados de morir ahogados cuando el ferry en el que viajaban se hundió el domingo pasado, soportaron otro día de sol tropical, refugiándose bajo lonas en la cubierta y entre los contenedores abajo, mientras las tropas australianas montaban guardia. Durante todo el día, el capitán del Tampa, Arne Rinnan, se negó a acatar las órdenes del ejército de dejar el límite territorial de 12 millas de Australia y navegar de vuelta a Indonesia, manteniendo a la nave a la vista de la isla Christmas. El primer ministro australiano, John Howard, se negó a suavizar su postura y permitir que los refugiados desembarcaran, y pidió al secretario general de la ONU, Kofi Annan, que les encontrara otro destino. La primera ministra de Nueva Zelanda, Helen Clark, dijo “los australianos están en contacto con nosotros... estamos viendo qué podemos hacer. Tenemos una cuota de refugiados relativamente pequeña, porque no tenemos una gran población”. A pesar del fracaso en lograr la aprobación de una legislación de emergencia, el gobierno australiano insistió en que estaba en su derecho a forzar al Tampa a dejar sus aguas territoriales. El ministro de Inmigración, Philip Ruddock, dijo que la situación a bordo era estable. Pero Peter Dexter, el director regional de la línea naviera noruega a la que pertenece el Tampa, dijo que las condiciones eran “deplorables” y que el Tampa no estaba en condiciones de navegar desde la isla Christmas: carece del equipamientos de seguridad para sus inesperados pasajeros, apuntó Dexter. Un helicóptero militar australiano descargó sobre la cubierta inodoros portátiles, alimentos y medicinas, pero el gobierno no permitirá que las agencias de ayuda aborden el barco. Más tropas llegaron por avión a la isla Christmas ayer, pero los expertos marítimos dicen que los barcos australianos enviados al lugar eran demasiado pequeños para remolcar al Tampa hacia al mar.
Que esto suceda parece altamente improbable, pero dejar que los refugiados busquen asilo sería una vuelta atrás humillante para la coalición de derecha, que tiene la vista puesta en la elección general de fin de año. Las encuestas dieron un significativo ablande en las actitudes públicas hacia los refugiados. Una encuesta hecha por radio dio que el apoyo a la postura de Howard había bajado de 79 por ciento el lunes a 51 por ciento ayer. Dos diarios cambiaron su actitud al hacer agudas críticas al gobierno. Importantes políticos de Indonesia advirtieron que las relaciones históricamente cargadas de Jakarta con Australia se estaban deteriorando. Y los uniformados indonesios advirtieron que tomarían acción militar para evitar que el barco regrese.

 


 

PRIMERA ELECCION PARLAMENTARIA EN TIMOR ORIENTAL
Después de los machetes, los votos

Por John Aglionby *
Desde Gariwai

Decenas de miles de personas aamparon toda la noche frente a los centros de votación para elegir ayer una Asamblea nacional que redactará la Constitución de Timor Oriental y allanará el camino a la independencia plena. Muchas otras se levantaron antes del amanecer para recorrer kilómetros a pie y votar por primera vez desde el referéndum de independencia respecto a Indonesia hace dos años. Timor Oriental, ex colonia portuguesa, había sido ocupada por el ejército indonesio en 1975. “Esto es para el futuro de nuestra nación –decía Salvador Perreira, un campesino de las colinas de Gariwai, 130 kilómetros al sudeste de la capital, Dili–. Si realmente queremos ser libres, tenemos que votar, aunque tengamos que esperar unas horas.”
Los observadores del centro de votación de Leorina, villorrio montañés al sudoeste de Dili, fueron informados de que la mitad de los votantes estaba allí tres horas antes de que abrieran las mesas a las 7 de la mañana. El funcionario electoral, Carlos Valenzuela, dijo que el día pasó en paz, con unos pocos disturbios menores causados por la inquietud. Los primeros resultados sugieren que la asistencia superó el 90 por ciento.
El entusiasmo por votar era tanto que algunos lugares de sufragio pudieron cerrar varias horas más temprano, ya que toda la lista de electores se había presentado. En otros lugares, particularmente en Dili, donde vive una cuarta parte de los 800.000 habitantes del país, se vieron obligados a permanecer abiertos varias horas después del cierre oficial de las 4 de la tarde.
Se espera que una asamblea de 88 miembros conduzca al país a su independencia total a mediados del año que viene. Esta ex colonia portuguesa que Indonesia ocupó brutalmente durante 24 años está gobernada por una administración transitoria de la ONU. El líder de la resistencia y de la guerrilla anti-indonesia, José Alexandre “Xanana” Gusmao, que seguramente será elegidocomo el primer presidente de Timor Oriental en una elección separada que tendrá lugar el año que viene, salió de gira por varios distritos orientales ayer. Le dijo a varios cientos de votantes en Gariwai que su madurez, calma y paciencia mandarían una fuerte señal a la comunidad internacional. “Mucha gente no creía hace tres años que podríamos tener elecciones libres”, dijo. “Pero hoy le mostramos al mundo que tenemos la fuerza necesaria.” Los resultados no oficiales se esperan dentro de una semana, y el resultado oficial debería anunciarse unos pocos días después.

*De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12

 

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