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LA EXTRAÑA SAGA DEL IGNOTO “EJERCITO NACIONAL EN OPERACIONES”
Cuando la historia se repite

Se repite como farsa. Un ignoto grupo ex carapintada anunció una �Orden de Operaciones� de un �Ejército Nacional� y prepara una campaña de afiches que insinúa un motín. El análisis �político� de los candidatos a rebeldes incluye delirios como prevenir que �Alfonsín vuelva al poder a fin de año�, combatir el narcotráfico y detener a un De la Rúa �fujimorizado�. Para otros sectores carapintadas, todo el tema es un negocio: dicen que son �un par de vivos� que quieren sacarle fondos al venezolano Hugo Chávez.

�Dios y Patria, o Muerte�,
la consigna de los neocarapintadas.

Por Raúl Kollmann

“Misión: los oficiales y suboficiales en actividad, retiro y baja de las Fuerzas Armadas preverán la ocupación de los puestos de combate, a ejecutar con un preaviso de 48 horas. Hay un solo Comandante, quien conduce a través de la rigurosa cadena de mandos, quien por su condición de general de brigada será identificado una vez iniciadas las acciones.” Este es el texto de la Orden de Operaciones Número 1 –a la que Página/12 tuvo acceso en exclusiva– del “Ejército Nacional en Operaciones”, una reorganización del autodenominado Movimiento Nacional Carapintada. El supuesto regreso del grupo que se alzó en armas contra la democracia viene acompañado de un par de carteles en los que dejan en claro su perfil ultraderechista. Las consignas son “Dios y Patria o Muerte, todo es lícito menos dejar perecer a la patria” y “Renuncia ya del presidente de la Nación y todos los legisladores nacionales”. Ellos aseguran tener detrás “a la abrumadora mayoría de los suboficiales y al 30 por ciento de los oficiales en actividad” y amenazan con una demostración de fuerza. Desde otros sectores ex carapintadas (ver aparte) dicen que quienes están detrás de esta reorganización en verdad son “un par de vivos” que pertenecieron al movimiento, no tienen mayor presencia en el Ejército y sólo quieren aparecer públicamente para después pedir dinero en el exterior, por ejemplo al gobierno venezolano del ex paracaidista y comandante del ejército, Hugo Chávez.
El encuentro se iba a producir en Bella Vista, tradicional territorio de los hombres de Aldo Rico, pero tras algunos cabildeos la cita se concreta en la cafetería de un shopping de la zona norte. Los dos interlocutores se presentan como capitanes del Ejército, aunque llegan a los autores de esta nota a través de un hombre que, al menos en el pasado, estuvo claramente relacionado con El Ñato, como le dicen a Rico. Se presentan: “Nosotros somos parte del Estado Mayor militar y también hay una mesa de conducción política”.
–¿Quiénes son los jefes? ¿Rico? ¿Seineldín? –pregunta este diario.
–Por ahora, por unas semanas, no vamos a decir nada.
–¿Por qué?
–Porque recién en ese momento vamos a salir a la luz.
Los primeros datos que averiguó este diario es que el encarcelado Mohamed Alí Seineldín no tiene nada que ver y los repudia, pero no se puede establecer todavía si tienen o no el respaldo de Rico. El análisis político en el que los dos capitanes asientan la supuesta reconstrucción del movimiento carapintada tiene cuatro patas:
Creen que en noviembre (así, exactamente en noviembre) va a asumir el poder su archienemigo, Raúl Alfonsín. Según ellos, habrá una derrota catastrófica de la Alianza en las elecciones y entonces De la Rúa tendrá que cederle el poder a quien será el presidente de la Cámara alta, Alfonsín, ya elegido senador. Es una especulación algo extraña ya que se supone que, si como dicen las encuestas, hay una derrota de la Alianza, el mayor derrotado seguramente será Alfonsín en la provincia de Buenos Aires. Abstrayéndose de estas realidades, los supuestos reorganizadores del carapintadismo obviamente quieren espantar a sus colegas suboficiales y oficiales con el mito del archienemigo Alfonsín e impulsan la preparación militar para el caso de que el ex presidente gobierne.
No descartan que Fernando de la Rúa encabece un fujimorazo, o sea que se disuelva el Parlamento y el Presidente asuma el poder supuestamente apoyado por el actual jefe del Ejército, Ricardo Brinzoni. Ese sería el objetivo del plebiscito de noviembre o diciembre: fortalecer a De la Rúa para el autogolpe. Ellos, por supuesto, creen que hay que prepararse militarme para enfrentar la eventual sedición de De la Rúa con Ricardo Brinzoni, otro de sus archienemigos. O sea que estarían del lado de la “democracia” (sic). Eso sí, por ahora no van a participar de los procesos electorales porque “desde lo electoral no se generan espacios de poder. Aunque recuperemos lo que consiguió el Modín, no sería suficiente en este momento”.
“No vamos a tolerar el regreso de Mario Firmenich”, se encolerizan. En verdad es otro fantasma que agitan, aunque el ex montonero-consultor económico, recauchutado en nuevo montonero, aparece, por ahora, como una fuerza flaca y patética. Cuando hablan de Firmenich ni ellos mismos parecen creerse lo que enuncian: “Hay que prepararse para responder”.
Debe recuperarse la fuerza corporativa militar. Este es el punto en el que ponen todo el énfasis, porque –siempre según dicen– quieren recuperar capacidad de presión interna en el Ejército. “Estamos impotentes porque destruyen las unidades de combate. A un hombre que lo entrenan toda una vida para que se suba a un tanque le pueden decir que le bajan el sueldo, pero no que es imposible subirse al tanque porque no hay dinero para hacerlo andar. Le pueden decir que se cierra el cuartel al mediodía y que se busque otro trabajo, pero no que no habrá más entrenamiento para el combate. No se puede tocar el derecho a ser soldado.”
Con ese discurso, militarista, con un toque antiajuste, unas raciones de nacionalismo y patrioterismo, igual devienen en una definición llamativa: “Las fuerzas armadas deben participar en el combate contra el narcotráfico”, o sea lo que propone, palabra por palabra, Estados Unidos. Los nuevos-viejos carapintadas consideran que eso no es actuar en seguridad interna –prohibido por la Constitución– y juran y perjuran que en su cabeza no está reprimir, por ejemplo, a los piqueteros.
Sobre la base de todos estos puntos políticos, la supuesta estrategia del Movimiento Nacional Carapintada y el Ejército Nacional en Operaciones (que son lo mismo, uno en la política y el otro en lo militar) consiste en proponer la realización de algún movimiento de fuerza. Por ejemplo, rebelar alguna dependencia del Ejército si es que se pretende cerrar una unidad operativa. Para ello dicen contar con la gente y la inserción suficiente en los cuarteles. Al grito de “ningún tanque sin tripulación y ningún fusil en el armario”, se pondría en marcha la sublevación.
Ese es justamente el punto más dudoso. En el Ministerio de Defensa nadie quiere escuchar hablar del tema y no contestan preguntas. Otras corrientes carapintadas ya les declararon la guerra: sostienen que son un grupito de oportunistas, que no tienen ningún objetivo militar sino que su único objetivo es conseguir dinero. Supuestamente, en algún tiempo fueron financiados por la ultraderecha francesa y ahora buscan dinero del movimiento del venezolano Hugo Chávez o incluso del paraguayo Lino Oviedo.
Como siempre en el campo carapintada todos se cruzan acusaciones con todos: de vivir de la municipalidad de San Miguel, donde Rico es el intendente, de administrar la barra brava de Boca o controlar las instalaciones en River, de vender la estructura jurídica del Modín, de haberse acercado a Eduardo Massera o a las filas del justicialismo.
Igual, la acusación más habitual que se cruzan unos con otros es que trabajan para la SIDE o son un armado de la central de espías. El interrogante es si habrá otros capítulos de este sainete.

 


 

EL MAPA DE LOS ODIOS ENTRE EX AMOTINADOS
Internas con la cara pintada

La geografía carapintada está llena de odios y diagnósticos que son difíciles de comprobar. Unos dicen que son mayoría, otros contestan que no existen y se acusan de traición, negocios sucios y relaciones non sanctas por todos lados. Un conocido coronel se mofa de los carteles y la orden de operaciones número 1:
–Son un movimiento virtual y lo único que buscan es hacerse conocidos, legitimarse.
–¿Para qué?
–Posiblemente para conseguir financiamiento. Son retirados y civiles, sin ascendiente entre los oficiales y suboficiales en actividad. Creo que conozco a los que están detrás de esos afiches y siempre hicieron negocios, no política.
–¿Cómo se hacen esos negocios?
–Los movimientos político militares siempre tienen dónde conseguir apoyos. Yo no le pediría al gobierno francés ni al español, pero sí al de Hugo Chávez. Hay lugares donde buscar, claro que antes de pedir, uno tiene que ser conocido, demostrar que existe. A algunos les puede llegar apoyo de los lefebvristas –seguidores del ultraconservador arzobispo francés Marcel Lefebvre– o de otras organizaciones militaristas del mundo.
–¿Entonces hay tranquilidad en el Ejército?
–No, no. Nosotros estamos en contacto con el personal. En la fuerza hay tanto malestar como en la sociedad, pero no rebeldía ni desobediencia. Están en otra cosa, cada cual se preocupa por zafar del ajuste en su área. Los militares de hoy son más parecidos a los diputados que a los antiguos carapintadas: les dieron la orden de recortar pero nadie quiere hacerlo y cada cual cuida su propia quinta.
En los diálogos con distintos sectores carapintadas, las acusaciones son furiosas. Estas son algunas de las cosas que se dicen entre ellos:
Rico mantiene a un pequeño grupo en la municipalidad de San Miguel. Están hace años en los negocios de la intendencia.
El ex jefe Jorge Venturino está trabajando con Luis Patti, con quien negoció la estructura jurídica del Modín y ubicó algunos de sus hombres en las listas para esta elección. Intentaron sacar una revista del estilo del Informador Público y querían editar grabaciones que comprometieran a figuras de la Alianza. Pero no les fue bien.
Otro capitán, Luis Polo, que tuvo fuertes papeles en las rebeliones carapintadas estaría ahora en el PJ.
Un capitán, Larramendi –negociador del acuerdo de Semana Santa–, junto al ex diputado Morello y otro militar Sánchez Zinni, estaban con Seineldín, pero después se fueron con Rico. Anduvieron por Paraguay y ahora volvieron para juntarse con Santiago Cúneo, que se hizo famoso por manejar una especie de petrolera menemista y carapintada en sociedad con Rico y su esposa.
Los seineldinistas más ortodoxos se agruparon alrededor del ahora candidato Gustavo Breide Obeid, quien encabeza las listas bonaerenses del Partido de Acción Popular y se postula para una banca en el Senado. En principio el detenido coronel Mohamed Alí Seineldín bendijo esa lista.
El teniente coronel Listorti parece que se ocupa –siempre según las fuentes carapintadas– de manejar la barra brava de Boca.
Hace un año, en River Plate se armó un escándalo de proporciones con la custodia de las instalaciones del club y el estadio. La empresa a cargo era de un grupo de carapintadas contratados por la directiva que encabezan David Pintado y Alfredo Dávicce. Fueron relevados.
En el ’97 algunos carapintadas se acercaron a Massera y habrían trabajado para él a cambio de un sueldo.
Todos reconocen que hay grupos carapintadas duros y promilitaristas dentro del Ejército. Son nostálgicos que hacen folletos y volantes y a veces usan nombres como el de Fuerzas Armadas Sanmartineanas (FAS).

 

El plan de la opereta

La Orden de Operaciones número 1 consiste en tres hojas tamaño carta, sin membrete y sin ningún elemento que pruebe su circulación entre hombres de las Fuerzas Armadas. En el punto dedicado a la Situación se menciona específicamente que “inactivando el 75 por ciento de las unidades del Ejército es nuestra obligación auto imponernos una misión inspirada en el modelo sanmartiniano”. La Misión consiste en que “los oficiales y suboficiales en actividad, retiro o baja (obviamente los echados por las sublevaciones carapintadas) preverán la ocupación de los puestos vacíos de combate en las unidades inactivas, a ejecutar con un preaviso de 48 horas.”
En el Concepto de la operación se habla de un apresto y alistamiento voluntario, “discreto y privado, realizado con personal disponible en cada guarnición y a partir de que se dispongan los medios de transporte necesarios con efectivos interguarnicionales. En una tercera etapa los reemplazos serán previstos con los liceístas y ex aspirantes a oficiales de reserva”. Como se ve, no hay precisiones de ningún tipo, de manera que bien podría tratarse más de una amenaza que de un plan de operaciones.
“Habrá Misiones particulares para veteranos de Malvinas, veteranos de la guerra contra la subversión, para los asesores militares en las embajadas latinoamericanas, para los oficiales de inteligencia y para los veteranos de las fuerzas de paz en el extranjero.”
“Los recursos financieros se proveerán a través de la cadena de mandos y los comandos de cuerpo y brigadas deben ser cerrados una vez iniciadas las acciones.” Aquí tampoco se ven precisiones, ni siquiera generalidades como por ejemplo decir que el centro de las operaciones estará en la zona Norte o en el Oeste o en Campo de Mayo. Da toda la impresión que se trata más bien de seducir a algún suboficial.
“Hay un solo comandante, quien conduce a través de la natural y rigurosa cadena de mandos, quien por su condición de general de brigada y veterano será identificado naturalmente una vez iniciada las acciones.” Aquí hablan de un general de brigada, retirado, como conductor. Habrá que ver si existe o no.
Hay un capítulo de Asuntos Populares, muy dedicado a las cuestiones políticas. Por un lado mencionan que tendrán que colaborar en el control de los inminentes hechos de violencia que se avecinan, obviamente por el malestar de la gente. Aunque dicen que no son represores, se ofrecen para “evitar males mayores”. Mencionan su respaldo a un plan económico desarrollista y afirman que es falso, mal intencionado e inmoral plantear el déficit cero. Se oponen incluso al recorte de los llamados gastos políticos y creen que se está haciendo una campaña anti-política para llevar adelante el fujimorazo encabezado por De la Rúa y Brinzoni. “No creemos en derechas o izquierdas, sólo existe el campo nacional y sus enemigos.”
“Dejamos nuestra fe depositada en Dios y la Virgen, fuente de toda inspiración y verdad. Respetuosos del orden natural sabemos que no siempre la ley de los hombres es igual a la justicia, lo legal no siempre es justo, por cuanto actuaremos solamente sometidos a la justicia”, (obviamente no a la ley). “Todo es lícito, menos dejar perecer a la Patria”, concluyen.

 

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