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RAUL ALFONSIN DIJO QUE PREFERIRIA UN MINISTRO
DE ECONOMIA RADICAL Y CARGO CONTRA EL PLEBISCITO PARA
REFORMAR LA POLITICA QUE QUIERE CONVOCAR DE LA RUA
“La consulta es una banalidad”

El ex presidente y jefe del radicalismo criticó delante de Página/12 el plebiscito sobre la reforma política, puso la reestructuración de la deuda como gran objetivo, dijo que no quiere cortar el período presidencial de De la Rúa, prometió aspirar solo a presidir la Comisión de Mercosur si accede al Senado (con lo cual se autodescartó para la sucesión presidencial), elogió a la CGT, a Duhalde y a Chacho y se mostró frío y distante con Carrió.

Por Martín Granovsky y José Natanson

Chaleco gris y camisa de jean, Raúl Alfonsín parece de muy buen humor este sábado, temprano en la mañana. El ex presidente comenta orgulloso que ordenó su biblioteca y se queja de que tiene menos tiempo para leer. Está en medio de la campaña que Domingo Cavallo calificó de electoral y que es, en realidad, una campaña de Alfonsín contra Domingo Cavallo. El ministro es el destinatario de todos los golpes. Hoy mismo, por radio, el jefe radical llegará a contestar “sí” a la pregunta de si José Luis Machinea sería el mejor ministro de Economía y “sin duda” a si lo prefiere antes que a Cavallo.
–Si el lunes sube el riesgo país, ¿se arrepentirá de lo que dijo y de lo que escribió sobre Cavallo y la deuda?
–¿Y si baja? ¿También será culpa de la declaración?
–Usted señaló con nombre y apellido a Domingo Cavallo cuando le endilgó toda la deuda.
–Yo señalé, sí, a Cavallo.
–También, doctor, el documento dice cosas que el Gobierno calla, como describir con detalle la baja de depósitos y reservas. El Gobierno no habla de eso salvo cuando las cifras suben.
–Bueno, los números están tomados de los registros del Estado, ¿no?
–Otro punto es la propuesta de reestructurar la deuda y pedir un período de gracia. Lo que antes se llamaba moratoria.
–El Gobierno habla de canje de la deuda. Es más o menos lo que estamos diciendo.
–¿Sí?
–Reprogramar, reestructurar el pago de la deuda, es un canje. Pero sí, ustedes tienen razón, también les decimos a los acreedores que nos tienen que dejar tranquilos un tiempo con los intereses y el capital.
–¿Cuánto tiempo?
–Dos años dije en aquel programa de Mirtha Legrand. “¡Qué lindo sería dejar de pagar la deuda por dos años!”, dije yo.
–Y entonces sí subió el riesgo país.
–Subió por las reacciones y las respuestas. El Presidente me llamó a la responsabilidad y José Luis (Machinea), que es mi amigo, sacó una declaración así de larga (hace un gesto con las dos manos).
–Además del período de gracia, ¿de cuánto debería ser la quita de la deuda?
–No hablamos de quita, porque no hemos querido entrar en los problemas detallados. El documento tampoco es sectorial. Contiene el sentido de la unión nacional y definiciones generales sobre el Estado, la gobernabilidad, los partidos, el capital social y la integración regional. Luego medidas concretas en el capítulo sobre “Hambre cero”, para los sectores sociales más desposeídos, y medidas económicas que empiezan por la reestructuración de la deuda. Este es el corazón del documento.
–¿Por qué no hablar de quita? ¿Se puede reestructurar sin quita?
–Yo no digo que se reestructure sin quita. Solo que el documento no menciona ese detalle.
–Doctor, usted criticó con nombre y apellido solo a Cavallo. ¿Hay alguna diferencia entre Cavallo y De la Rúa?
–Al principio Cavallo llegó con un programa más reactivador porque él suponía –o pienso que él suponía– que los mercados lo iban a apoyar. No sucedió.
–Pero, ¿cuál es su diferencia con De la Rúa?
–Uno es radical y otro no.
–¿Eso qué significa?
–El radicalismo es un abanico poco abierto. Va de centroizquierda a centro. Cavallo es un hombre tomado por ideas neoliberales.
–De la Rúa, sin embargo, repite la tesis neoliberal del círculo virtuoso: achicar el gasto para que baje la tasa, la economía se reactive y aumente el empleo.
–Pero ayer (por el viernes) en el Comité Nacional, dio un discurso muy radical. Habló de los principios y las convicciones radicales.
–Puede ser solo discurso.
–Lo vamos a acompañar y ayudar para que lo suyo no sea nada más que una intención. Que sea algo que se efectivice. Porque si seguimos con ajuste-recesión, ajuste-recesión, ajuste-recesión, no puede haber solución, y mucho menos equidad y ética.
–¿Por qué el documento radical apoya el déficit cero?
–No hay un apoyo. Hay una advertencia a los acreedores de que no se podrá cumplir el déficit cero con esta recesión.
–El radicalismo votó el déficit cero.
–Es que ese régimen tiene diferentes interpretaciones. Mejor es no endeudarse, claro, y hacer esfuerzos para que no se malgaste. Hasta ahí vamos. Pero Cavallo les dijo a los gobernadores y a los senadores peronistas que no se achicaría la coparticipación a las provincias. Y ahora se está hablando de bajar 900 millones de dólares. Esta mañana me llamaron dos gobernadores, pidiendo una rápida convocatoria a todos los gobernadores radicales.
–Los que llamaron, ¿eran peronistas?
–(Ríe) Radicales, radicales.
–¿Cuál es el límite que tiene que cruzar el Gobierno para que usted decida retirar el apoyo?
–Si nosotros nos pusiéramos en una oposición definida eso no le vendría bien al país. Pero ya está marcado el límite. No pasamos a la oposición pero sí nos sentimos absolutamente independientes para criticar aún con más fuerza de lo que lo hacemos. No vamos a apoyar otro ajuste que recaiga sobre los más desposeídos. Si se trata de luchar contra la evasión, vamos a acompañar al Gobierno con mucha fuerza. Todos los argentinos estamos de acuerdo en desear que al Gobierno le vaya bien.
–¿Le puede ir bien con déficit cero?
–Según como se entienda.
–El régimen es que se paga la deuda y del resto se paga a empleados y jubilados con lo que alcance.
–Por eso hay que reestructurar la deuda.
–Cuando usted promete no apoyar un nuevo ajuste, suponemos que no habla solo de una nueva ley.
–Así es.
–Usted dice que el radicalismo no apoyará la baja de la coparticipación de las provincias o un recorte mayor de sueldos y jubilaciones.
–Claro, vamos a hacer conocer nuestra crítica.
–Y aparte de la crítica, ¿usará la fuerza disuasiva de los dos bloques radicales en ambas cámaras?
–No creo que eso se pueda decir de esta manera. No hablemos tanto de mí, hablemos de la UCR. Y creo que los dos bloques van a resolver de consuno que no se puede seguir con este camino.
–Si usted les da el OK, los bloques se pondrán más críticos.
–No es así. Yo convoqué a dos reuniones. Una fue el Comité Nacional y la otra fue el encuentro de los candidatos a diputados y senadores nacionales. Somos un partido progresista y queremos soluciones progresistas. Pero debemos saber los condicionamientos del país. Siempre hay que tener presente la utopía, pero no traerla a la realidad cuando no corresponde, porque eso es quimera. Tratemos de lograr lo máximo, aunque no sea todo. Si el Gobierno lo hace, tendrá nuestro apoyo.
–¿Y va hacia eso?
–Vamos a ver. Y rápidamente.
–¿Usted y la UCR prefieren a Marx antes que a Cavallo?
–...
–Daniel Marx.
–(Se ríe) ¿Y por qué no hablamos de Carlitos? No, en serio: no me gusta hacer apreciaciones de tipo personal.
–¿Quiere que Cavallo se vaya?
–No me gusta hacer apreciaciones de tipo personal pero...
–...pero el viernes personalizó en Cavallo.
–En tanto y en cuanto él había producido un aumento de la deuda. Lo que dije no es agraviante ni tan grave como si yo hubiera dicho que quiero que renuncie ya. Pero a uno, como radical, le gustaría tener un ministro radical.
–Ricardo López Murphy fue un ministro radical.
–Prácticamente no fue ministro. Es una buena persona, pero discrepo con él. Está en el marco de la Escuela de Chicago.
–¿Quién quedaría como nuevo ministro radical?
–Hay muchos. Además, se precisa un equipo.
–¿Tiene su candidato?
–No. Y si lo tuviera, no se los diría.
–¿El radicalismo y el Frepaso quieren acotar el poder de De la Rúa?
–No, de ninguna manera. Para fortalecer los requerimientos de la Argentina hacia los organismos internacionales de crédito y hacia los países, y evitar los problemas negativos de la globalización haciendo hincapié en el Mercosur y la unidad regional... Para todo eso se necesita la unión nacional. No para debilitar el reclamo sino para incentivarlo y fortalecerlo.
–De la Rúa podría decir que las críticas a Cavallo y las propuestas distintas de política económica lo debilitan, no lo fortalecen.
–Puede sentirlo, pero no es la intención.
–¿Usted quiere que De la Rúa termine su mandato?
–Absolutamente. Absolutamente.
–¿Cree que lo va a terminar?
–Sí.
–¿Por qué está tan seguro?
–Porque en el país no hay problemas institucionales.
–¿Políticos sí?
–Muchos. La desocupación, la crisis social... Pero existe una madurez del pueblo y de sus dirigentes. El pueblo, al revés de antes, no quiere la pelea entre los políticos. Quiere la discusión de propuestas y valores. Y admitamos, también, que este Congreso, donde no tenemos mayoría, otorgó las leyes que el Gobierno quería. Hay una voluntad de ayudar.
–O de no obstaculizar.
–Sí.
–Doctor, ¿qué cargo quiere tener en el Senado si es elegido?
–Ningún cargo en la mesa del Senado. Tampoco en la mesa directiva del bloque. Voy a aspirar a la presidencia de la Comisión de Mercosur. Soy muy partidario del Mercosur.
–Es otra diferencia con Cavallo.
–El aclaró que las negociaciones con Estados Unidos se realizarán desde el Mercosur. Yo, les confieso, soy muy escéptico sobre el ALCA.
–¿Escéptico sobre su concreción o sobre si le conviene a la Argentina?
–Sobre las dos cosas. Si se abriera realmente todo el mercado norteamericano sería algo distinto.
–¿A quién responsabiliza por la presunta operación de prensa en su contra que usted denunció el jueves?
–Leí algo sobre (el vocero del Gobierno, Juan Pablo) Baylac.
–¿Por qué está tan seguro de que se trató de una operación oficial?
–Porque lo sé. Tengo pruebas.
–¿Testimoniales o materiales?
–Ja, ja, déjenlo así.
–Si fuese operación, ¿De la Rúa podría haberla ignorado?
–Como conspiración sí. Como rezongos no. Igual, quiero decir que no he sentido el destrato de él, de quien he tenido consideraciones de carácter urbano permanente. Eso no significa consultas, que no ha hecho. Y yo no me quejo de que no me consulta.
–¿No?
–No. Es su determinación.
–¿Por qué cree que este país fagocita con tanta rapidez a tantos políticos?
–La gente cree lo contrario: que los políticos son siempre los mismos.
–Pero las caídas son fuertes.
–Sí. Ante una crisis tan prolongada la gente critica a los que se equivocan y a los que gobiernan. Que son políticos.
–Y aquí aparece su discusión con Cavallo sobre el gasto de la política.
–Eso viene de la antipolítica. El gasto de la política es pequeño. Lo que sí hay que hacer es disminuir las dietas para dar ejemplo de austeridad aunque la cifra no sea significativa en términos del tesoro público.
–¿Está en contra del plebiscito sobre el gasto de la política que convocará el Gobierno?
–La consulta es absolutamente banal.
–¿Votará por sí o por no?
–Vamos a ver qué dice el partido.
–El Gobierno argumenta que la ley de reforma política está frenada en el Senado.
–Habrá que analizar el tema. Todo lo que sea perfeccionar las instituciones es beneficioso.
–Olvídese de la crítica de los mercados. Desde la política, y no de la antipolítica, ¿qué hicieron mal los políticos?
–Hubo malos ejemplos.
–¿Este es el gobierno que usted soñaba en 1999?
–No.
–La pregunta tiene trampa. Ante una pregunta igual, usted contestó una vez que el suyo tampoco era el gobierno con el que había soñado.
–Sí, el mío tampoco era el que quería.
–La diferencia es que hoy esa parte de la respuesta se la tenemos que recordar nosotros.
–Y está bien que me lo recuerden: a ver si me pongo en soberbio.

 

“Prefiero un peronismo unido”

–¿Su proyecto de unión nacional incluye algún peronista en el gabinete?
–Ese proyecto ya empezó para mí. Hablé con la Unión Industrial, con las dos CGT, con la Federación Agracia, el Episcopado, CAME, la semana que viene con Coninagro, me reuní con los mutualistas y los cooperativistas, que han venido para apoyar.
–Le falta la Asociación de Bancos Argentinos.
–(Guiña el ojo derecho) Eso es más difícil. Y hay otra sociedad que no...
–¿Que no vino?
–...que no llamé. Y vuelvo a la pregunta sobre un peronista en el gabinete. La unión nacional hay que lanzarla, pero no se sabe la respuesta. Podría terminar en un gobierno de coalición, y a lo mejor es conveniente. Meditemos esto: se propone la unión nacional por diez años. (Si logramos la unión nacional por diez años son cien años, ¿no?) Son estos dos años que le quedan al Gobierno más otros dos períodos presidenciales. Es notable: salió un artículo de Duhalde en este misma línea. La propia declaración de Menem hablando de entendimiento... Desde luego el Frente Grande y el Partido Socialista Popular.
–¿Usted haría un entendimiento con Menem preso?
–El expresó su voluntad. Expresa a un sector del justicialismo. Pero yo tendría que conversar con (el número dos del PJ) Rubén Marín.
–Menem expresa. ¿Usted lo quiere ex preso?
–Ah, no. Lo que la Justicia diga.
–Parece, igualmente, que Duhalde es más receptivo a propuestas de concertación política que, por ejemplo, los gobernadores del PJ.
–Esperemos que pasen las elecciones de octubre, porque durante la campaña en muchas partes se provincializará la discusión y habrá menos voluntad de trabajar en común.
–¿Usted quiere nacionalizar la elección?
–Depende del lugar. Ahora, mi provincia, la de Buenos Aires, no se puede provincializar, porque es la única no federal, ¿verdad?
–Es paradójico que usted compita con Duhalde, con quien coincide mucho, cuando el ministro del Gobierno que el radicalismo integra es Cavallo, con quien no coincide.
–Pero mucho más esquizofrénico es que alguien deba defender al ministro de Economía que forma parte del Gobierno y a su vez acuerde una alianza con el menemismo para pelear contra la Alianza. Miren, yo no quería ser candidato a senador. Acepté porque mi experiencia podía servir de algo y tengo posibilidad de diálogo con todos y sensibilidad social. No hablaré del Gobierno. Solo de lo que creo que es bueno hacer. Acuérdense que soy candidato a senador, no a Presidente.
–A cuatro años de haber comenzado su Presidencia, en 1987, ¿no le hubiera disgustado un candidato radical como es usted hoy?
–(Ríe) Al revés: hubiera deseado que todos fueran como yo.
–¿Qué dirigente del PJ garantiza la interlocución del peronismo?
–Ese es un dilema más. El justicialismo ya se irá definiendo.
–¿Usted sigue prefiriendo un peronismo unido para negociar?
–Para todo. Siempre lo preferí.
–Aunque sea más fuerte.
–Sí, claro. Pero nosotros también nos fortalecemos.
–¿Quedó conforme con el acto de las CGTs?
–Sí.
–¿Y con los discursos?
–También. Se referían muy claramente a la conducción económica.
–¿Apuesta a que la unificación del peronismo comenzaría por las CGTs?
–No lo he meditado. Pero tendrán mucho que ver los gobernadores. Tres en especial.
–¿Cuál le resulta más cercano? ¿Carlos Ruckauf, José Manuel de la Sota o Carlos Reutemann?
–Creo que Ruckauf rectificó su posición de elección inmediata de Presidente. De la Sota quiere ser con mucha fuerza Presidente, y tal vez ahora esté en una posición más dura. Reutemann me parece más tranquilo.
–¿A cuál le ve mayores chances?
–Para eso hay que tener la bola de cristal.

 

Cavallismo injuriado

El secretario general de Acción por la República (AR), José Luis Fernández Valoni, criticó ayer duramente al ex presidente Raúl Alfonsín, quien apuntó contra el ministro de Economía, Domingo Cavallo. Fernández Valoni definió el discurso del jefe de la UCR como “injurioso, electorero y demagógico”. “Lo de Alfonsín es escandaloso, pero la gente lo pondrá en su lugar”, dijo el diputado, uno de los principales referentes del partido que fundó Cavallo. Y agregó que “el pueblo ya está expresando tanto su rechazo a la prédica disolvente de figuras reprobadas por el fracaso como su total indiferencia por las prácticas mediáticas vacías de contenido y carentes de propuestas”.

 

Un cruce con Baylac

El vocero del Gobierno, Juan Pablo Baylac, dijo ayer que el jefe del radicalismo, Raúl Alfonsín, debería hacer una “autocrítica” porque “se equivoca” al llamar a la unión nacional y al mismo tiempo “discriminar” a hombres del Gobierno como Domingo Cavallo. Respecto del crítico documento de la UCR, Baylac afirmó que “en estos tiempos no hay que sacar documentos sino poner el hombro” y que “la realidad con la que uno tiene que tomar decisiones en el Gobierno no siempre es coincidente con las apreciaciones políticas”. La pelea entre el vocero y el ex presidente fue fuerte ayer cuando Alfonsín se declaró ofendido por la frase “no sé qué vamos a hacer con Alfonsín”, que Baylac desmintió haber pronunciado.

 

�A Lilita la quiero como amiga�

–¿Usted ve a Alternativa para una República de Iguales, la agrupación de Elisa Carrió, como un posible socio de la Alianza?
–Lilita está muy crítica de la Alianza. Es muy amiga mía, pero hace ya bastante tiempo que no hablo con ella.
–Ella habla siempre maravillas de usted.
–Es muy amable, sí, y yo la quiero como amiga, pero prefiero no tocar el tema.
–¿El radicalismo debería castigarla, como afiliada radical que es?
–Es un problema de la provincia del Chaco.
–¿Y a Barrachia, el intendente de Trenque Lauquen que va de candidato a senador?
–Es un problema de la provincia de Buenos Aires. Ya se ha tomado la decisión.
–Distrito del que usted es candidato.
–Candidato, pero no autoridad. Miren, con toda sinceridad me da mucha lástima lo de Barrachia. Es uno de los mejores intendentes de la provincia.
–¿Calcula que habrá un desprendimiento mayor de radicales en la provincia?
–Al contrario.
–¿Le preocupa la caída de Chacho Alvarez?
–Sobre él, solo puedo decir una cosa: espero que se levante.
–¿Sea donde sea?
–Sea donde sea. Es útil al país.
–¿Aunque fuese desde el ARI?
–No creo que se sienta demasiado tentado.
–Doctor, ¿apoya la comisión sobre lavado de dinero?
–Yo hablé con Lilita y le dije: “Llegá hasta donde tengas que llegar”. Pero no me parece bien la metodología. No se puede hacer un preinforme y después la investigación. No se puede incluir en el preinforme gente que a mí me consta que no tiene nada de reprochable.
–¿Quién?
–No quisiera dar nombres.

 

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